El Pais (Nacional) (ABC)

Trossard saca al Arsenal del pasmo

- DIEGO TORRES

El Arsenal, líder de la Premier, nunca consiguió dominar al doliente Bayern de Tuchel, que marcha de crisis en crisis en la Bundesliga, sin juego y en el umbral de un motín de su plantilla contra un entrenador al que no parece comprender. No pudo el equipo de Arteta hacer otra cosa que ir a remolque de los aventurero­s que dirigió Harry Kane hasta el 2-2. Solo la entrada de Trossard redimió a los gunners.

El factor emocional pesó más en el partido que las considerac­iones tácticas, técnicas y físicas. El Arsenal jugó agarrotado por el peso de una historia que le sitúa a la cabeza de la Premier a falta de siete jornadas. La presión se traslada a la Champions, en donde ya el Oporto, en octavos, le llevó al límite de la tanda de penaltis. Pasó por el ojo de una aguja para toparse con un adversario que también venía atormentad­o, pero por otras razones. El Bayern va camino de perder su primera Bundesliga después de 11 temporadas victoriosa­s. La presión social sobre los jugadores se multiplica cada día. Al Bayern, la platilla más potente de Europa continenta­l, le urge agarrarse al clavo de la Champions como sea. Con ese espíritu acudió a Londres.

Thomas Tuchel se jugaba el puesto. Tras la derrota ante el recién ascendido Heidenheim (32) se hizo tan evidente que había perdido el vestuario que la directiva consideró el despido. El viaje al Emirates fue el viaje al limbo. El Bayern jugó a sobrevivir. Sin forma. Sin ideas. Liderados por Kane y Musiala, los jugadores se limitaron a agruparse, salir de la presión a la desesperad­a, y contragolp­ear con Sané.

Ni el Bayern ni el Arsenal conseguían deshacerse de las respectiva­s presiones que sufrían con más o menos decisión. Arreciaban los pelotazos. Hasta que no aparecía Odegaard en escena, el equipo de Arteta no encontraba el modo de hilar jugadas con criterio y profundida­d. Un pase del noruego a Saka por el costado derecho desencaden­ó la acción del 1-0, anotado por el propio Saka. La réplica llegó cinco minutos más tarde a raíz de una salida indecisa de Magalhaes con Kiwor. Robó Sané, pasó Goretzka entre los centrales y definió Gnabry sobre la salida de Raya.

El partido no tenía dueño. La pelota incomodaba a los dos equipos por igual. Kane, descolgado al mediocampo para poner orden, dictaba los tiempos cuando la tenía el Bayern pero se alejaba de la zona donde puede ser más concluyent­e. Tras un contragolp­e de Sané, desatado a grandes zancadas hasta provocar el penalti de Saliba, el nueve inglés metió el 1-2 de penalti. Fue la ejecución de una vieja costumbre: sus 14 goles al Arsenal en la Premier recuerdan que el club del norte de Londres fue su víctima más frecuente.

Solo el ingreso de Trossard en la segunda parte enderezó el rumbo torcido del Arsenal. Además, el belga metió el 2-2. Un empate que no parece suficiente patrimonio para viajar a Múnich sin aprensione­s la semana que viene.

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SHAUN BOTTERILL (GETTY) Trossard celebra su 2-2.

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