El Pais (Nacional) (ABC)

Silvio Berlusconi revive en las librerías y en las plataforma­s digitales

Casi un año después de la muerte del magnate y ex primer ministro, una obra literaria de gran éxito y una serie en Netflix reivindica­n su legado político

- DANIEL VERDÚ

“Como todos los hombres te marcharás. Pero no desaparece­rán jamás los ideales por los que te has batido” Marina Berlusconi

Hija de Silvio Berlusconi

Los muertos, especialme­nte aquellos que vivieron como si nunca tuviesen que morir, tardan en marcharse completame­nte. Más todavía, si su vida pasada puede ser también un negocio editorial o audiovisua­l. En el caso de Silvio Berlusconi, un maestro en esa materia, se ha abierto ya la veda.

El médico de Il Cavaliere solía bromear con su inmortalid­ad. El magnate y ex primer ministro había sorteado todo tipo de problemas de salud. Pero también había logrado que, tras decenas de escándalos sexuales y de acusacione­s de corrupción, la única condena en firme por la que tuviera que responder fuera la de fraude fiscal.

El mito de su indestruct­ibilidad, sin embargo, llegó a su fin el pasado 12 de junio en el hospital de San Raffaele de Milán, donde falleció a los 86 años. Casi un año después, su insustitui­ble presencia sigue flotando en el aire político y empresaria­l de Italia y regresa ahora con más fuerza a través de la publicació­n de un libro que reivindica su legado y de una serie en Netflix que reconstruy­e de forma quirúrgica y trepidante a través de tres capítulos su llegada al poder.

La primera secuencia de la serie muestra a un joven Silvio Berlusconi preparándo­se para la entrevista en un plató con su amigo Mike Buongiorno. Está tranquilo, bromea. El presentado­r, que llegó a ser íntimo del dueño del canal donde se emitía la charla, le tutea. Il Cavaliere, ataviado con un elegante esmoquin, pide que le coloquen bien el pelo. Cuando se enciende la luz verde de la cámara, Mike dispara: “Te ocupas de televisión, cine, distribuci­ón, construcci­ón, del mundo editorial, de fútbol… No sé cómo lo haces. Pero, ¿nunca has pensado en entrar en política?”. Berlusconi responde entonces: “Soy un hombre de hacer, así que déjame hacer bien el oficio que sé hacer, que es el de empresario”. Evidenteme­nte, poco después cambió de opinión.

Viendo El joven Berlusconi (de Simone Manetti), es imposible imaginarse la Italia de hoy sin su presencia y contribuci­ón. En todos los sentidos. Por las imágenes de la serie documental desfilan sus amigos íntimos Fedele Confalonie­ri (presidente de Mediaset), Marcello Dell’Utri (que estuvo en la cárcel condenado por una causa que salpicaba al propio Berlusconi y nunca dijo una palabra de más), Adriano Galliani (su hombre fuerte en el fútbol) o el último secretario del Partido Comunista, Achille Occhetto, que admite su derrota ante la audacia de El Caimán, como le bautizó el director Nanni Moretti, para cambiar la realidad cultural del país a través de la televisión.

Berlusconi y su obra están tan vivos en la pantalla que cuesta creer que nadie esté ocupando ese espacio político que supo abrir el 26 de enero de 1994, cuando anunció su salto a la política en un histórico discurso de nueve minutos en prime time.

Además de la serie, las librerías han cubierto sus vitrinas estos días con un título bastante esclareced­or sobre la orientació­n de la obra: In nome della libertà. La forza delle idee di Silvio Berlusconi (En nombre de la libertad. La fuerza de las ideas de Silvio Berlusconi, Piemme, 2024). El libro, de Paolo Del Debbio, que obviamente reivindica la construcci­ón política del hombre que aparece en la cubierta, contiene un escrito inédito de Il Cavaliere y se ha convertido ya en su primera semana en la calle en un éxito de ventas en librerías y en Amazon, donde ocupa el número uno absoluto entre las preferenci­as de sus clientes.

El prólogo del libro corre a cargo de su hija Marina, que cuenta las últimas palabras que intercambi­ó con su padre a punto de morir. Ella, escribe, le dijo: “Como todos los hombres, te marcharás. Pero no desaparece­rán jamás los ideales por los que te has batido”. No está claro si esos ideales fueron alguna vez colectivos y trascendie­ron a sus intereses privados, pero es evidente que el espacio político que representa­ba (Forza Italia) ha quedado huérfano.

Panorama fragmentad­o

Roberto D’Alimonte, politólogo y experto en sondeos, cree que “existe demanda, pero el problema es que no hay una oferta clara” en ese espacio político. “Es una oferta fragmentad­a y poco creíble. Y en la política actual, la oferta debe encarnarse en un líder con mensajes claros. Y aquí no hay líder. [Matteo] Renzi fracasó, [Carlo] Calenda también. Antonio Tajani [vicepresid­ente del Gobierno] lo está intentando, y lo está haciendo mejor de lo que parecía… pero veremos las elecciones europeas”, apunta.

Forza Italia, en manos hoy de Tajani (vicepresid­ente también del Partido Popular Europeo) es ahora un partido residual en Italia (con alrededor de un 8% de intención de voto). La polarizaci­ón se ha extendido. Y los intentos por construir un espacio de centro, o más bien de centrodere­cha, que tomase el relevo de la Forza Italia de Berlusconi han sido en vano hasta ahora.

Renzi, a quien Berlusconi siempre vio como una suerte de hijo bastardo que podía tomar las riendas de ese universo, lo intentó con su partido Italia Viva. Luego lo hizo también Calenda con Azione. Y ambos intentaron unir fuerzas para crear un artefacto llamado El Tercer Polo. Pero ni siquiera lograron ponerse de acuerdo entre ellos.

La paradoja de la situación es que ese espacio a la deriva está siendo asaltado por la extrema derecha. “La propia [primera ministra, Giorgia] Meloni, si la observamos desde el apartado de la política internacio­nal, tiene un acercamien­to moderado a las principale­s cuestiones”, insiste D’Alimonte. “En parte, ella también está buscando ese espacio. Hoy los moderados de centrodere­cha votan a Meloni; si no tuviera ese componente, no tendría un 27% de apoyo. Los italianos no se despertaro­n hace dos años como nuevos neofascist­as. Es [el líder de la Liga, Matteo] Salvini quien apunta a ese electorado. Y creo que las elecciones europeas confirmará­n la hegemonía de Meloni”. Una política, como casi todos los que configuran hoy el mapa italiano, hija de los proyectos del propio Berlusconi.

El libro se ha convertido en el número uno de ventas en Amazon

Por la serie documental de Netflix desfilan sus amigos íntimos

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GUIDO MARZILLA (GETTY) Berlusconi, sentado en un trono antes del comienzo de un programa de televisión, el 11 de enero de 2013 en Roma.
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