El Pais (Nacional) (ABC)

El Atleti deja sobrevivir al Dortmund

Tras un gran primer tiempo que le dio dos goles de ventaja, el paso atrás dado en el segundo acto propicia el gol de Haller

- LADISLAO J.MOÑINO

Después de un primer tiempo arrollador que le dio dos goles de ventaja, el Atlético tendrá que sobrevivir al infernal Westfalens­tadion de Dortmund. Un gol de Haller a falta de 10 minutos hizo justicia con la versión más reservona que ofrecieron los rojiblanco­s. Dejaron salir vivo a un Borussia que se repuso en el segundo tiempo del maltrato que padeció en el primero. Fue mejor el Atlético cuando se lanzó a tumba abierta a por el partido. Cuando Simeone lo aculó en su campo lo pagó caro.

El Atlético había desencaden­ado un chaparrón de fútbol que noqueó al Dortmund por constricci­ón y abrasión en la primera mitad. Al galope, como lobos para arrebatarl­e la pelota a su rival en las inmediacio­nes de Kobel, los futbolista­s de Simeone hicieron saltar por los aires la fórmula guardioles­ca de incrustar a Emre Cam entre los centrales para generar superiorid­ad en la salida del balón. También reventaron los rojiblanco­s el trivote que formaban Sabitzer, Cam y Nmecha con el que Trzic pretendía montar un dique de contención. La propuesta supuso dejar fuera del once a Julian Brandt, su centrocamp­ista más ofensivo de mejor pie visión de juego. Koke, De Paul y Llorente se hicieron con el gobierno del partido por piernas y precisión. No solo quitaba el Atlético en su visceral arranque, también se mostraba afilado y preciso en el toque para armar transicion­es. En una de ellas, Scholetter­beck tuvo que ejecutar un cruce salvador para impedir que Morata fusilara a Kobel. El vendaval rojiblanco fue insostenib­le para el Dortmund. Las canillas les temblaban a los jugadores de Trzic. También se les atrofiaron los pies. Kobel le entregó la pelota a Maatsen y este ignoró el manual que prohíbe prolongar la jugada con un pase comprometi­do hacia adentro. De Paul lo interceptó y enfiló al meta suizo para engañarle con un toque delicado con el exterior de su bota derecha. Apenas se habían cumplido cinco minutos y el Atlético ya había pasado por encima de un equipo que no pudo iniciar una jugada limpia hasta pasado el primer cuarto de hora. Kobel tuvo que mostrar la potencia de sus piernas y sus reflejos para evitar que un remate de espuela de Witsel se concretara en el segundo gol. No había rastros de Adeyemi, Jadon Sancho y Füllkrug. La terna de atacantes del Dortmund compró durante más de media hora la misma localidad de espectador que Oblak. El Atlético era un equipo redondo. Bien barrido atrás por Giménez, Witsel y Azpilicuet­a, este último una de las novedades de Simeone en el once ante la baja de Hermoso. No dejaba correr el Atlético al Dortmund. Le desarmó y lo maltrató y lo volvió a castigar en otra dádiva de su defensa. Entre Hummels y Scholotter­beck se enredaron y no acertaron a despejar un saque de banda en el que la pelota les cayó franca para despejarla. Uno por otro, Morata aprovechó la pifia y vio a Griezmann en la medialuna del área. El francés asistió a Lino con un globo y este batió a Kobel buscándole el contrapié. Si tuvo algún contratiem­po el Atlético fue la amarilla que vio el brasileño y le impedirá estar en el Westfalens­tadion. Golpeado, no amenazó el conjunto de Trzic a Oblak hasta que una mala entrega de De Paul la cazó Adeyemi y descerrajó un disparo que se envenenó tras tocar en Witsel. Maatsen, con otro remate lejano raso y bien ajustado fue el que exigió de verdad por primera vez al esloveno. Con ese aviso se cerró el esplendoro­so primer acto del Atlético.

El partido apuntaba a tunda y a Trizic no le quedó más remedio que deshacer el fallido trivote con el que pretendió blindarse sentando a Nmecha y dar entrada al sacrificad­o Brandt. Fue otro el Dortmund. Alrededor de su futbolista más elegante y clarividen­te se armó mejor con la pelota. Al menos, le dio para que el Atlético tuviera que vivir en campo propio, algo que apenas había sucedido en el primer tiempo. Merodeó más el área de Oblak el Dortmund, pero se topó con una defensa sólida que no descubrió agujeros. Ese mando del Dortmund le dio pie a Simeone para empezar a administra­r los dos goles de ventaja y le salió mal. Sentó a Morata y dio paso a Barrios. La permuta envió a Marcos Llorente de acompañant­e de Griezmann en la punta de ataque. La búsqueda del contragolp­e era ya palmaria. Trzic también volvió a mover ficha. Sentó al desasistid­o Füllkrug para intentarlo con un atacante más versátil como Haller. Encajonado el Atlético, Simeone debió atisbar el peligro porque empezó a reclamar el apoyo de la grada después de que a Brandt se le fuera por un par de palmos un libre directo. También deshizo el movimiento que había hecho con Llorente, al que volvió a retrasar al medio del campo cuando dio entrada a Correa por De Paul.

Sin generar el juego volcánico con el que había arrasado al Dortmund en el primer tiempo, tuvo la eliminator­ia en las botas de Lino. Kobel le detuvo a su disparo a bocajarro a un metro de la línea de gol tras una falta lateral sacada por Griezmann que atravesó el área del meta suizo sin que su defensa se enterara. De tener casi el pase en el bolsillo, el Atlético pasó a tener que defender un gol de ventaja en el infierno que será el Westfalens­tadion. Y pudo ser peor,porque después de que Correa no acertara a batir a Kobel tras robarle la cartera Hummels, Bynoe-Gittens y Brandt estrellaro­n el balón en el larguero.

En el inicio los rojiblanco­s desataron un chaparrón de juego

Simeone jugó a administar los goles de De Paul y Lino y le salió mal

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DANIEL GONZÁLEZ (EFE) Lino marca el segundo gol del Atlético al Dortmund.
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