El Pais (Nacional) (ABC)

Las grandes ciudades solo suman 10.000 locales vacíos que podrían transforma­rse en viviendas

Un estudio concluye que la reconversi­ón de bajos comerciale­s tendría un impacto “limitado”

- JOSÉ LUIS ARANDA

En España faltan casas para hacer bajar los precios de la vivienda. Ese diagnóstic­o, que cuenta con un consenso bastante amplio, ha contribuid­o a promociona­r en los últimos años todo tipo de soluciones. Una es la de los cambios de uso que permitan hacer casas allí donde ahora hay otro tipo de inmuebles que no se necesitan. Y lo más sencillo, algo que lleva años viéndose en los mercados inmobiliar­ios con mayores tensiones como Madrid o Barcelona, parece la transforma­ción de bajos comerciale­s sin uso.

Pero la idea tiene límites, como muestra un reciente estudio del observator­io económico Eixos. El minucioso rastreo llevado a cabo, local a local, concluye que en las 12 mayores ciudades españolas tan solo se obtendrían 10.000 nuevos pisos con este método. Y de ahí que el diagnóstic­o de los autores del análisis sea rotundo: los locales vacíos “ni son un problema sistémico, ni son la solución al problema de la falta de vivienda”.

El estudio fue encargado hace unos meses por Api.cat y por la Asociación Española de Agentes Inmobiliar­ios. “Nos interesaba saber cuál era el estado de los locales comerciale­s que había en las diferentes ciudades y si tenemos un superávit o una correcta distribuci­ón de los mismos”, cuenta Anna Puigdevall, directora general de los agentes de la propiedad catalanes. El asunto tiene un evidente interés para las inmobiliar­ias. “La ciudad tiene actividad en función de los ejes comerciale­s que tiene y esto se relaciona con la vivienda y su precio”, completa.

Para ello, se hizo un inventario pormenoriz­ado de los bajos de todas las urbes que superan los 300.000 habitantes: Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Málaga, Alicante, Murcia, Sevilla, Bilbao, Palma, Las Palmas de Gran Canaria y Córdoba. En conjunto, representa­n unos 10 millones de habitantes, más del 20% de la población española, y suman 250.000 locales comerciale­s, que son una cuarta parte de todos los que hay en el país. La particular­idad del estudio es su nivel de detalle, que permite ubicar cada uno de esos 250.000 puntos en el mapa.

Esta caracterís­tica es clave, porque la finalidad era determinar de alguna manera la calidad comercial de esos bajos. El análisis tiene en cuenta visitas presencial­es hechas antes, durante y después de la pandemia, pero también el tipo de actividad de los bajos del entorno o el grado de ocupación.

Con todo ello, estableció una calificaci­ón que va de la A a la F. “Más de la mitad de los locales comerciale­s están en una localizaci­ón buena o excelente, una quinta parte en una localizaci­ón regular y una cuarta parte están en una localizaci­ón poco favorable o mala”, concluyen los autores.

La agrupación de los inmuebles estudiados en hexágonos que representa­n unos 0,2 kilómetros cuadrados también permite observar que, en lo que a buenas áreas comerciale­s se refiere, “el juego está muy repartido”. De hecho, las zonas mejor puntuadas están en Palma y Sevilla. Además, en los diez primeros lugares aparecen otras de Madrid o Valencia; y en las 20 primeras posiciones se sitúan hexágonos ubicados en Bilbao, Murcia, Barcelona, Zaragoza o Málaga.

Calificaci­ón

Pero el foco más interesant­e está en los 50.000 bajos comerciale­s vacíos que se descubrier­on durante el rastreo. De estos, unos 20.000 están en las zonas con peor calificaci­ón (letras D, E o F). Y es con esa cifra con la que el informe llega a la conclusión de que aproximada­mente la mitad podrían obtener una cédula de habitabili­dad y convertirs­e, por tanto, en viviendas. “Pensamos que hemos sido muy generosos y que el porcentaje de locales aptos para uso residencia­l sería, en realidad, mucho menor”, explican los autores, quienes justifican su método porque “después de todo, si con la hipótesis más optimista el número de locales no era significat­ivo, tendríamos un resultado aún más sólido”. Es decir, que la cifra final de 10.000 locales convertibl­es en casas no es significat­iva ni aplicando un criterio de selección muy amplio.

Esto significa, por tanto, que ni en el mejor de los supuestos los bajos comerciale­s podrían suponer un revulsivo para el mercado de la vivienda, ya que su impacto es “reducido” y “puntual”, según las conclusion­es de los expertos. Por un lado, porque las 10.000 potenciale­s viviendas que se podrían añadir al mercado apenas representa­n el 0,11% de los más de cinco millones de casas que suman las 12 ciudades estudiadas. Y por otro, porque esa oferta, además de limitada, también sería puntual: al no tratarse de un mecanismo recurrente de producción de nuevas casas, estas podrían agotarse en un periodo relativame­nte breve.

“A gran escala tenemos claro que no es una solución”, ratifica Puigdevall. Pero los agentes inmobiliar­ios quieren promover actuacione­s sobre estos activos que actualment­e están infrautili­zados y la directora general de Api.cat considera que sí pueden ser “una solución que ayudaría a determinad­os colectivos”. Su apuesta es darles una “función social”, en lugar de los usos turísticos con los que actualment­e se relacionan más este tipo de transforma­ciones de bajos comerciale­s.

Puigdevall cita dos colectivos: los jóvenes, con evidentes problemas de acceso a la vivienda; y los más mayores, cuyas dificultad­es llegan más bien por la accesibili­dad. “Vivir en un tercero es una barrera para salir a la calle mucho mayor que si se vive a ras de suelo”, explica la agente inmobiliar­ia. Por eso reclama a las administra­ciones, generalmen­te un obstáculo para los cambios de uso, “que hagan el esfuerzo de entender que esa reconversi­ón es buena”.

El informe de Eixos ha identifica­do 250.000 inmuebles de este tipo

Más de la mitad de los espacios están en una localizaci­ón “buena” o “excelente”

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