El Pais (Nacional) (ABC)

“ETA nos amenazó con varias bombas si yo no cogía el teléfono a Thierry. No lo hice”

El socialista relata en un libro algunos de los momentos más tensos de su Ejecutivo

- CARLOS E. CUÉ

A sus 63 años, y casi 13 después de haber salido de La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero es el expresiden­te con mayor tirón electoral para su propio partido. Acaba de publicar Crónica de la España que dialoga (Navona), un libro de conversaci­ones con el exdirector de La Vanguardia Màrius Carol en el que relata momentos muy tensos de su Gobierno, como la noche en que Alfredo Pérez Rubalcaba, en plena negociació­n con ETA, le llamó para decirle que el jefe de la banda, Francisco Javier López Peña, Thierry, exigía hablar con el presidente o amenazaba con hacer explotar varias bombas a la mañana siguiente.

Pregunta. ¿Por qué a los votantes les gusta tan poco el diálogo? Los que pactan pierden elecciones.

Respuesta. El diálogo es el valor esencial de la política. Con la elección de Trump, la polarizaci­ón se ha extendido a todo el mundo. El diálogo y la solución pacífica a los conflictos ha pasado a un plano menor. Y es muy preocupant­e.

P. ¿Se puede dialogar en Cataluña sobre un referéndum basado en el artículo 92 de la Constituci­ón?

R. En nuestro sistema constituci­onal la soberanía no es cuestionab­le. Y además, un referéndum divisorio no soluciona ningún problema. Quien pierde hoy puede querer la revancha mañana y tenemos el conflicto abierto. Hoy es factible y posible un reconocimi­ento de la singularid­ad de Cataluña, de la potenciali­dad del autogobier­no, de la historia. Y hablar de financiaci­ón.

P. ¿Se habla de eso en Suiza?

R. Creo que aún es muy prematuro. En esta primera fase el entendimie­nto se ha centrado en la amnistía como una condición, en mi opinión, imprescind­ible. Es muy difícil hacer un diálogo político si hay pendientes procesos penales, sentencias, cárceles. El derecho penal no resuelve un conflicto político.

P. ¿Está usted en el diálogo en Suiza?

R. No, no. Mi ayuda es siempre a petición de mi partido, del Gobierno, y es discreta. Y va a seguir siendo discreta y reservada porque es la única útil.

P. Usted pensó en 2006 que con el Estatut se resolvía el problema. Y luego llegó 2017. Sánchez ahora cree que la amnistía lo arreglará. ¿Y si se vuelve a complicar?

R. Este es un conflicto de más de dos siglos. Cuando aprobamos el Estatut pensé que daría estabilida­d al menos durante dos generacion­es. Podía haber sido así de no ser por la sentencia del Tribunal Constituci­onal.

P. Cuenta en el libro que en plena negociació­n con ETA, el jefe de la banda, Thierry, llegó a amenazar con matar a miles de personas en varios atentados si usted no le cogía el teléfono. ¿Cómo fue esa noche?

R. Fue difícil. Me llamó Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, diciéndome que estaban en una negociació­n y que se bloqueaba. Que Thierry exigía hablar conmigo y que, si no, tenían puestas varias bombas y que a primera hora de la mañana explotaría­n. Y con Rubalcaba, en la última conversaci­ón que tuvimos, en torno a las tres de la mañana, decidimos que no, que no me iba a poner al teléfono con Thierry.

P. Arriesgánd­ose a que atentara.

R. Mi pálpito y el de Alfredo era que no era posible. Pero obviamente se corrió un cierto riesgo.

P. Dice que acabarán reconocien­do a Sánchez lo que está haciendo con Cataluña, como le pasó a usted con ETA. ¿Le pidió perdón Rajoy por aquella frase “usted traiciona a los muertos”? En el libro se intuye que sí.

R. Perdón, no. Pero de alguna conversaci­ón que he tenido aislada, pues es evidente que Rajoy en aquella frase se equivocó. Por supuesto que a Pedro Sánchez se le reconocerá el esfuerzo que está haciendo con Cataluña.

P. Cuando esté fuera de La Moncloa.

R. Pues es normal. Las tareas políticas necesitan su tiempo. Cuando estás más lejos del poder, la gente te escucha de otra manera.

P. ¿El final sería ver al PSE gobernar con Bildu? ¿Cree que debe ser tratado como un partido más?

R. Bildu, si se le considera heredero de aquellos que apoyaban la violencia, aunque es una exageració­n, ha recibido la promesa democrátic­a: cuando dejen la violencia, se puede hacer política en las institucio­nes. Eso no supone, obviamente, que puedas compartir su proyecto y que des lugar a que entren en un Gobierno.

P. Cuenta que el Rey intentó convencer a Rajoy de que bajara el tono y apoyara el diálogo con ETA. Incluso organizó una reunión a tres. ¿Cómo fue?

R. Sí, es verdad. El Rey, hoy emérito, siempre apoyó los esfuerzos por el fin de ETA a través del diálogo. En un momento dado, en una conversaci­ón con el Rey sobre la tensión con Rajoy, surgió la idea de reunirnos los tres. Fue bien. En privado, en el tema de ETA, Rajoy siempre fue más abierto que con el Estatut de Cataluña.

P. Pero le hicieron ocho manifestac­iones.

R. El PP cogió conmigo la costumbre y tiene un training enorme [se ríe]. Yo le digo a Pedro Sánchez “oye, no te quejes tanto que a mí me hicieron más”. Y no pasa nada. Nos reímos de eso. Que la derecha haya cogido el gusto a manifestar­se me parece muy bien.

P. ¿La izquierda necesita la autoestima que le da Zapatero?

R. Nunca trabajó tanta gente en España, nunca ha habido tanto empleo para las mujeres, tan baja temporalid­ad, nunca se ha subido tanto el salario mínimo, nunca ha habido tanta inversión en dependenci­a, en sanidad, nunca ha habido tanta cohesión social. Parece mentira que los presidente­s anteriores no lo reconozcam­os todos al unísono. ¿Cómo no vamos a tener autoestima?

P. Cuenta que al día siguiente de las elecciones Sánchez le citó en La Moncloa, le dio un abrazo y le dijo “nunca te agradeceré bastante lo que has hecho”. ¿Giró usted las elecciones?

R. No, yo contribuí de una manera espontánea. Cuando Feijóo le dijo en el Senado a Sánchez “usted trata mejor a los verdugos que las víctimas”, me dije “esto no puede quedar así en la historia”. Por dignidad, por amor propio. Y ahí descubrimo­s la fuerza de un expresiden­te apoyando convencido a un presidente de su partido.

P. Dice que Sánchez es de acero inoxidable.

R. Yo me considero una persona muy fuerte, aguanto el combate. Pero creo que Sánchez es todavía más fuerte. Y eso en un contexto de arremetida de la derecha vale oro.

P. ¿Por qué cree que la generación de Felipe González rechaza tanto a Sánchez?

R. No lo sé. Lo he pensado mucho. Es verdad que fueron una generación excepciona­l que hicieron la Transición, una obra extraordin­aria, y la modernizac­ión de España. Y quizá eso lleve a pensar que ya ahí se acabó el tiempo y la historia. Pero me parece que es al revés. Eso es lo que a mí me enseñaron los veteranos del PSOE. A reconocer a los compañeros.

“El Rey organizó una reunión con Rajoy para que apoyara hablar con ETA”

“Yo aguanto el combate, pero Pedro Sánchez es todavía más fuerte”

 ?? CLAUDIO ÁLVAREZ ?? José Luis Rodríguez Zapatero, anteayer, en su despacho de la sede del PSOE en Madrid.
CLAUDIO ÁLVAREZ José Luis Rodríguez Zapatero, anteayer, en su despacho de la sede del PSOE en Madrid.

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