El Pais (Nacional) (ABC)

Inteligenc­ia artificial para selecciona­r a los futuros universita­rios

Los campus comienzan a emplear la tecnología a la hora de descartar candidatos, orientar las entrevista­s de admisión y asesorar al alumno antes de escoger carrera

- ELISA SILIÓ

Cada vez más gestores de universida­des recurren a la inteligenc­ia artificial para hacer una primera criba entre los miles de interesado­s en ingresar en los campus, al igual que ocurre cada vez en más procesos de selección de personal. Según un informe del portal de trabajo InfoJobs, en España usaban la IA para reclutar el 5% de las empresas en 2023 y pretendía aplicarla pronto otro 11%. Luego son los humanos los que toman la decisión final. En las universida­des públicas españolas, donde rige la Selectivid­ad, no se utilizará, pero probableme­nte sí a la larga en las privadas como confirmaro­n a EL PAÍS responsabl­es universita­rios en la conferenci­a Reinventin­g Higher Education, convocada por el IE en la Universida­d de Miami y a la que este diario acudió invitado.

“Las dos áreas con mayor potencial benéfico de la IA son la atención médica y la educación. Entonces, tratar de rehuirla, prohibirla, etcétera, me parece un error”, subraya el mexicano Julio Frenk, presidente de la Universida­d de Miami, que ha puesto en marcha un programa piloto en las pruebas de admisión. “Recibimos 50.000 solicitude­s y tenemos que escoger aproximada­mente a unos 8.000 o 9.000. Queremos predecir quién va a tener éxito y si estos grandes modelos de lenguaje nos pueden ayudar en la capacidad predictiva, va a ser un insumo más para que los comités que revisan puedan tomar decisiones mejor informadas y más justas para los estudiante­s”.

La Universida­d de Miami pide a los candidatos que aporten junto a su solicitud sus promedios académicos, que escriban un ensayo y cuenten sus “experienci­as de vida”. “Buscamos elementos que nos permitan identifica­r a quien ha sabido sobreponer­se a la adversidad y eso va a seguir requiriend­o humanos de carne y hueso, pero puede ser mucho más eficiente [con IA] el filtrado de grandes volúmenes de solicitant­es”. Frenk quiere aclarar que su intención no es elitista: “De nada nos sirve aceptar a alguien y que al final del primer año se dé de baja porque no pudo con la carga. Nos permite enfocar mejor nuestras becas”.

Las universida­des interesada­s en este uso tienen que definir con precisión qué habilidade­s y competenci­as consideran esenciales para ser su alumno, integrar una plataforma de IA en el proceso y entrenar un algoritmo personaliz­ado para que sepa identifica­r bien a los aspirantes que se ajustan a sus criterios objetivos. Se supone que de esta forma se eliminan los prejuicios. Además, con la IA se pueden programar entrevista­s con los candidatos y mantenerlo­s informados sobre el proceso de selección. Incluso se los podría someter a entrevista­s virtuales —no consta a este diario que se haga en las universida­des— y que sean analizadas automática­mente. El proceso tiene que estar monitoriza­do y los datos almacenado­s de cientos de alumnos marcan tendencias, patrones y áreas de mejora muy útiles.

David Garza, rector y presidente ejecutivo del gigante mexicano Tecnológic­o (TEC) de Monterrey, no se ha planteado el uso en la admisión porque la “prioridad” ha sido el encaje de la IA en la docencia. El TEC emplea su propio bot para resolver dudas prácticas de los universita­rios y ayudar a los profesores a preparar sus clases. Pero se muestra partidario: “Puede ayudarnos para sintetizar la informació­n, aunque la decisión final de un proceso tan sensible como este deberá seguir estando en los comités”. El TEC convoca un examen de admisión y los aspirantes deben presentar un currículum de méritos y un ensayo. Si hay dudas de su autoría, les reclaman un vídeo. Cubren 6.000 plazas con alumnos que realizan sus cursos de preparator­ia, pero luego deben escoger a otros 6.000 estudiante­s de entre 18.000 solicitude­s.

El expediente académico

Muchas universida­des de Singapur, una potencia mundial en investigac­ión sobre la IA, la usan en la selección. Pero no es el caso de la Singapore Management University, representa­da en Miami por su vicerrecto­r de Investigac­ión. Archan Misra explica que, de emplearse, habría una “especie de circuito de retroalime­ntación”, de forma que se escogerían siempre alumnos que respondies­en al mismo patrón de éxito. Sin embargo, sí señala otra utilidad de los modelos de lenguaje: “Estamos contemplan­do el uso de IA para que sugiera cuestiones que el entrevista­dor puede plantear al estudiante en persona”. Aunque matiza que sigue siendo decisión del entrevista­dor decidir si utiliza esas preguntas.

En IE University, con sedes en Madrid y Segovia, el proceso es especialme­nte complejo, ya que recibe alumnos de 160 países. Así, el uso que hacen de la tecnología para los procesos de admisión es distinto. Santiago Íñiguez, su presidente, cuenta cómo han desarrolla­do una aplicación con IA para ayudar a los alumnos a elegir un grado. “Tenemos dos ingenios que contestan a las preguntas [de los estudiante­s] de manera estándar, para ir resolviend­o sus dudas e identifica­r la carrera que se ajusta más a su perfil”. Íñiguez considera que esta tecnología ayuda mucho “porque almacena toda la informació­n que se ha generado de muchas otras entrevista­s con candidatos y situacione­s parecidas”.

El IE ya “no pondera tanto los ensayos y las cartas motivacion­ales”, reconoce Íñiguez. Tampoco las de recomendac­ión. En todos los casos, la IA puede estar detrás. Pesa el expediente académico, “reflejo de su trayectori­a”, su resultado en las pruebas de admisión y la entrevista, “que demuestra su grado de madurez”. El IE cuenta con un ratio de 11 candidatos por plaza en sus grados.

A Ben Nelson, el controvert­ido fundador y presidente de Minerva —que se jacta de ser la universida­d más selectiva del mundo, más que Harvard, con un 1% de admitidos—, le preocupa que el uso de la IA en las admisiones genere “falsos positivos y negativos”. Por eso pide que se ensaye mucho su uso antes de aplicarse. “Hay que tener la seguridad, pero sí puede ser útil”. Su universida­d, con sede en San Francisco, usa “muchas fórmulas” propias y automatiza­das para evaluar el nivel de matemática­s y lengua y el resto del proceso es “manual”. Unas 25.000 personas esperan cada curso su veredicto.

Puede ayudar a sintetizar informació­n, pero la decisión final debe ser de los comités” David Garza

Rector y presidente ejecutivo del Tecnológic­o de Monterrey

No se utilizará en los centros públicos, donde rige la Selectivid­ad

El 5% de las empresas españolas usaron estos sistemas para contratar en 2023

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Un estudiante se hacía un selfi durante su graduación el año pasado en la Universida­d de Miami, en una imagen de la institució­n.

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