“Les interesa lo suyo y, mientras, desmantelan la sanidad pública”
Miles de andaluces marchan en todas las capitales de la región contra la privatización del sistema sanitario
“Nada ha mejorado, todo ha ido a peor”. Era la conclusión generalizada de los miles de andaluces que el pasado 28 de octubre se manifestaron en toda la comunidad en contra del deterioro de su sanidad pública. Seis meses después, en la cuarta marcha convocada ayer por Marea Blanca en todas las capitales de la región, esa reflexión se repetía entre la miríiada de asistentes. Pero al hartazgo por la espera de 20 días para tener cita con el médico de cabecera o por continuar sin pediatras en los centros de salud de las zonas rurales, se ha sumado la indignación por el anuncio de nuevos contratos con la sanidad privada para reducir unas listas de espera disparadas y la rabia, en plena resaca del intento de uno de los principales responsables de ese caos, el exviceconsejero de Salud, Miguel Ángel Guzmán de fichar por la aseguradora Asisa. “¡Qué poca vergüenza! Les interesa lo suyo, sus propios intereses, ni los ciudadanos y, mientras, desmantelan la sanidad pública”, se lamentó Andrea, paciente de la sanidad pública en la manifestación de la capital andaluza.
Ella era una de las más de los casi 13.500 personas, según los datos de la Policía Nacional, que salieron a las calles de las ocho provincias andaluzas convocadas por Marea Blanca. Su portavoz, Sebastián Martín Recio, resumía las razones para esta movilización —la cuarta desde que el popular obtuvo la mayoría absoluta en 2022—: “Existe una estrategia dirigida a potenciar la sanidad privada a expensas del deterioro de los servicios públicos”, señaló, en referencia a los millones de euros derivados a conciertos con entidades privadas para tratar de atajar unas listas de espera quirúrgicas disparadas.
“Se está trasladando una desconfianza hacia la capacidad de la sanidad pública, dando a entender que solo a través de la privada se pueden resolver los problemas y eso genera una dependencia del sector privado”, enfatizó Martín Recio. Sergio García, radiofísico del Hospital Virgen del Rocío y miembro de la Asociación Defensa de la Sanidad Pública, ilustró con hechos las afirmaciones del portavoz de Marea, mientras iba de la mano de su hijo en la manifestación de Sevilla: “Mientras se destinan 200 millones a la privada para reducir las listas de espera, en el Virgen del Rocío han aprobado un recorte de 13 millones de euros en personal”. También se mostró indignado por el intento de fichaje del ex número dos de Salud por Asisa, aplazado hasta agosto después de que la Junta determinara que su paso al sector privado antes del 29 de julio incurría en incompatibilidad por los contratos que este había suscrito con el grupo asegurador cuando era gerente del Servicio Andaluz de Salud. “Estoy indignado, pero es lo normal. Son comisionistas que trabajan para fortalecer al sector privado, mientras recortan en la pública”, sostuvo.
Dos horas de médico
El mismo enfado mostró Pepi Ramos, ama de casa de 60 años. Como muchos de los manifestantes de Sevilla, ella vino desde un pueblo de la provincia, donde la falta de médicos y el tiempo de espera para coger cita no ha parado de agravarse desde la pandemia. Ella vive en Trajano (800 vecinos), una pedanía de Utrera. “No tenemos pediatra, solo disponemos de médico dos horas al día, como tarda entre 12 y 20 días en que te vea, pues nos vamos por urgencias, y el pobre tiene que echar horas extra”, explicó. Ella no puede pagarse un seguro privado porque no tiene “poder adquisitivo”. Remedios y Joaquín, un matrimonio de Sevilla, sí han tenido que recurrir al seguro para atender “un asunto médico que no podía esperar. Y eso que somos contrarios, pero no había más remedio”. Desde 2019 hasta 2022 el mercado se seguros en la comunidad se ha incrementado del 19,55% al 22,09%.
Los andaluces son los más disgustados del país con su sistema público de salud, según el último Barómetro sanitario del CIS de 2023. Una percepción que también comparten los profesionales sanitarios. “Llevo 40 años en el SAS y nunca había tenido que esperar 20 días para ser atendido ni se había privatizado la salud mental”, indicó Luis González, médico psiquiatra desde la manifestación de Sevilla. “Más que un problema de privatización, es un problema de desmantelamiento de lo público. Los profesionales nos sentimos abandonados, pero también los usuarios”, advirtió. González también cuestionó el argumento del Gobierno andaluz de que el problema de la sanidad pública se debe a la falta de médicos: “Hay más médicos, pero con contratos de corta duración y bajos salarios el sistema público es incapaz de retenerlos”.
Él, como Remedios y Joaquín Ramos, o Sofía Sánchez, de Espartinas, acudieron a todas las manifestaciones. “Les importamos poco, solo están pendientes de sus intereses, la sanidad privada para los amigos y la pública para los que no podemos pagarnos otra cosa”, opinó Sánchez. “El Gobierno puede no querer enterarse, pero sí se enteran los pacientes y los profesionales”, advirtió Nuria López, secretaria general de CC OO en Andalucía. “Si no nos atiende está demostrando una torpeza política que le va a costar caro”, coincidió Martín Recio.