Aquella recordada Copa de 1984
Javier Clemente, el entrenador del Athletic que ganó la última Copa, en 1984, lo repite constantemente: “Estoy hasta el gorro de que me recuerden que fui el último. Tengo ganas de que me quiten ese título. Quiero que los chavales que no lo han visto sepan qué es ganar un gran título”. A esa afirmación tan tajante del técnico se unen quienes fueron sus fieles pupilos, los que desde el césped aguantaron los embates del Barcelona de Maradona y Schuster, y después del gol de Endika levantaron el trofeo y consiguieron un triplete histórico, con la Liga y la Supercopa. “Maradona y Schuster eran en ese momento los dos mejores futbolistas del mundo”, advierte Andoni Goikoetxea.
“Después de ganar la Liga tuvimos un par de días de celebraciones por ahí en Bilbao”, recuerda Andoni Zubizarreta, “y hubo un momento en que Javi Clemente nos preguntó que si queríamos hacer doblete, que es un tesoro y una oportunidad única, o si queríamos seguir de celebración”. “Pensé en una alineación para tener un alto nivel físico. No jugaron de titulares ni Sarabia, ni Gallego. Puse a gente como Patxi Salinas o Endika, que no habían tenido tantos minutos durante ese año, para aguantar bien los 90 minutos”, revive el técnico.
La temporada del Athletic había sido agotadora. La semifinal copera fue contra el Real Madrid. Ganó el Athletic en el Bernabéu (0-1), y en la vuelta, los blancos
respondieron con la misma moneda. El partido, con arbitraje de Enríquez Negreira, llegó a los penaltis. “Le paré uno a Camacho”, se jacta Zubi. Unos días después, en plena Semana Santa, con 30.000 bilbaínos en Mestalla, el Athletic le ganó al Valencia y se quedó a un solo paso de ganar la Liga. Lo hizo en San Mamés ante la Real. Quedaba una semana para la Copa.
“Fue una final muy complicada”, recuerda Goikoetxea. “Marcamos en el primer tiempo, y todo el equipo defendió de maravilla”. Luego llegaron las agresiones al final del partido, con Maradona en el epicentro. Y la Gabarra. “Una manifestación de la gente. Salió todo el mundo a la calle desde Portugalete a Bilbao en las dos márgenes de la ría. Son momentos que nunca se olvidan”, cuenta Goiko.