La derecha, Sumar y Podemos asumen una noche vasca amarga
Rivales y socios del PSOE se centran en Cataluña y las europeas El rechazo socialista a Bildu frena una vía de ataque contra Sánchez
No serán una elecciones vascas dignas de reseñar y celebrar por la derecha española y por las formaciones nacionales a la izquierda del PSOE. El próximo domingo 21 de abril, una vez que se abran las urnas y se conozca el resultado final, la única aspiración de PP, Vox, Sumar y Podemos es que la noche termine pronto y el foco se centre en exclusiva en lo que obtengan PNV y EH Bildu, igualados ahora en la carrera electoral, para constatar cuál de los dos ha llegado primero a la meta. Esta no es una competición en la que la derecha y la izquierda de la izquierda tengan posibilidades de obtener algún protagonismo, sino que deberán conformarse con el papel de comentaristas. Esta es la realidad que dibujan hoy las encuestas. La apuesta de todos ellos reside en las elecciones catalanas del 12 de mayo y en las europeas que se celebrarán solo tres semanas después.
La cierta contención en la gresca nacional que ha supuesto el comienzo de la campaña en el País Vasco viene dada, según dirigentes de distintos partidos, de manera natural, por la propia actitud que exhiben los líderes políticos vascos. Una campaña con candidatos nuevos, muy desconocidos para los electores, por lo que aquí la marca es lo que cuenta. Otra singularidad la revelaba la pasada semana el estudio demoscópico de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER: la cuestión territorial está muy lejos de las principales preocupaciones de los vascos. Ni siquiera entre los votantes de EH Bildu es un asunto que se considere prioritario. La sanidad y los servicios públicos acaparan los desvelos de la población. No es baladí, sin embargo, la abrumadora mayoría nacionalista e independentista que saldrá de las urnas.
La pertinaz voluntad del PNV de formar gobierno con el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y la de este de facilitarlo, como proyecto estratégico de ambas formaciones, chafa por completo una de las líneas centrales de ataque de la oposición contra el presidente del Gobierno. “Presidente, se lo dices tú o lo digo yo: no vamos a pactar con Bildu”. Esta pregunta retórica del candidato socialista, Eneko Andueza, a Pedro Sánchez, sentado en primera fila en la inauguración de la campaña electoral el pasado fin de semana en Vitoria, tapona probablemente todos los resquicios del discurso nacional del PP sobre una hipotética alianza de los socialistas con la formación de Arnaldo Otegi, incluso en el supuesto de que la izquierda abertzale independentista ganara las elecciones, según remachan fuentes socialistas tanto de la dirección federal como de la vasca.
Si falla la sustanciosa —para el discurso de la derecha— línea de pactos de los socialistas con EH Bildu en el País Vasco, la de los acuerdos con el independentismo en Cataluña no se debilita, para bien de la estrategia del PP. La política de “concordia” que lleva adelante el Gobierno central se ha convertido en un fuerte asidero que el PP no soltará en estos 15 días de campaña vasca ni, todo seguido, hasta las elecciones catalanas del 12 de mayo.
Los populares verán hoy cumplido su deseo de celebrar en el Senado una sesión monográfica sobre la amnistía en virtud de su mayoría absoluta en la Cámara alta que les permite convocar todas las sesiones que deseen, así como constituir comisiones y reprobar ministros. Lo que no pueden hacer es convertir en obligatorias sus convocatorias. Los presidentes autonómicos del PSOE no acudirán. El de la Generalitat, Pere Aragonès, de Esquerra Republicana, sí intervendrá, más para dirigirse a Junts per Catalunya que a los socialistas, aunque su discurso no será nada grato para el Gobierno.
Máxima trascendencia
Las elecciones catalanas, y, después las europeas, sí son para el PP, Vox, Sumar y Podemos de la máxima trascendencia. En el barómetro de 40dB. del mes de abril, que hoy publican EL PAÍS y la Cadena SER, el ascenso del PP hasta el 35,5%, casi dos puntos y medio más que su resultado en las elecciones generales del pasado 23 de julio, puede avalar la orientación de su oposición: pocos contenidos de la realidad socioeconómica, posiciones desdibujadas sobre asuntos polémicos, nacionales o internacionales, y toda la carga crítica por las políticas en Cataluña y la corrupción que rodea el caso Koldo.
El PSOE, en este mismo estudio, pierde cerca de dos puntos en relación a las elecciones de julio. El acusado descenso de Sumar debe matizarse al haber incluido por primera vez este instituto demoscópico a Podemos, diferenciado de la fuerza que lidera Yolanda Díaz. La división penaliza y divididos irán en Cataluña y en las elecciones europeas.