De Cuba para España, Yulenmis Aguilar, atleta de talla mundial
La lanzadora de jabalina, “cubana de corazón” y residente en Galicia, recibe el pasaporte español para los Juegos de París
En Bayamo, donde Yulenmis Aguilar nació en 1996, nostalgia de Sierra Maestra y el cuartel Moncada, se compuso el himno de Cuba, “Al combate corred bayameses”, y Santa Clara, donde se casó y vivió, es la ciudad protagonista del himno al Che Guevara que tantos cantan aún las noches de melancolía revolucionaria. Tanto fulgor combativo con el que creció se disipó, polvo, en la cabeza de Aguilar, la mejor lanzadora de jabalina cubana entonces, en 2018, y plusmarquista mundial júnior (63,86 metros), cuando chocó con un sistema deportivo que la rechazó sin más explicaciones. “Yo era una niña de 21 años que llevaba 10 dedicada al deporte cuando me dijeron que no contaban más conmigo”, dice la atleta, que vive en Oleiros (A Coruña) desde 2020 y que acaba de recibir la nacionalidad española. “Fue un momento muy difícil de superar, más a nivel personal que deportivo”.
Aguilar ya participó a los 19 años en los Juegos de Río 16 y a los 20 en los Mundiales de Londres. “Cuando ya no les valía, me dejaron. Pero sigo sin entenderlo porque yo era la mejor cubana, sacaba cinco o seis metros a las demás”, dice la atleta, que rechaza que su orientación sexual influyera en la decisión de descartarla del centro de alto rendimiento de La Habana. “No sé lo que pensarán en privado los dirigentes, pero nunca noté un sentimiento de homofobia. Nunca diré que me echaron por eso. En Cuba ya aprobaron el matrimonio homosexual y yo me casé allí el verano pasado. Mi esposa sigue en Santa Clara y voy un par de veces al año”.
Aguilar empezó a trabajar en un gimnasio privado y a estudiar en la universidad, y se olvidó de la jabalina. “Lo dejé completamente. No peleé por volver”. Aunque intentó seguir compitiendo, se quedó sin capacidad de resistencia. “Llegó un momento en el que comprendí que en Cuba mi vida no tenía futuro”, dice Aguilar, cuyo deseo confluyó en 2019 con las preocupaciones de Raimundo Fernández, un entrenador de lanzamientos en A Coruña a quienes algunos técnicos cubanos alertaron de su situación. “Ese talento no se podía dejar allí. Yo sabía por todas las lesiones que había pasado, de hombro, de rodilla, de cartílagos…”, dice el técnico gallego. “Le ofrecí un contrato de trabajo como entrenadora y aquí se vino”.
Cuando llegó a Galicia, Fernández se encontró con una mujer rota físicamente y con 20 kilos de más. “Los tobillos no le dejaban hacer nada, pero todavía tenía brazo, que es lo que importa”, dice el entrenador. “Pero el primer año fue terrible”, dice Fernández. Un año después, todo empezó a ir bien. “Y ya en 2022 fue la explosión. Su físico cambió radicalmente. En verano hizo su mejor marca, 64,16 metros en el Campeonato de España”,
Exceptuando a la jerezana Mercedes Chilla, plusmarquista nacional con 64,07 metros y bronce en los Europeos de 2006, España nunca ha tenido una lanzadora de jabalina de talla mundial. Aguilar, 1,67 metros, 70 kilos, posee la mejor marca mundial del año 63,90m, a 10 centímetros de la mínima para los Juegos de París, en los que estará con toda seguridad, si no se rompe antes, por su clasificación en el ranking mundial y porque lanzará más lejos antes. “Claro que Santa Clara es el Che y esa canción. Para mí es algo normal, sin más ni más. Pero la siento. Soy cubana y seguiré siendo cubana toda la vida, soy cubana de corazón, pero en París, si Dios quiere, defenderé la camiseta de España con más amor que nada. Es muy emocionante pensar que voy a competir por un país que me quiere”, proclama. “E iré con grandes objetivos, como mínimo para pasar a la final y pensando que puedo ganar una medalla en París, ¿por qué no?”.