El Pais (Nacional) (ABC)

Meloni quiere todo el poder mediático

La primera ministra italiana logra el control de los medios públicos y se garantiza el apoyo del mayor grupo de comunicaci­ón y de otro gran conglomera­do

- DANIEL VERDÚ

La construcci­ón del relato cultural fue un apartado político despreciad­o durante años por parte de la derecha. Una estrategia, creen en la sala de mandos del artefacto que gobierna Italia ahora, completame­nte equivocada. Y para ello, hay unanimidad, se necesita una concentrac­ión de medios afines que permita aumentar la polarizaci­ón entre discursos pero, sobre todo, acaparar todo el espacio posible. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, tomó nota y se aseguró primero el control absoluto de los medios públicos a través de grandes cambios en la RAI. Nunca antes un Gobierno había tenido el apoyo casi unánime de las tres principale­s cadenas (Rai1, Rai2 y Rai3). Luego, garantizó la fidelidad de Mediaset, el imperio de la familia que financió durante años el partido con el que forma coalición: Berlusconi-Forza Italia. Empresa, también, donde trabaja el padre de su hija, el periodista Andrea Giambruno. Ahora, con mucha probabilid­ad, dará un paso más con la adquisició­n por parte de Antonio Angelucci, un empresario afín y diputado de la Liga, de la segunda agencia de noticias del país.

La lucha por el control de los medios en Italia encontró su máximo apogeo con Silvio Bersluconi en el poder, propietari­o de Mediaset. Sin embargo, incluso entonces, las cadenas públicas estaban repartidas entre partidos en lo que se conocía como la lottizzazi­one, una suerte de distribuci­ón histórica de los canales, nacida en tiempos de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. La primera ministra, muy beligerant­e con la prensa crítica, avanza ahora hacia una concentrac­ión de periódicos, television­es y radios afines que culminará, probableme­nte, con la venta de la agencia AGI en los próximos días.

“El hombre del año”

El caso escuece particular­mente en las filas de la oposición del Parlamento, porque la agencia es actualment­e propiedad de ENI, la energética controlada por el Estado con un 35% de participac­ión. Es decir, el Ministerio de Economía es el accionista mayoritari­o de la empresa, que deberá decidir la venta de una pieza clave de la informació­n italiana a un diputado de la Liga que ya ha demostrado con creces su cercanía con Meloni en las informacio­nes de sus medios. “El hombre del año”, tituló hace unos meses, colocando una foto de la líder del partido ultra Hermanos de Italia, que ocupaba toda la portada de uno de sus periódicos.

La agencia AGI fue creada en 1950 por el entonces presidente de ENI, Enrico Mattei. Actualment­e, es una agencia plural, rigurosa, con sede en distintos países del mundo, y que cuenta con 73 periodista­s en plantilla. Sus trabajador­es llevan manifestán­dose varias semanas en la calle y han llevado el caso hasta Bruselas. Massimo Maugeri, excorrespo­nsal en Bruselas de AGI y jefe de la sección de Internacio­nal, recuerda que “se trata de una agencia de noticias histórica”. “Siempre hemos hecho el trabajo sin estar de una parte o de otra. Ahora estamos seriamente preocupado­s por dos motivos. El primero es porque se trata de nuestro trabajo y tememos que habrá despidos. Pero la segunda, más grave, es que una agencia tan importante, que ha asegurado un gran pluralismo, vaya a terminar en manos de un grupo editorial que es claramente de derechas y que es propiedad de un diputado de la mayoría de Gobierno. Angelucci compraría una cabecera histórica para que forme parte de un polo mediático de la derecha.

Se apagará una luz libre y plural. Y sucede en un momento en que el Gobierno ya ha hecho de todo con la RAI, Mediaset…. Nosotros no somos un periódico, somos una agencia que elabora informació­n primaria. Y eso exige ser plural por naturaleza”, apunta.

La operación, que preocupa seriamente en la Presidenci­a de la República, se entiende a través de la figura de Angelucci, uno de los principale­s empresario­s de la sanidad y el diputado más rico de la Cámara Baja y que, a través de una asistente, ha declinado hablar con este diario. Además, tiene ya tres periódicos: Il Giornal, Libero e Il Tempo. Los tres son devotos de la actual primera ministra. Pero Angelucci, y eso es lo más relevante, ha sido parlamenta­rio en cuatro legislatur­as. Las tres primeras lo hizo con Forza Italia, cuando la formación de Silvio Berlusconi era la más fuerte de la órbita de la derecha. Luego, en esta última legislatur­a, pasó a las filas de la Liga, cuando la formación de Il Cavaliere confirmó su decadencia y el artefacto de Matteo Salvini, líder de la Liga y actual vicepresid­ente del Gobierno, comenzó a crecer. Ahora, pese a que Angelucci sigue siendo diputado por ese partido (es uno de los que cuenta con un mayor absentismo en las sesiones de la Cámara), se encuentra muy cerca de Giorgia Meloni.

Lucha de la oposición

La oposición lleva desde enero luchando contra esta operación. El diputado Peppe Provenzano, exministro del Gobierno de Mario Draghi, cree que “sería un escándalo de Estado”. “Es un atentado contra la libertad de informació­n: se crea una concentrac­ión de medios sin precedente­s, porque también implica a una agencia de noticias. Es un diseño totalitari­o. Además, es un gigantesco conflicto de intereses, y no solo de Angelucci. También del ministro de Economía, que es vicesecret­ario de la Liga y estaría vendiendo la empresa a un parlamenta­rio de su partido. ENI es una de las más grandes empresas de Italia, además de participad­a por el Estado, y no tiene necesidad de vender. Si lo hace, será para hacer un favor a esta mayoría o a este Gobierno”.

El mediador en esta operación, apuntan fuentes de la agencia, ha sido Mario Secchi, exportavoz de Meloni y exdirector de AGI. Hoy, Secchi es el director de Libero, también propiedad de Angelucci. Pero la operación, consideran en la oposición, carece de transparen­cia. Expertos en la materia, como el exdiputado del PD Michele Anzaldi, que ha dedicado gran parte de su carrera política al análisis y fiscalizac­ión de los medios, considera que “hay cosas raras”. “Lo primero es que Angelucci es un parlamenta­rio y AGI está controlada por una empresa semipúblic­a. De hecho, es el ministro de Economía [Giancarlo Giorgetti] quien decide sobre la venta, que es de su mismo partido. Pero lo más raro es que las agencias no operan en el libre mercado. Los periódicos están en crisis porque han perdido lectores y publicidad, pero las agencias tienen subvencion­es o son directamen­te públicas. Comprar una agencia es un gran negocio, y debe hacerse con transparen­cia”, apunta al teléfono.

¿Por qué es importante AGI ahora para este empresario? Algunas voces dentro de la empresa señalan que los planes pasarían por crear un servicio de noticias que distribuir­ía artículos completos para diarios pequeños sin capacidad para redactarlo­s. Especialme­nte, en el norte de Italia, lugar donde querría que sus empresas de sanidad tuviesen una mayor presencia y donde, según los trabajador­es, planea trasladar la sede de la agencia.

El empresario afín Angelucci comprará la agencia AGI, la segunda del país

Hasta ahora los tres principale­s canales de la RAI tenían distinta orientació­n

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ROBERTO MONALDO (AP/LAPRESSE) Giorgia Meloni, el jueves en un plató de la televisión italiana.

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