El BCE mantiene tipos y prepara una primera bajada en junio
Lagarde afirma que la senda de recortes es cada vez más incierta por el alza del petróleo
El Banco Central Europeo resolvió ayer sin sorpresas una reunión de trámite, abriendo la puerta a próximos movimientos. El Consejo de Gobierno decidió mantener los tipos de interés de la zona euro en el 4,5%, el nivel más elevado desde 2001, conforme a lo esperado. Pero Christine Lagarde lleva semanas, prácticamente desde la reunión de marzo, escribiendo el guion para un primer recorte de tipos en junio, posibilidad que queda reforzada tras la reunión de ayer. El BCE se situará así como la primera autoridad monetaria que baja los tipos dentro de las economías desarrolladas, por delante de la Reserva Federal. El evidente descenso de la inflación y el débil crecimiento presionan cada vez más al BCE a abaratar el precio del dinero, un recorte que algunas voces del Consejo de Gobierno reclamaron ya ayer. El BCE ha preferido esperar un poco más y avanza en todo caso que no se compromete de antemano con una senda concreta de tipos. Dar el paso de recortarlos antes que Estados Unidos plantea también nuevos retos, como el riesgo inflacionista de un euro que en el año ya cede cerca del 3% y que estos días retrocede a niveles de noviembre, a los 1,073 dólares.
Los últimos datos de inflación en la zona euro abonan el terreno para el cambio de rumbo en la política monetaria del BCE. La espiral inflacionista que sucedió al cerrojazo económico por la pandemia, y el disparado precio de la energía que causó el inicio de la guerra de Ucrania, provocaron una oleada de alzas de tipos sin precedentes en la historia del euro. La subida comenzó en julio de 2022, desde el nivel de cero, y no cesó hasta llegar al 4,5% el pasado septiembre.
Es ahora cuando la inflación parece estar desinflándose de manera convincente para el BCE, acercándose al objetivo del 2% de una forma que el banco central debe considerar generalizada y sostenible, no flor de un día, antes de decidirse finalmente a bajar los tipos. En marzo, los precios crecieron en la zona euro al 2,4% interanual, una décima menos que en febrero. Y el dato de la inflación subyacente también dejó un descenso alentador, desde el 3,1% de febrero al 2,9% al mes siguiente. “La inflación ha continuado descendiendo, gracias a la bajada de los precios de los alimentos y de los bienes”, señaló ayer el BCE. Su comunicado añadió que si las tres variables clave que vigila el banco central para decidirse a bajar tipos —perspectivas de inflación, tasa subyacente y transmisión de su política monetaria— refuerzan la confianza en que la inflación se encamina al objetivo de forma sostenida, “sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria”. Es el nuevo enunciado con el que el BCE apunta a que junio sería el momento de bajar tipos.
Pero el BCE no quiere dejar ningún cabo suelto y advierte también de que “las presiones inflacionistas internas son intensas”. En la reunión de marzo, Christine Lagarde ya apuntó a que en junio habría muchos más elementos para decidir una bajada de tipos que en esta cita de abril. Lagarde insistió ayer en que el descenso de la inflación no va a ser lineal y registrará fluctuaciones causadas principalmente por el precio de la energía. Ante las incertidumbres, el BCE reitera que “el Consejo de Gobierno seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos y en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, sin comprometerse de antemano con una senda concreta de tipos”.
El precio del petróleo, que parecía una inquietud ya enterrada para el BCE, está repuntando y ha pasado de los 75 dólares el barril en diciembre a los 90 dólares actuales. La tensión geopolítica y el dinamismo de la demanda están contribuyendo al alza de su precio. Se trata de un factor que no amenaza el escenario que se toma como más probable de rebaja de tipos en junio, pero sí la senda posterior de recortes en el precio del dinero.
Algunos consejeros piden abaratar el precio del dinero
Otro factor que motivó la cautela fue evitar el diferencial con el dólar