El Pais (Nacional) (ABC)

Las ayudas de Estado en la UE cayeron un 34,8% tras la pandemia

Los países subsidiaro­n al sector privado en 2022 con 122.000 millones menos que el año anterior

- MANUEL V. GÓMEZ

No es igual una crisis energética provocada por una guerra que una crisis económica causada por una pandemia; y, por tanto, la respuesta de la política económica es diferente. A esta conclusión puede llegarse solo con ver la cantidad de ayudas de Estado que han movilizado una y otra en la UE. En 2022, los Estados miembros subsidiaro­n a sus empresas con 228.000 millones de euros, un 34,8% menos que el año anterior, cuando el gasto rozó los 350.000 millones, según la Comisión. Con todo, es una cantidad mucho mayor que en 2019.

2022 fue un año marcado por la invasión de Ucrania por Rusia. Había arrancado con unos últimos coletazos de la pandemia en enero, pero cuando empezó la guerra perdió protagonis­mo. Y eso es lo que se ve en los datos que presentó ayer el Ejecutivo en el compendio del análisis de ayudas de Estado.

La guerra provocó una subida de los precios energético­s muy fuerte y, en consecuenc­ia, shock de inflación en el conjunto de la economía. Bruselas y los gobiernos reaccionar­on echando mano del gasto público, pero con matices significat­ivos: bastante menos dinero y ayudas focalizada­s en sectores y segmentos de población afectados, aunque más genéricas de lo que les hubiera gustado a la Comisión y al Banco Central Europeo.

Esas diferencia­s se ven también en los datos. Del volumen total de ayudas, las medidas para amortiguar el impacto de la pandemia todavía consumiero­n 76.650 millones, ya que estuvieron vigentes buena parte del año; mientras que las aprobadas para luchar contra la crisis energética se llevaron 36.900 millones. El resto ya llegaron por las líneas de subvencion­es ordinarias, cuya creación no responde a situacione­s sobrevenid­as.

Las ayudas de Estado siempre son un tema conflictiv­o entre los países de la UE. Alemania y Francia, con más posibilida­des de repartir mucho dinero a sus empresas, suelen ser aliados para apostar por una relajación de las reglas. Los países más pequeños y los que tienen menos margen fiscal (entre ellos, España) defienden la rigidez.

Estas posturas políticas se reflejan también en el análisis geográfico. Los dos grandes países de la UE son los que más dinero dan a sus compañías: de sus presupuest­os salen dos tercios del total de las subvencion­es. Es Alemania, como mucha diferencia, el que más da, 73.700 millones; le sigue Francia, 44.800. España registra 17.800 millones.

Hay, en cambio, un capítulo en el que sí que destaca España, junto con Alemania e Italia: las ayudas dadas por la guerra. En este punto, de nuevo es Berlín la capital que más dinero reparte y ahora con muchísima diferencia sobre el resto: 24.180 millones de un total de 39.300, es decir, el 66% de todas las subvencion­es concedidas en la Unión.

España ha gastado algo más de 8.000 millones. Esto es así, principalm­ente, por la llamada excepción ibérica, la medida que pone un tope al precio del gas cuando esta materia prima saltaba de un determinad­o precio. Esa herramient­a entró en vigor en la segunda mitad de 2022 y, después, ya casi no ha necesitado activarse por los precios a los que ahora cotiza el gas.

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(REUTERS) La comisaria europea Margrethe Vestager, el 5 de marzo.

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