Rato califica de “fabulación” las acusaciones sobre el supuesto origen ilícito de su fortuna
El exvicepresidente niega irregularidades en su declaración en el tercer juicio contra él
Rodrigo Rato, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar (PP), considera que las acusaciones sobre el supuesto origen ilícito de su fortuna son una auténtica “fabulación” de la Fiscalía Anticorrupción. Así se pronunció ayer el expolítico y exbanquero durante su declaración en el juicio contra él que acoge la Audiencia Provincial de Madrid desde diciembre. A lo largo de cuatro horas, el exdirigente popular defendió su inocencia, negó todas las irregularidades, y acusó incluso a los investigadores de “ocultar” información y tergiversar datos para sentarlo en el banquillo.
“Este caso es la búsqueda del tesoro perdido”, satirizó Rato sobre las imputaciones que pesan sobre él, que incluye el uso de testaferros. “Esta pretensión de que cualquier persona que trate conmigo soy yo... Esta pretensión de que yo tengo un patrimonio oculto no se sostiene [...] Mi hermana, mi sobrino... Todo bicho viviente que trata conmigo, inmediatamente su dinero es mío”, alegó.
Durante su interrogatorio, que continuará hoy, Rato cargó contra la Fiscalía y contra los inspectores de Hacienda. Llegó a calificar las acusaciones de “tonterías”. Y en un determinante momento, visiblemente alterado, cargó contra el abogado del Estado: “Este señor que está aquí, el primer día de juicio dijo que Luxemburgo es un territorio opaco para la agencia pública española”, exclamó. “¿Es que nos toman por tontos?”.
Anticorrupción mantiene que Rato urdió una intrincada trama societaria para ocultar su patrimonio a Hacienda desde 1999 (cuando formaba parte del Gobierno de Aznar), que incluyó movimientos de dinero y actividades de inversión con cuentas bancarias desperdigadas por el mundo. La fiscal sostiene que, igualmente, cobró comisiones ilegales por la adjudicación de contratos publicitarios durante su etapa como presidente de Caja Madrid y Bankia.
Este es el tercer juicio que afronta Rato. El expolítico ya fue condenado en 2017 a cuatro años y medio de cárcel por el uso de las tarjetas black de Caja Madrid —lo que supuso su entrada en prisión, de la que salió en 2020— . Por su parte, la Audiencia Nacional lo absolvió en 2020 en el proceso por la salida a Bolsa de Bankia.
Ayer, Rato anunció que no contestaría a las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, que pide que se le condene a cerca de 70 años de cárcel, y de la Abogacía del Estado. Según se justificó, las acusaciones han utilizado contra él toda una batería de correos electrónicos intervenidos durante la instrucción judicial, que no se han expulsado de la causa y que “afectan a terceras personas” ajenas al proceso.
La abogada de Rato tomó la palabra a las 10.53. A partir de entonces, navegó por unas preguntas que siempre han buscado apuntalar su tesis de defensa. El exvicepresidente repitió que, cuando se abrió la investigación contra él, ya había regularizado todo su dinero, y que todo está declarado a partir de entonces.
Entre otros aspectos, el expolítico atribuyó parte del origen de su fortuna a una herencia de su progenitor. “Mi padre pagó una multa en 1968 por tener dinero fuera de España. Pero no se le obligó a repatriarlo y nunca lo repatrió”. El exdirigente del PP también cargó contra los inspectores y las acusaciones por cuestionar que viviera fuera de España durante su etapa al frente del FMI.
De aquella etapa, Rato explicó que tenía dos cuentas en EE UU, una perteneciente al propio FMI, donde se ingresaba su salario, y otra en el banco BSI. Sobre esta última, señaló que fue la entidad la que decidió que la cuenta se abriera en la sucursal de Bahamas; y que en 2008, cuando regresó a España, se trasladara a Suiza.
Asimismo, en varias ocasiones apostilló que el dinero de esta cuenta era “limpio”, ya que procedía de la devolución de un préstamo y de la venta de un inmueble de una sociedad familiar, y que su actividad es totalmente lógica: “Si tengo 700.000 euros y muevo un millón, comprendo que a alguien le pueda llamar la atención. Pero si tengo un millón y muevo 700.000, no tiene ningún sentido”, afirmó.
En cualquier caso, Rato subrayó que él “no movía nada”, sino que lo hacían gestores o intermediarios, ya que el FMI impedía gestionar las “carteras” propias, al tiempo que destacó que el Fondo solicitaba a todos los funcionarios y miembros del consejo información anual de todas las inversiones para controlar que nadie se beneficiaba de “información privilegiada”.
“Este caso es la búsqueda del tesoro perdido”, satirizó el exbanquero
La Fiscalía Anticorrupción pide una condena de cerca de 70 años de cárcel