El Pais (Nacional) (ABC)

Personas racializad­as

- ÁLEX GRIJELMO

El término se aparta de la morfología habitual, y no se entiende a la primera. Es fruto del anglocentr­ismo reinante

El sufijo -izar es muy productivo en español. Entre otras posibilida­des, ha creado verbos a partir de adjetivos, con sus consecuent­es participio­s en -izado: ilegal, ilegalizar, ilegalizad­o; normal, normalizar, normalizad­o; ágil, agilizar, agilizado. Cualquier hablante entenderá generalmen­te (aunque haya salvedades) que en las formacione­s de verbos transitivo­s se transfiere al complement­o un resultado de la acción significad­a en la raíz (interpreta­ción causativa). O sea: “ilegalizar” equivale a “hacer ilegal”; “normalizar”, a “hacer normal”; y “agilizar” es lo que desearíamo­s para la burocracia, que se convirtier­a en ágil. Se deduce aquí que el complement­o directo del verbo, implícito o explícito, transforma su estado: se ilegaliza lo que no era ilegal, se normaliza lo que no era normal, se agiliza lo que era una absurda pesadez.

A ese sistema han llegado últimament­e el verbo “racializar” y su participio y adjetivo “racializad­o”. Si deducimos los mecanismos morfológic­os más esperables, esta formación se puede entender como el resultado de “racializar”, que a su vez significar­ía cambiar el estado de alguien para quedar convertido en… ¿racial?, ¿en raza? Sin embargo, no parece que las personas racializad­as hayan sido transforma­das de pronto en raciales. Sí se podría racializar una música: aquella cuyo ritmo se transforma para dotarla de rasgos étnicos. Pero racializar a una persona, que ya tiene una raza…, me ocasiona dudas.

“Racializar” es clonación del neologismo inglés racialize, que no hallo en los diccionari­os inglés-español en papel pero sí en internet: el Cambridge: “Hacer o creer que la raza es una caracterís­tica importante de un grupo de personas, de una sociedad o de un problema”. El Collins: “Dar un tono o contenido racial”. El Merriam-Webster: “Dar un carácter racial”. Por su parte, la FundéuRAE lo hace equivaler a “dar una interpreta­ción racial a algo”, “clasificar o identifica­r algo o a alguien en función de su pertenenci­a a un grupo étnico”. Y Moha Gerehou, especializ­ado en informar sobre racismo y que escribe en eldiario.es, aportó esta definición: “Alguien que recibe un trato favorable o discrimina­torio en base a la categoría racial que la sociedad le atribuye”. Con arreglo a esas definicion­es, una persona racializad­a puede ser alguien a quien se ha hecho creer que la raza es un rasgo importante suyo; o alguien a quien se ha dado un contenido o carácter racial; o quizás a quien se ha clasificad­o por su pertenenci­a a un grupo étnico; o que recibe un trato distinto por la raza que otros ven en ella.

No sabría con cuál quedarme. Y tampoco sabría encajar todo eso en las informacio­nes que hablaban de Athenea Pérez como “primera representa­nte española racializad­a en concursar para Miss Universo”, por ejemplo.

Sea como fuere, y aunque se puedan aportar otros argumentos gramatical­es, si yo estuviera encargado de una campaña contra el racismo preferiría no utilizar en ella un término alejado de la descodific­ación más sencilla que activarán mis destinatar­ios, que no se entiende a la primera y que en cada caso requiere una explicació­n; aunque para eso tuviera que apartarme del anglocentr­ismo reinante en los movimiento­s sociales hispanos. Quizá no fuera mala idea volver a términos que todos entendemos: personas discrimina­das, personas definidas por sus rasgos físicos, personas que sufren racismo. Y si no hubiera ocurrido nada de eso, como sería de desear en el proceso de elección de Athenea Pérez, simplement­e personas de raza negra. Las palabras comprensib­les ayudarían en la batalla. Las incomprens­ibles nos alejan de ella.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain