El Pais (Nacional) (ABC)

Raphinha se sintió Ronaldinho en París

MVP del partido, el brasileño saca partido de su polivalenc­ia en el frente de ataque

- RAMON BESA

El siempre altruista Raphael Días, conocido como Raphinha, personific­ó el excelente sentido de equipo mostrado por el Barça en el Parque de los Príncipes. El éxito personal del delantero, autor de sus dos primeros goles en la Champions en uno de los mejores partidos de la plantilla de Xavi, se conjugó por una vez con su habitual esfuerzo al servicio de los centrocamp­istas y defensores del Barça. La productivi­dad del brasileño no acostumbra a estar en consonanci­a con su ingente trabajo porque acaba mal la faena que habitualme­nte concibe muy bien, más generoso que egoísta como se supone debe ser un jugador que forma parte del ataque del Barcelona. Raphinha se intercambi­ó por un encuentro el papel con Lewandowsk­i sin dejar de ser Raphinha. El brasileño remató el juego asistencia­l del polaco, excelente con la cintura, y el fútbol profundo de Lamine Yamal.

“Me salió uno de mis mejores partidos”, admitió en la sala de entrevista­s después de ser distinguid­o como el MVP del encuentro ante el PSG de Mbappé y Dembélé. Muy pocos jugadores atacan mejor el espacio y se desmarcan tan bien como Raphinha, un futbolista difícil de clasificar para la afición barcelonis­ta, porque no tiene el virtuosism­o de Neymar o Ronaldinho ni tampoco es tan anónimo como sería Paulinho. “Raphinha es diferente y diferencia­l”, respondió Xavi. “La intensidad y el dinamismo, su capacidad para iniciar la presión alta, son vitales”, añadió el entrenador del Barça. Hacía cinco años que los azulgrana no ganaban un partido de cuartos de final de la Liga de la Campeones en campo ajeno ya que la última victoria se dio en Old Trafford ante el Manchester United en abril de 2019 con un tanto en propia puerta de Shaw: 0-1. La marca del triunfo en París fue de Raphinha.

A sus 27 años, la valoración del brasileño va en aumento justo después de recuperars­e de dos lesiones y cuando su nombre ha empezado a correr en el mercado de fichajes, consciente­s los posibles compradore­s de las dificultad­es financiera­s del Barça y de su necesidad de arreglar el fair play financiero exigido por LaLiga. Al club todavía le quedan unos 30 millones por amortizar de un jugador, procedente del Leeds, que en 2022 le costó 48 millones fijos más 12 variables y cuyo contrato acaba en 2027. El agente del traspaso fue el que un año después es el director deportivo barcelonis­ta: Deco. Una operación que puso en alerta a Dembélé. El francés fichó por el PSG no solo por dinero y por mejorar sus expectativ­as sino porque sintió que su titularida­d podía estar comprometi­da con la llegada a la cúspide del organigram­a deportivo azulgrana de Deco.

La situación, sin embargo, se complicó para Raphinha por la irrupción de Lamine Yamal y la ubicación de Gavi como cuarto volante en el rombo de Xavi. Incluso estaba la alternativ­a João Félix. Más a gusto en la banda derecha, el brasileño ha encontrado su sitio en la izquierda por las lesiones y por su excelente rendimient­o una vez mejoró su puesta a punto, ya decisivo ante la UD Las Palmas. “La ventaja que tiene es que pude jugar en cuatro o cinco posiciones de ataque”, subraya Xavi, un técnico que pide a Raphinha que controle la velocidad: “A veces va demasiado acelerado por sus ganas”, certifica Xavi. Los números del brasileño invitan al optimismo: ocho goles (cinco en la Liga) y 10 asistencia­s, por 10 y 12 de la temporada pasada cuando ya fue resolutivo en varios de los partidos que acabaron 1-0 (Valencia, Osasuna y Athletic).

Apreciado por los técnicos

“Me tengo por un luchador”, recuerda Raphinha, que tiene como ídolos a Ronaldinho, Neymar y a Deco. “Si puedo hacer la mitad de lo que hicieron ellos en el Barça ya sería mucho”, anunció el día de su presentaci­ón. Aunque el azulgrana sabe que no tiene regate, ni uno contra uno, tampoco la pegada y menos el jogo bonito de los ilustres delanteros de Brasil, es consciente también de que pocos cuentan con una mentalidad tan fuerte como la suya, especialme­nte servicial “para ayudar a que el Barça vuelva a ser el Barça”.

Raphinha siempre quiso jugar en el Barça desde que conoció de pequeño la ciudad de Barcelona en uno de los viajes de su padre, miembro de la banda de pagode que contrataba Ronaldinho para amenizar sus fiestas después de los partidos del Camp Nou.

Raphinha pelea, recupera, gana y pierde balones y hasta decide partidos como el del PSG, segurament­e el más importante en competició­n europea de la etapa de Xavi como entrenador del Barça. Raphinha se sintió Ronaldinho por un día en París.

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JEAN CATUFFE (GETTY) Raphinha celebra su segundo gol en París.

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