El Pais (Nacional) (ABC)

Guardiola inventa el ‘mini-Messi’

Phil Foden se convierte a los 23 años en uno de los jugadores más resolutivo­s de Europa

- DIEGO TORRES

Acababan de nombrarlo MVP. Había metido dos goles y había dado una asistencia. A sus pies se rendía el Crystal Palace cuando las cámaras de la televisión de la Premier apuntaron a Kevin de Bruyne y le preguntaro­n por su partido, tras el 2-4 el sábado pasado. “La gente habla de mi longevidad en el máximo rendimient­o”, dijo el belga, borde, críptico y honesto, señalando al banquillo. “Pero si no juego bien no voy a ser titular. Phil ha estado impresiona­nte esta temporada y pone mis los pies en la tierra. Me da ese pequeño empujón. Conozco a Phil desde 2017. Ya no es un chaval. Es una estrella establecid­a”.

Pocas veces la figura consagrada de un equipo sacrificó su momento de gloria con más convicción que De Bruyne cuando este sábado en Selhurst Park, a sus 32 años, situó a Phil Foden, que no había jugado ni un minuto, sentado por Guardiola en el banquillo, como a su competidor directo en la línea de tres cuartos del ataque más sofisticad­o de Europa. El veterano mediapunta del City amplificó el clamor unánime que se propaga desde las secretaría­s técnicas de los clubes de referencia del continente. Foden, nacido en el gran Mánchester hace 23 años y canterano del City desde los ocho, se ha metido a base de acciones continuada­s en todos los escenarios del juego en la lista de los diez futbolista­s más determinan­tes que existen.

Nadie ha dado un salto evolutivo más grande en lo que va de temporada, y nadie lo ha hecho en más dimensione­s. Igual que Messi, la divisa que imita, Foden domina el catálogo más variado de regates, la organizaci­ón en el mediocampo, y el gol en todo el abanico de la definición. “Creo que este año he crecido en la comprensió­n del juego”, dijo la semana pasada. “El mánager [Guardiola] me dijo que crecería si aprendía a no precipitar­me en cada jugada”.

Como buen futbolista inglés, Foden es generoso para defender e impulsivo en el ataque. Durante años hizo un casus belli de cada balón que tocó. Poco a poco, Guardiola le convenció de que Messi, su ídolo, no empleaba cada pelota que le pasaban para desequilib­rar. La mayoría de las veces, jugaba rápido y fácil, como si no se diera importanci­a. Un secreto de los jugadores grandes de verdad.

Su último gol al Aston Villa, la culminació­n de un hat trick el miércoles pasado, concentró muchas de sus virtudes y de sus defectos. Primero, tuvo el coraje de meterse como un poseso en el cuadrado que formaban los pivotes y los centrales del Villa, apretados para impedir filtracion­es. Ahí le pasó la pelota Rodri y lo primero que hizo es doblar la apuesta. En lugar de devolver de cara, se giró. Encaró a Diego Carlos, Chambers y Lenglet, y en lugar de buscar el apoyo rápido y fácil de Julián Álvarez, que se le mostró a un lado, resolvió avanzar hacia el valle de las sombras. Le animaba el espíritu de la Carga de la Brigada Ligera. Su corazón británico le metió en un embudo sin salida. Acabó en el suelo. Lenglet le robó la pelota. La jugada parecía muerta y el Villa armaba la contra cuando el caído se levantó, reaccionó como un mastín, despojó a Lenglet de la pelota y sin más demora soltó la catapulta de su pierna izquierda. El disparo entró como un rayo por la escuadra.

“Tiene gol”, se encogió de hombros Guardiola, “cuando llega cerca del área tiene el don del último toque; desborda por las dos bandas; tiene criterio por el medio... Puede hacer de todo”.

Foden sumó un gol y una asistencia en la pasada Champions. En la última temporada de la Premier, hizo 11 goles y dio cinco. En la campaña más grandiosa de la historia de su club, no consiguió tener un gran peso. Se lo impidieron, fundamenta­lmente, las lesiones. Él siente que no estuvo a la altura de su capacidad. Quiere resarcirse. Ahora suma cuatro goles y tres asistencia­s en la Champions y 14 goles y siete asistencia­s en Premier. Se ha convertido, junto con Rodri y Bernardo, en el jugador más influyente de su equipo. En sus manos está consolidar­se como un excelente jugador o aproximars­e al planeta de Messi.

Mbappé y Haaland son especialis­tas del gol. Musiala es especialis­ta en la generación de juego. Bellingham es llegador. Phil Foden es, según analistas de las secretaría­s técnicas de Arsenal, Chelsea, Liverpool y Bayern, el único en el gran escalafón que puede presumir de abarcar todas las dimensione­s: extremo por los dos costados, interior y punta. Su visita al Bernabéu, mañana en la ida de los cuartos de final de la Champions, puede ser un hito en la progresión del jugador con más recursos de la nueva generación de estrellas. Un mini-Messi fabricado por Guardiola a golpe de gestión emocional, banquillaz­os y espaldaraz­os para llevarlo al límite de la velocidad evolutiva.

“Hace todo bien”, dice Guardiola sobre este organizado­r que dribla y golea

El técnico le ha enseñado a jugar fácil, como tantas veces hacía Messi

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DAVE THOMPSON (AP) Foden intenta irse de Diego Carlos y Lenglet, del Aston Vila, el miércoles en el Etihad.

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