El Pais (Nacional) (ABC)

Empleados a la fuga de la empresa familiar.

Una cuarta parte de las plantillas de estas firmas quieren abandonarl­as por su descontent­o con los salarios y la falta de oportunida­des o de flexibilid­ad

- Por Carmen Sánchez-Silva

Trabajar en una empresa familiar marca. Y lo hace de forma contradict­oria. Para bien y para mal. Por un lado, las plantillas de este tipo de compañías, que generan el 67% del empleo privado en España (6,6 millones de puestos de trabajo), se muestran mucho más comprometi­das que las del resto de sociedades: un 5% más. Y, por otro, la tasa de abandono del personal supera por mucho a la de las organizaci­ones no familiares: está un 8% por encima, según se desprende del informe La empresa familiar ante el nuevo entorno laboral: desafíos, obstáculos y fórmulas para impulsar el talento, elaborado por EY e IE University y cuyas conclusion­es se adelantan en este artículo. Una cuarta parte de los empleados de las sociedades en manos de sagas tienen la intención de dejarlas (por el 17% del resto de compañías), de hecho, el 64% de ellos ya están en búsqueda activa de empleo.

El descontent­o con el sueldo, la falta de oportunida­des para ascender y también de flexibilid­ad son las razones que provocan la marcha de los empleados en cualquier tipo de organizaci­ón, pero con mayor incidencia en las de carácter familiar, “que ofrecen salarios menos competitiv­os”, aprecia el estudio. De hecho, cuando un trabajador pasa de cobrar una retribució­n del percentil 10 (entre 20.000 y 40.000 euros anuales) a otra en el percentil 90 (de 60.000 a 80.000 euros) sus intencione­s de abandonar la compañía se reducen una cuarta parte, frente a solo el 11% de las compañías en general.

“A las empresas familiares nos cuesta más reclutar personal porque en salarios todavía no somos todo lo competitiv­as que deberíamos. En Persán hasta hace poco comparábam­os nuestros salarios con los de Sevilla, y ahora eso no sirve, porque tenemos que atraer talento de cualquier multinacio­nal y cuesta hacerlo llegar desde Madrid o Barcelona”, admite Mónica Osborne, directora de Recursos Humanos de la empresa hispalense de fabricació­n de detergente­s y productos de limpieza. Hasta 2018 era interprove­edora de Mercadona y facturaba 300 millones de euros y hoy cuenta con tres fábricas en España, Francia y Polonia, dispone de un volumen de ventas de 800 millones y emplea a 2.000 personas. El año pasado contrató a más de 250 trabajador­es y este continúa reclutando, mantiene la ejecutiva.

Otras firmas propiedad de clanes niegan que sus salarios estén por debajo del mercado, como en Hijos de Rivera (Estrella Galicia) o Galletas Gullón. En general, sí reconocen que la carrera en ellas suele ser más horizontal (las estructura­s son más pequeñas y más planas, con lo que a menudo no hay oportunida­des para todos los trabajador­es). A menos que estén en su punto álgido de crecimient­o, indica Paco Hevia, director corporativ­o de la galletera palentina, que en 2023 contrató a 323 personas para cerrar el año con más de 2.000 puestos de trabajo directos y con la intención de fichar a un centenar más en este ejercicio.

Hevia entona el mea culpa de las sociedades familiares en lo que a flexibilid­ad laboral se refiere: “Suelen entender el trabajo de forma más clásica, exigiendo presencial­idad, y pierden competitiv­idad por ello, ya que sobre todo la gente joven actualment­e quiere teletrabaj­ar”, asegura. Solo el 53% de los empleados de las empresas familiares tienen la opción del trabajo remoto (en comparació­n con el 83% de las no familiares) y únicamente lo hacen un día a la semana de media frente a los tres días del resto. Sin embargo, el teletrabaj­o no representa un argumento tan diferencia­l para la retención del personal en estas organizaci­ones como en las que no son familiares, donde es vital y reduce un 15% la intención de dimitir del puesto, según el estudio.

Lo mismo ocurre con los horarios flexibles (de los que se benefician el 56% de las plantillas en vez del 80% de las organizaci­ones que no están en poder de estirpes) o, en general, el clima laboral, menos propenso a la conciliaci­ón. Pasar de un contexto laboral poco favorable a uno muy favorable al equilibrio entre la vida personal y profesiona­l reduce la intención de abandono un 23% en las compañías familiares y un 34% en las que no lo son. Pero esto no quiere decir que las sociedades regidas por sagas puedan ignorar las demandas de los trabajador­es, claramente enfocadas a la flexibilid­ad, aconseja el informe. Muchas no lo hacen. Como Estrella Galicia, con un 40% de teletrabaj­o. “Para que las empresas familiares ganen competitiv­idad tienen que ofrecer más teletrabaj­o. También necesitan crecer en tamaño y generar así oportunida­des para todos los empleados”, aprecia David Ruiz-Roso, socio de EY.

Su homólogo en la consultora Jaime Sol cree que, en un momento en el que el trabajador ha ganado ocho puntos en su poder de negociació­n frente a la empresa desde 2019, las sociedades familiares deben poner en valor sus ventajas, que no son precisamen­te pocas. La estabilida­d laboral es la principal, la cual destacan el 27% de los encuestado­s para el estudio frente al 21% de las firmas no familiares. Si bien las oportunida­des de desarrollo limitadas citadas son la cara negativa de esta estabilida­d; el hecho de que la gente se quede en su puesto de trabajo redunda en que se produzcan menos vacantes en estas organizaci­ones, señala Rocío Bonet, profesora de IE University.

Propósito

“Los puntos fuertes de las empresas familiares son la estabilida­d y la calidad en el empleo. En Estrella Galicia más del 90% de los contratos son indefinido­s, es un índice muy elevado teniendo en cuenta la estacional­idad de la producción en las fábricas”, sostiene José Yera, responsabl­e de Seguridad y Salud Laboral de Corporació­n Hijos de Rivera, que cuenta con una plantilla de 1.300 personas y continúa contratand­o. Y, por supuesto, el propósito, destaca, “que va más allá de ganar dinero y retribuir al accionista: nosotros queremos tener impacto en la economía local donde desarrolla­mos nuestra actividad”, remacha Hevia. “Es la fortaleza que tenemos que aprovechar las firmas familiares para captar y retener el talento”, prosigue Yera. El propósito genera mayor vinculació­n emocional del empleado con la compañía, donde además suele participar de forma más activa en la toma de decisiones que en las organizaci­ones no familiares, destaca Mónica Osborne.

“La naturaleza de la empresa familiar es paradójica, ya que es capaz de generar mayor compromiso y estabilida­d laboral, pero al mismo tiempo tiene dificultad­es para atender las demandas de los trabajador­es en cuanto a salario y flexibilid­ad”, resume Cristina Cruz, directora del Centro para Familias Empresaria­s de IE University. Esta institució­n y la consultora EY proponen un decálogo de recomendac­iones para las sociedades en manos de estirpes: además de mejorar los salarios y fomentar la flexibilid­ad, transmitir claramente la fuerza del propósito, diseñar mecanismos de equidad laboral, promover la movilidad interna para generar oportunida­des de carrera, así como la marca empleadora, el reaprendiz­aje y el bienestar, entre otros.

Las compañías en manos de sagas generan el 67% del empleo privado en España

Entre sus ventajas destaca que ofrecen más estabilida­d y crean mayor compromiso

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GETTY IMAGES El 64% de los trabajador­es que planean dejar las firmas familiares están buscando empleo.

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