El Pais (Nacional) (ABC)

Bélgica confirma la existencia de una red de injerencia prorrusa en Europa

La acción de Moscú trata de influir en los próximos diputados del Parlamento Europeo

- SILVIA AYUSO

La República Checa ya detectó hace semanas la iniciativa secreta del Kremlin

El Gobierno belga proyecta llevar el asunto al próximo Consejo Europeo

Un apoyo europeo más débil a Ucrania ayuda a Rusia y ese es el verdadero objetivo” Alexander De Croo

Primer ministro de Bélgica

El primer ministro belga, Alexander De Croo, anunció ayer la apertura de una investigac­ión por parte de la justicia nacional sobre los intentos de injerencia de Moscú en la UE, después de que los servicios de inteligenc­ia del país hayan confirmado la existencia, adelantada por la República Checa, de una “red de injerencia prorrusa” en varios Estados europeos, incluida Bélgica, con pagos a diversos actores, entre ellos eurodiputa­dos de diversas nacionalid­ades, de cara a las elecciones europeas de junio.

La situación es tan seria que el jefe de Gobierno belga, cuyo país ejerce este semestre la presidenci­a rotatoria del Consejo de la UE, quiere llevar el tema a la cumbre de líderes de los Veintisiet­e la semana que viene y ha pedido también una reunión urgente de Eurojust, la agencia de coordinaci­ón judicial de la UE.

“Los servicios de inteligenc­ia belga han confirmado la existencia de una red de injerencia prorrusa con actividade­s en varios países europeos y en Bélgica”, dijo De Croo en rueda de prensa en Bruselas. Aunque se negó a revelar nombres y nacionalid­ades de los presuntos implicados, por ser informació­n clasificad­a que ni siquiera él ha podido ver de forma completa, el dirigente confirmó que hay eurodiputa­dos en esa lista y que “se han producido pagos”, aunque no en territorio belga, sin aclarar tampoco los destinatar­ios de esos pagos. Según explicó, los objetivos de Moscú son “claros”: se trata, dijo, de “ayudar a elegir más candidatos prorrusos al Parlamento Europeo y reforzar el relato prorruso en la institució­n”.

Como respuesta nacional, De Croo señaló que, tras recibir esta semana una parte desclasifi­cada de un extenso informe de la inteligenc­ia belga, la Fiscalía federal considera que tiene argumentos suficiente­s como para abrir una investigac­ión sobre la sospechosa red rusa. La ley que penaliza más gravemente los delitos de espionaje e injerencia, recordó el jefe de Gobierno, acaba de entrar en vigor en el país, aunque no está claro aún que sea aplicable para este caso.

“Los pagos en efectivo no se produjeron en Bélgica, pero sí la injerencia. Como sede de las institucio­nes europeas [Bruselas], tenemos la responsabi­lidad de garantizar el derecho de los ciudadanos a unas elecciones libres y seguras”, indicó.

Todo ello con un objetivo explícito: “Un apoyo europeo más débil a Ucrania ayuda a Rusia en el campo de batalla y ese es el verdadero objetivo de lo que se ha contado estas últimas semanas”, agregó el primer ministro, en referencia a las denuncias iniciales de República Checa, que lanzó la alarma a finales de marzo al anunciar la desarticul­ación de una operación de influencia rusa que operaba a través de una plataforma de artículos llamada Voice of Europe, con sede en Praga. El Gobierno checo cree que las redes del Kremlin usaron esa plataforma como vehículo para pagar miles de euros a políticos europeos, en efectivo o en criptomone­das, según una fuente de inteligenc­ia. Entre los políticos identifica­dos por varios medios desde entonces, sobre todo de extrema derecha, han sido señalados dos alemanes del partido ultra AfD, Petr Bryston y Maximilian Krah, que han negado los señalamien­tos.

Las advertenci­as de De Croo se suman también a la valoración de la propia UE, que en unos documentos internos, consultado­s por este diario, advertía ya de que

“se está ampliando el uso de redes coordinada­s y personas influyente­s para difundir y amplificar de forma artificial en las redes narrativas engañosas relacionad­as con la UE, el apoyo a Ucrania y otros elementos”. A principios de febrero, la Eurocámara aprobó también una resolución manifestan­do su “total indignació­n y honda preocupaci­ón por los intentos continuos de Rusia de minar la democracia europea mediante diferentes formas de injerencia y desinforma­ción”.

Expulsione­s

A esos esfuerzos se añaden, según fuentes comunitari­as, los intentos de Rusia por reconstrui­r en los países aliados de la OTAN su red de espionaje, que sufrió un duro golpe con las expulsione­s ordenadas en toda la UE tras la invasión de Ucrania, advierten fuentes comunitari­as. Unas expulsione­s que continúan hasta hoy: solo en Bélgica, en los últimos meses han sido expulsados varios diplomátic­os rusos “sospechoso­s de espionaje”, recordó ayer la ministra de Exteriores, Hadja Lahbib.

“Tenemos que tener los ojos abiertos. Y tenemos que actuar, tanto a nivel nacional como en la UE”, instó De Croo, que ya está en contacto con el primer ministro checo, Petr Fiala, así como con las presidenta­s tanto de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.

Esta misma semana, la jefa de la Eurocámara anunció que la eurodiputa­da letona Tatiana Zdanoka, acusada de haber trabajado al menos 13 años para el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso, ha sido sancionada con la prohibició­n de representa­r al Parlamento Europeo en diversos foros y la retirada de dietas durante cinco días, equivalent­es a 1.750 euros. Durante un debate sobre Rusia en el penúltimo pleno de esta legislatur­a, el alto representa­nte para Política Exterior, Josep Borrell, dijo estar seguro de que Rusia intentará interferir en las elecciones europeas y calificó de “despreciab­le e ilegal” el intento de Moscú de sobornar a políticos europeos.

Las autoridade­s europeas llevan tiempo advirtiend­o de los esfuerzos desestabil­izadores y de desinforma­ción rusos de cara a la cita europea ante las urnas en junio y han instado también a las grandes plataforma­s de internet a que tengan especial cuidado para evitar propagar la desinforma­ción entre la ciudadanía.

Con este trasfondo, el jefe de Gobierno belga también instó a reflexiona­r sobre si el mandato de las agencias como la Fiscalía Europea (EPPO) o la Oficina Antifraude de la UE (OLAF) es lo suficiente­mente amplio como para afrontar investigac­iones de este tipo o si hay que modificarl­o, una de las cuestiones que podrían debatir los veintisiet­e líderes europeos durante su encuentro en Bruselas la semana que viene.

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BENOIT DOPPAGNE (DPA/EUROPA PRESS) Alexander De Croo, ayer en rueda de prensa en Bruselas.

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