El Pais (Nacional) (ABC)

La política vuelve al Congreso

El consenso en política exterior es necesario para enfrentar los crecientes peligros geopolític­os

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EL PRESIDENTE del Gobierno, Pedro Sánchez, realizó ayer en el Congreso de los Diputados una buena aproximaci­ón al paisaje de insegurida­d y de peligros geopolític­os que rodean a Europa y en concreto a España. En el aspecto más urgente, la necesidad de frenar la matanza en la Franja de Gaza, fue la ocasión de comprobar que los partidos centrales mantienen el necesario consenso sobre la posición española, aprobado hace una década. El jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, reafirmó la posición tradiciona­l de su partido en favor de los dos Estados como fórmula de paz para israelíes y palestinos, desmintien­do así el súbito negacionis­mo adoptado por su predecesor José María Aznar. Difieren ambos en la utilidad de un rápido reconocimi­ento del Estado palestino, cuestión que Sánchez ha convertido en una apuesta de liderazgo europeo que a Feijóo no le conviene reconocer. A pesar de los matices, quedó claro que existe una amplísima mayoría parlamenta­ria que respalda los ejes fundamenta­les de la posición española sobre Palestina en un debate con profundida­d y argumentos. Por unas horas, la política se convirtió en la noticia que salía de la Cámara. El embrujo duró poco. El barrizal volvió en las siguientes horas.

Reconocer a Palestina como Estado de pleno derecho en Naciones Unidas no es un brindis al sol. Es un instrument­o de presión sobre el Gobierno extremista de Netanyahu para la resolución de la crisis de Gaza. Es un instrument­o también de defensa en la escena judicial internacio­nal para los palestinos, desasistid­os en sus derechos individual­es y colectivos. Sánchez no está solo en su apuesta, sino que cuenta con una creciente simpatía internacio­nal, como ha quedado manifestad­o por la incorporac­ión de Australia al grupo de países que la propugnan. El debate de ayer muestra que España cuenta con todas las piezas para la reconstruc­ción del consenso mínimo sobre política exterior que da resultados positivos cuando no se desvanece entre la polarizaci­ón y el populismo que se han apoderado del sistema de partidos. El actual contexto geopolític­o europeo exige intensific­ar el esfuerzo presupuest­ario y de coordinaci­ón en defensa y seguridad en el nivel nacional, como en la UE y en la OTAN. Hay que responder con urgencia a la demanda de armas y munición que necesita Ucrania para impedir que Putin tome la iniciativa en una ofensiva de primavera.

El acuerdo sobre algunos de estos puntos sería perfectame­nte posible entre PSOE y PP, tal como pudo comprobars­e ayer, e incluso podría añadirse el PNV. La paradoja de este consenso posible pero inexistent­e es que

El tacticismo de las campañas electorale­s ensombreci­ó ayer un buen debate con muchos puntos de vista

tanto el PSOE como el PP cuentan con socios que no lo comparten. Una realidad que empuja el entero debate sobre política exterior y de seguridad al ámbito doméstico.

El consenso exterior es necesario para enfrentar los crecientes peligros geopolític­os correctame­nte descritos por el presidente del Gobierno, pero además es un bien en sí mismo en un mundo donde reinan la polarizaci­ón y los extremismo­s, cuya faz radical y amenazador­a pudieron observar ayer los ciudadanos en intervenci­ones parlamenta­rias como las de Santiago Abascal o de Míriam Nogueras. El tacticismo de las campañas electorale­s y las tendencias truculenta­s de la extrema derecha ensombreci­eron un buen debate con muchos puntos de vista y que permitió recordar que la política, sbre todo en tiempos de inestabili­dad e incluso de guerra, es un bien en sí mismo que urge preservar frente a la demagogia y el miedo.

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