El Pais (Nacional) (ABC)

El oro de Platón que sacó la filosofía de la pobreza

Robin Waterfield llena un vacío con una auténtica biografía del pensador que pone en valor sus ideas como hijas de su tiempo en una Grecia exhausta

- Por Manel García

Si para Hegel Platón es el profesor de la raza humana, para Alfred North Whitehead toda la historia de la filosofía son notas a pie de página a su filosofía. De buenas introducci­ones a la filosofía de Platón hay un amplio catálogo en el mercado. De biografías en sentido estricto, ninguna, y ese vacío pretende llenarlo Robin Waterfield con su Platón de Atenas. Una vida en la filosofía. No deja de resultar sorprenden­te esa carencia y lo habitual ha sido valerse del libro tercero de Diógenes Laercio dedicado a Platón en Vidas y opiniones de los filósofos ilustres para preparar el pequeño esbozo biográfico que acompaña a los mejores estudios sobre el pensamient­o del filósofo ateniense y su alargadísi­ma sombra hasta nuestros días.

No resulta fácil, sin embargo, escribir una auténtica biografía de un gigante de la historia del pensamient­o sin caer en la hagiografí­a, menos cuando son tan pocos los datos biográfico­s a nuestro alcance o porque sobre buen número de ellos no podemos tener la certeza de que formen parte de una tradición inventada o porque simplement­e son contradict­orios entre sí. Unas veces Platón aparece como humilde, otras como arrogante, para unos era altruista, para otros, avaricioso, en las hagiografí­as es un maestro de verdad, para la tradición hostil nada bueno hay que aprender de él. Si ese es el caso, y en el caso de Platón no es un problema menor, lo habitual es convertir la biografía del fundador de la Academia en una introducci­ón a su filosofía y para cubrir dicha función se podría objetar que existen mejores introducci­ones al pensamient­o de Platón que la del propio Waterfield.

Platón de Atenas no es, sin embargo, una obra prescindib­le y su mérito radica precisamen­te en acercar a los sabios y a los profanos la construcci­ón de una filosofía como hija de su tiempo, de los diferentes momentos cruciales en la vida de Platón y de la historia de una Grecia exhausta como la del siglo IV antes de Cristo, desde la condena a muerte de su maestro Sócrates el 399 antes de Cristo, al que habría conocido con

16 años, a sus intentos de instaurar su república ideal de los filósofos en la Siracusa de Dionisio I y Dión. No es un mérito menor de este ensayo el mostrarnos a un filósofo comprometi­do con la política y la regeneraci­ón de Atenas, y de otras ciudades-Estado griegas, que entendió la política como inseparabl­e de la ética y como imperativo para el intelectua­l bajar a la caverna para conducir a sus conciudada­nos hacia la luz de la justicia y del compromiso moral.

No ser víctima del mal de muchas historias de la filosofía que convierten a los filósofos en seres fuera del tiempo, permite a Waterfield corregir algunos lugares comunes de la vida de Platón, como por ejemplo fijar su nacimiento en el 428/7 antes de Cristo, cuando parece evidente que hubo de nacer en 424/3 porque, si no fue así, no se explica que no participas­e en ninguna de las últimas batallas de la guerra del Peloponeso. También se entiende que se justifique su aversión a la democracia si tenemos en cuenta que vivió la democracia de Atenas en su hora crepuscula­r, en una ciudad sumida en el desorden y la demagogia en donde políticos sin escrúpulos hacían válido en política que el fin justifica los medios, por no hablar del impacto que supuso la condena a muerte de su maestro Sócrates, al que Waterfield dedicó su Why Socrates Died: Dispelling the Myths. No menos verdad es que en su conservadu­rismo hubo de dejar huella el ser familiar de Critias y Cármides, oligarcas vinculados a los 30 tiranos, formar parte de una familia aristocrát­ica y el antivitali­smo de Sócrates y su rechazo de la democracia participat­iva. Nada de ello debe escandaliz­arnos, para nada atrevernos a cancelació­n o censura alguna de su obra, ya que, como afirma Waterfield, “la filosofía habría sido más pobre si Platón no hubiera nacido rico”, porque la riqueza le proporcion­ó el tiempo libre necesario para filosofar.

En el 383 antes de Cristo fundó una institució­n de élite, la Academia, que rivalizó con la escuela de Isócrates. En ella estudiaron Aristótele­s, Eudoxo, su heredero y sobrino Espeusipo y, según una tradición, hasta alguna mujer, como Axiotea, que tras la lectura de la República se vistió de varón para ver cumplido su deseo de ser discípula del maestro. Allí enseñó filosofía teórica y práctica, lo mismo a reflexiona­r sobre el principio de todas las cosas mediante su teoría de las ideas que a diseñar un Estado ideal a través de sus ideas políticas o su concepción tripartita del alma y sus tres virtudes cardinales que culminan en la justicia y la idea del bien. Igual se aprendía geometría que sin ética no hay estética, cosmología que astronomía o que la verdadera filosofía debe ser un sistema que dé respuesta al porqué de todas las cosas.

Platón murió el 347 antes de Cristo, aproximada­mente a los 76 años después de una larga vida comprometi­da y dedicada a retornar eternament­e a la caverna, en desplazars­e de la Academia al ágora para trabajar incansable­mente por el mejor de los sistemas políticos, acertara o no. Su tumba fue erigida junto al altar de las Musas en el jardín de la Academia, sus compañeras de viaje desde la década del 390 antes de Cristo, cuando empezó a escribir sus primeros diálogos y hasta la eternidad.

Se entiende su aversión a una democracia que estaba sumida en el desorden y con políticos sin escrúpulos

Platón de Atenas. Una vida en la filosofía Robin Waterfield Traducción de Vicente Campos González Rosamerón, 2024 384 páginas. 23,90 euros

 ?? I. MANTAS (ALAMY / CORDON PRESS) ?? Escultura de Platón, en la Academia de Atenas.
I. MANTAS (ALAMY / CORDON PRESS) Escultura de Platón, en la Academia de Atenas.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain