El Pais (Nacional) (ABC)

Los mejores golfistas del mundo por fin se ven las caras

Las estrellas del circuito americano y de la Liga saudí, con el campeón Jon Rahm al frente, batallan en el primer grande de la temporada

- JUAN MORENILLA

Dos mundos en dos imágenes. En la primera, Jon Rahm preside la cena de los campeones del Masters de Augusta junto a otros 32 dueños de la chaqueta verde. Tradición. En la segunda, 13 golfistas visten pantalón corto (menos Patrick Reed) unos días antes del primer grande de la temporada. Revolución. Son los jugadores de LIV, la Liga saudí, con derecho a participar en la cita que hoy abre el Grand Slam y que por fin reúne a los mejores del planeta. El golf sigue partido entre quienes continúan en los grandes circuitos tradiciona­les y quienes cambiaron de bando convencido­s por los petrodólar­es. Así que las estrellas de uno y otro equipo solo pueden verse las caras, y no todas, en los cuatro grandes, uno por mes de abril a julio: Masters, PGA, US Open y Open Británico.

En las dos fotos sale Rahm. De verde como campeón vigente del Masters. En bermudas como el gran fichaje de LIV, el hombre de los 500 millones de dólares. Como vencedor el año pasado en Augusta, Rahm ha encargado al chef José Andrés un menú que incluye tortilla de patatas, chistorra, lentejas, croquetas y chuletón. “Una comida fabulosa y un buen ambiente”, resume Jose María Olazabal sobre la tradiciona­l reunión, en la que también les acompaña Sergio García. Los tres españoles compartier­on ayer entrenamie­nto antes de partir hoy (a partir de las 15.30, hora peninsular española, en Movistar Golf) en la batalla de la 88ª edición del Masters. Una apertura para la que se pronostica tormenta eléctrica y vientos de hasta 65 km/h que pueden poner patas arriba un campo hasta ahora firme y duro como pocas veces.

Junto a Rahm y García, LIV Golf planta en Augusta a otros cinco campeones del Masters: Phil Mickelson, Dustin Johnson, Patrick Reed, Charl Schwartzel y Bubba Watson. A ellos suma a Bryson DeChambeau, Cameron Smith, Tyrrell Hatton, Brooks Koepka, Joaquin Niemann y Adrian Meronk. En la acera contraria, el PGA Tour exhibe al número uno del mundo, el estadounid­ense Scottie Scheffler, que este curso ha cazado The Players y Arnold Palmer, además de otras cinco posiciones entre los 10 mejores de un torneo. Y al norirlandé­s Rory McIlroy, el número dos, que persigue su primer grande tras 10 años y el único que le falta para codearse con Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus, Gary Player y Tiger Woods como los únicos con las cuatro estaciones.

Rahm recuerda a Seve en la cena de los campeones. El vasco quería compartir taquilla en Augusta con su ídolo, o al menos con Olazabal y García, pero el Masters le coloca junto a Art Wall, ganador en 1959, y Bob Goalby, el vencedor en 1968. Ambos han fallecido. Concesione­s las justas, y segurament­e menos tratándose de un jugador de LIV que viste el logo de su equipo en la Liga saudí, Legión XIII. Es la primera vez que un golfista del bando rival pisa Augusta como campeón, y cada detalle cuenta. Y cada palabra. Rahm habló de LIV en la rueda de prensa oficial, pero ni una sola pregunta a Tiger (anfitrión de un reciente cónclave en Bahamas), McIlroy, Koepka y Scheffler sobre el conflicto. Es difícil pensar que no hubo alguna recomendac­ión para meter el asunto bajo la alfombra.

“Esta situación no es buena para el golf. Encontrar una solución cuanto antes será lo mejor”, pide Olazabal. Las negociacio­nes continúan desde que el pasado 6 de junio se anunciara un futuro acuerdo. Desde entonces, Keith Pelley ha dejado la presidenci­a del circuito europeo, Rahm ha cambiado de chaqueta, McIlroy se ha bajado del comité de jugadores y el PGA ha firmado un acuerdo con SSG, Strategic Sports Group, por 3.000 millones de dólares.

En su ronda de prácticas, los tres españoles saludan en la calle del segundo hoyo a Greg Norman, el director general del campeonato saudí. Mientras, el presidente de Augusta National, Fred Ridley, echa balones fuera sobre las posibles invitacion­es fijas a jugadores del otro bando (este año invitaron a Niemann). Y el ausente Talor Gooch, líder individual de LIV el pasado curso, asegura que este grande lleva un asterisco porque no están todos los que deberían.

El golf mundial sangra. Las audiencias televisiva­s han caído. En mitad de la tormenta, Augusta apela al poder de su tradición, al 75º aniversari­o de la famosa chaqueta verde, al renacido Tiger Woods que vuelve a competir. El Masters busca dueño después de enlazar 11 ganadores diferentes en las 11 últimas ediciones, el periodo más largo sin repetir campeón. Por fin, los mejores cara a cara.

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Jon Rahm, en el centro, preside la cena de los campeones del Masters de Augusta, en una imagen ofrecida por el torneo.
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Los 13 golfistas de LIV en Augusta, en una imagen de la Liga saudí.

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