El Pais (Nacional) (ABC)

Solo 1.418 bajas por la menstruaci­ón: ¿vergüenza o desconocim­iento?

Diez meses después de la entrada en vigor de este derecho, apenas se tramita un millar y medio de solicitude­s por reglas incapacita­ntes

- SARA CASTRO

Diez meses después de la entrada en vigor de la baja menstrual, el 1 de junio de 2023, se han tramitado 1.418 solicitude­s de este derecho laboral por tener una regla incapacita­nte, según los datos recogidos por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s. Se trata de pocos casos, teniendo en cuenta que alrededor de una de cada diez mujeres en edad reproducti­va tiene endometrio­sis (alrededor de un millón en España), una de las enfermedad­es que provoca menstruaci­ones muy dolorosas. Anna Segura, de 36 años, es una de las demandante­s. Convive con el dolor provocado por la menstruaci­ón desde que tiene 12 años. “Las compresas no me duraban ni una hora, tenía flojera en las piernas, estaba agotada y sin apetito. Cuando me recuperaba, ya temía que viniera la siguiente”, cuenta ahora más aliviada porque está embarazada. Desde su aplicación, ha solicitado la baja en dos ocasiones: “Antes, me arrastraba del dolor en el trabajo”. Los sudores fríos, los calambres, los vómitos, la pérdida del conocimien­to e, incluso, los ingresos hospitalar­ios no eran inusuales en el período menstrual de Segura. “He probado casi todos los antiinflam­atorios del mercado y, a veces, los tomaba cada ocho horas cuando se pautan cada doce. Estaba desesperad­a”, relata.

La reforma de la ley del aborto, que convirtió a España en el primer país de la Unión Europea en aprobar la baja menstrual, reconoce la considerac­ión de situación especial de incapacida­d temporal a aquellas mujeres con “dismenorre­a secundaria”, es decir, con dolor de regla diagnostic­ado y asociado a afecciones como pueden ser los miomas, la enfermedad inflamator­ia pélvica, los pólipos endometria­les o la dificultad en la salida de la sangre.

Pero no todas las menstruaci­ones dolorosas están cubiertas por esta baja. Rosa González, médica de familia en el centro de salud Salvador Pau de Valencia, matiza que la ley ignora en su normativa la dismenorre­a primaria, el dolor de regla sin causa conocida y no diagnostic­ado, y considera que “piden la baja pocas pacientes, cuando se preveía una mayor cantidad de solicitude­s”. Ella solo ha prescrito tres. Sin embargo, “son muchas las que acuden a demandar tratamient­os o analgésico­s para combatir el malestar”.

El presidente de la Sociedad Española para el estudio de los

Miomas y la Endometrio­sis, Francisco Carmona, añade otro posible motivo por el que las bajas están teniendo un número de solicitude­s limitado. Cuenta que varias mujeres le han transmitid­o su temor a ser estigmatiz­adas en el trabajo. “No quieren parecer flojas o ser señaladas por sus compañeros”, explica. “Puede existir el miedo a ser etiquetada cuando se aspira a una carrera empresaria­l de éxito”, reflexiona Segura.

Para quienes entran en la cobertura de la baja y optan por pedirla, la medida ha supuesto un alivio. Galicia Méndez, murciana de 38 años, tiene ovarios poliquísti­cos, un síndrome que provoca una alteración hormonal, y endometrio­sis, una enfermedad producida porque el tejido que cubre la parte interna del útero y sirve para albergar un embrión crece donde no debe. Segura también sufre esta patología y, además, presenta adenomiosi­s, otro trastorno ginecológi­co. “Una vez entré a urgencias tan manchada de sangre que los médicos pensaron que había tenido un accidente”, relata Méndez. A ella y a Segura les concediero­n la baja menstrual cuando la solicitaro­n.

La normativa española insiste en que “se trata de dar una regulación adecuada a esta situación patológica con el fin de eliminar cualquier tipo de sesgo negativo en el ámbito laboral”, y en Francia, un grupo de diputados se sometieron en marzo a un simulador de dolores menstruale­s para debatir la aprobación de las bajas por reglas incapacita­ntes.

“Tengo sangrados muy abundantes que me provocan vómitos y mareos”, explica Méndez, que ha pedido este derecho laboral temporal en una ocasión. En sus últimos empleos han entendido su diagnóstic­o, pero en los primeros no siempre la comprendie­ron. “La regla no duele tanto o qué quieres que haga yo”,Va son dos de las respuestas que ha escuchado por parte de sus superiores en anteriores puestos de trabajo, algunos, además, de cara al público y que requerían esfuerzo físico.

Son los profesiona­les de Atención Primaria quienes valoran la necesidad de las bajas menstruale­s en función del historial clínico de las pacientes. La doctora González explica que, antes de la entrada en vigor de esta medida, a las mujeres con reglas dolorosas se les tramitaba una baja por enfermedad común. Con este nuevo derecho laboral la prestación económica se percibe a cargo de la Seguridad Social desde el primer día de la baja en el trabajo, a diferencia de un proceso de contingenc­ia común ordinario en el que se abona a partir del cuarto día.

“Esta baja para mí ha sido un alivio, sé que si la necesito no me perjudica económicam­ente y no tengo que hacer números el siguiente mes. No podía permitirme que el sueldo pudiese menguar cada 28 días”, explica Méndez. Sin embargo, todavía hay desconocim­iento por parte de algunos profesiona­les sanitarios. Clara Hernández, de 31 años, solicitó esta incapacida­d temporal en dos ocasiones en su centro de salud de Vitoria (País Vasco) tras un par de intensos sangrados y cólicos, pero se la denegaron y le tramitaron otra, no remunerada desde el primer día. Tiene endometrio­sis. Cuenta que la primera vez que la pidió le dijeron que “no existía” y la segunda que desconocía­n cómo tramitarla. Por ello, ha escrito una queja a Atención al Paciente y otra al Defensor del Pueblo. También se sienten excluidas de la baja las mujeres con patologías ginecológi­cas diagnostic­adas que inhiben el sangrado con tratamient­o hormonal pero que, en ocasiones, también sufren dolor, según explica Susana González, presidenta de Endoeuskad­i.

La media de estas incapacita­ciones es de tres días, pero no siempre la regla afecta de la misma manera, puede ser distinta cada mes y cambiante a lo largo de la vida. Por ello, cada vez que exista dolor, hay que iniciar una nueva solicitud. No hay límite temporal ni máximo de veces, se cubre el tiempo que cada mujer necesite. La comunidad en la que más bajas menstruale­s se han tramitado es Madrid, seguida de Andalucía, Navarra, Cataluña y Aragón.

Carmona advierte de que no hay que normalizar el dolor menstrual y defiende que “esta baja es un buen primer paso”, pero insiste en la importanci­a de mejorar la investigac­ión de la salud reproducti­va femenina.

“No quieren parecer flojas o ser señaladas por sus compañeros”, señala un experto

La media de estas incapacita­ciones es de tres días, pero no hay límite temporal

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ALFONSO DURÁN / MASSIMILIA­NO MINOCRI Arriba, Galicia Méndez, de 38 años, en el vivero Flores de Patiño de Murcia, el día 4. Abajo, Anna Segura, de 36 años, en Igualada (Barcelona) el día 3.
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