Un colchón muy enrollado.
Mimaar ha diseñado el Enrollagateo, un soporte de gateo para bebés que se convierte en bolso para llevar a cualquier sitio
Pasar un día en el campo, ir a casa de unos amigos o de los abuelos con un bebé supone, en muchas ocasiones, ir casi con la casa a cuestas para que pueda entretenerse y estar cómodo. Una situación que vivió Aurora Matés, la fundadora de la marca de puericultura Mimaar, cuando su niño empezó a gatear. “Empecé a buscar una colchoneta que sirviera para tener en casa y llevarla a otros sitios fácilmente y no encontré. Las que había, no me valían”, concreta. La situación llevó a Matés a diseñar una que cumpliera sus expectativas y que, además, se recogiera para poder llevarla de un sitio a otro. El primer modelo despertó el interés entre sus amigas y ella pensó que podría ser una vía de negocio.
Montó su negocio con fondos propios y sin intención de conseguir rondas de financiación porque, cree, se pierde poder sobre la toma de decisiones y sobre la empresa. Matés empezó subcontratando un taller de costura hasta que en 2020 montó uno propio y contrató a una trabajadora. Ahora cuenta con cuatro cosedoras y una plantilla total de 10 trabajadores.
El Enrollagateo, fabricado en Castellar del
Vallès (Barcelona), cuenta con una capa inferior de tejido impermeable y antideslizante, una superior de algodón y un relleno de espuma, apto para lavar en lavadora. Una pieza personalizable con diversos estampados a elegir, que se enrolla y se convierte en bolso para facilitar su transporte. “La hemos testado con fisioterapeutas pediátricos. Nos han dado sus valoraciones para saber qué es mejor para el desarrollo del bebé. Pero no he inventado nada, solo he dado un nuevo enfoque a lo que había en el mercado”, señala. Pero Matés ha dado un paso más al incorporar complementos, como una pequeña cabaña o un arco con muñequitos que hacen que esta pieza pueda usarse hasta los seis años o más. Uno de sus últimos lanzamientos es el Enrolla Colorea, una versión apta a partir de 12 meses que se puede pintar. “Luego se lava y puede colorearse de nuevo. Es como un lienzo infinito”.
Con un precio desde 79,99 euros, y fabricación bajo pedido, “para producir solo lo justo”, en 2023 facturó más de 389.000 euros, con beneficios, tras despachar más de 3.000 colchones, a través de la venta online, aunque no deja de lado la posibilidad futura de entrar en la tienda física. El 15% de las ventas llega desde fuera de España, sobre todo desde Europa, con Alemania como principal destino, y acaba de aterrizar en Estados Unidos. “Allí valoran mucho lo hecho a mano”, esgrime Matés.
La emprendedora comenzó subcontratando un taller de costura y ahora tiene una plantilla de 10 trabajadores