Las Guerreras se acercan a los Juegos
España derrota con autoridad a las checas y encara a Argentina, un rival menos temible
Las Guerreras se adentraron en el precipicio del preolímpico con el mal recuerdo del Mundial de hace cuatro meses. Ahí, además, les esperaba la República Checa, que en el campeonato de finales de 2023 les había propinado un correctivo considerable (30-22) que les terminó descabalgando de la cita. Pero, de repente, con el abismo bajo los pies, brotó la mejor España de los últimos tiempos para acercarse a los Juegos de París. Si hoy derrota también a Argentina (21.00, Teledeporte), un rival menos temible, España se asegurará el billete olímpico, o se quedará a un palmo, según el resto de resultados.
A la selección le funcionó todo y todo el tiempo. Bordó el primer acto y manejó sin problemas el segundo. Atacó bien, castigó a la contra, y se aplicó en defensa sin sus clásicos apagones. Cuando más apretaba la soga, nadie fue más lúcida que Mireya González, líder de unos minutos de mucho peso para dejar la tarde casi finiquitada en el descanso: 10-19. Entre su finura en ataque y las clavijas bien apretadas en defensa de todas, España resolvió con enorme autoridad un encuentro que había sido considerado una final. Y con el añadido de vencer por 10 dianas, un colchón nada despreciable si todo llega a definirse por la diferencia de goles.
Apenas hubo rastro de la República Checa que torturó a la selección el pasado diciembre. Solo Cholevova tuvo algo que decir: siete dianas. Quizá lo más ulceroso para sus intereses fue que se dejaron abierto el grifo de las pérdidas (23). Por una vez, no fue el problema de España (11).
Con Mireya González al volante, la selección siempre fue en línea recta. Había advertido Ambros Martín de que buena parte del éxito se encontraba en el repliegue defensivo, y a eso se entregaron sus muchachas. Corrían hacia atrás para frenar las transiciones checas, y también las contenían en estático.
El estirón fue definitivo: del 6-7 en el minuto 12 se pasó al 1019 del descanso. Todos los problemas estaban en la costa checa, una máquina de perder balones, algo que sirvió a la selección para castigar una vez tras otra a la contra.
Ni siquiera hubo un minuto de intriga tras el intermedio. La República Checa continuó dejándose la vida con tantos errores y España convirtió el choque en un trámite, ya con la segunda unidad en cancha. La diferencia no bajó de los ocho goles. Una jornada de triunfo, alivio y reivindicación para un equipo sufriente. El objetivo es no depender, o hacerlo lejanamente, de la última jornada, el domingo contra Países Bajos.