Sanidad evalúa ocho nuevas pseudoterapias
El ministerio analiza la utilidad y seguridad de prácticas como el taichí o la luminoterapia
Los beneficios del taichí son los propios del ejercicio físico y las ventosas que hacen vacío para aliviar dolores suponen un “riesgo” para los pacientes. Estas son algunas de las conclusiones del Ministerio de Sanidad, que ayer publicó ocho informes de sendas pseudoterapias, dentro del Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias (ConPrueba).
Entre los objetivos del plan está comprobar si tienen algún sentido, ejecutar campañas informativas que conciencien a la ciudadanía sobre los peligros de las pseudoterapias, realizar modificaciones legislativas para perseguir la promoción y venta de terapias o artilugios con reclamos para la salud que no sirvieran para nada; y reforzar las garantías para que las actividades sanitarias se hagan por profesionales con titulación oficialmente reconocida.
Estos son los ocho informes:
Vacuoterapia. Se emplea en patologías osteomusculares y consiste en la aplicación de copas, de cristal o plástico, calentadas sobre la piel para hacer ventosa, en diferentes puntos del cuerpo. El informe concluye que “no se puede considerar una terapia segura debido a los riesgos inherentes por la aplicación de la técnica sobre el cuerpo humano, mayoritariamente en la vacuoterapia húmeda, y el beneficio que podrían mostrar se basa en estudios de baja calidad”.
Taichí. Es un tipo de ejercicio que consiste en movilizar todos los músculos del cuerpo mediante movimientos suaves y sin cargas externas. Sanidad señala que “la mejoría percibida o el efecto neutro en diversas patologías, cuando se compara con otras modalidades de ejercicio adecuado al problema tratado, sugiere que el beneficio va ligado a la realización de una actividad física”.
Luminoterapia. Se trata del uso de la luz con fines terapéuticos en problemas de salud mental. Se aplica comúnmente con el uso de una caja de luz colocada aproximadamente a un metro de distancia a una altura dentro del campo visual. “Debido a distintas limitaciones metodológicas de los estudios incluidos, no es posible extraer conclusiones definitivas sobre la eficacia y seguridad en problemas de salud mental”, reza el documento.
Respiración consciente. Consiste en estar presente de forma plena en el momento en que se realiza la respiración y sentir los efectos de esta sobre el cuerpo. Se usa para aliviar la angustia o estrés, ya que disminuye el ritmo cardíaco y frecuencia respiratoria a nivel físico. El informe concluye que “los estudios deben ser interpretados con cautela, no teniendo garantía de que sus resultados sobre eficacia sean extrapolables a la práctica clínica”.
Chi-kung/qigon. Combina ejercicios de respiración y movimiento. El estudio determina que podría tener el beneficio de una actividad física de bajo impacto sobre las personas con enfermedades osteomusculares y en aquellas donde pueda contribuir a disminuir el estrés y mejorar la calidad de vida con un riesgo bajo de efectos adversos.
Zerobalancing. Es una técnica de trabajo corporal que usa presión con los dedos y estiramientos. Según su fundador, Fritz Frederick Smith, involucra “energía y estructura” para lograr “un equilibrio en el individuo”. El informe considera que con la información disponible no existe evidencia científica sobre la seguridad y eficacia de la técnica en ninguna condición clínica.
La aromaterapia. Utiliza aceites esenciales (extraídos de plantas) para mejorar el bienestar, reducir la ansiedad y otros síntomas clínicos emocionales y físicos. “Puede ser un recurso complementario de algún valor para el tratamiento de síntomas físicos y psicológicos en enfermedades cardiovasculares y dismenorrea. Los aceites esenciales son naturales pero no inocuos, y se han identificado eventos adversos leves asociados a su uso”, advierte.
Relajación por la inducción de sensaciones corporales. Son técnicas, como el entrenamiento autógeno, que consiste en alcanzar un estado de relajación profunda a través de representaciones mentales de sensaciones físicas (calor, frío, pesadez) en diferentes partes del cuerpo. El informe concluye que “podría resultar beneficioso en la mejora de síntomas psicológicos y físicos en distintas condiciones de salud”. “Es necesario seguir evaluando la seguridad de estas técnicas”, añade.