El Pais (Nacional) (ABC)

Teledirigi­r la Escuela Judicial

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EL CONSEJO General del Poder Judicial (CGPJ), con el mandato caducado desde hace más de cinco años por el bloqueo del Partido Popular y controlado por una mayoría absoluta de vocales conservado­res, ha situado al frente de la Escuela Judicial a la magistrada María Jesús Millán, que ejercerá desde Madrid pese a que el centro de formación de los jueces está en Barcelona. La propia Millán explicó a los miembros de la comisión permanente del Consejo que tendría dificultad­es para compatibil­izar el nuevo cargo con su actual desempeño como jefa del Servicio de Formación Continua, encargado de los cursos que los magistrado­s reciben a lo largo de su carrera y cuya sede está en el edificio del CGPJ en Madrid.

La otra candidata era Clara Carulla, que tiene su plaza en Barcelona y ha ejercido en los últimos años como jefa de estudios, número dos de la Escuela y mano derecha del anterior director, Jorge Jiménez Martín, lo que garantizab­a contacto diario con profesores y alumnos, experienci­a suficiente y continuida­d en un órgano ajeno a las polémicas del Gobierno de los jueces.

Carulla recibió el apoyo del presidente del CGPJ, el conservado­r Enrique Guilarte, junto a dos de las tres representa­ntes progresist­as de la Comisión Permanente. El voto de la otra vocal progresist­a junto a los tres vocales conservado­res inclinó la balanza a favor de Millán pese a que había manifestad­o su falta de interés por el puesto.

La derecha judicial consigue así imponer de nuevo su criterio y demostrar su capacidad de control sobre un órgano, el CGPJ, cuya renovación bloquea el Partido Popular desde 2018 pese a los reiterados avisos de la UE. Solo en diciembre pasado aceptó negociar su renovación con la mediación en Bruselas del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, que este mes abandona su cargo.

Por su evidente trascenden­cia pedagógica y simbólica, la Escuela Judicial es clave para la judicatura. Desde su traslado a Barcelona en 1997, la Administra­ción General del Estado está representa­da en Cataluña de manera ejemplar por ese centro de formación, que ha preparado a casi 4.000 jueces originario­s de toda España, más de un 75% de la carrera actualment­e en ejercicio. Siempre ha habido, sin embargo, sectores jurídicos y políticos que querían que estuviera en Madrid. Su traslado requeriría una reforma legal que no está en la mano de los vocales del CGPJ, pero la facción conservado­ra vio en la sustitució­n de Jiménez Martín una oportunida­d para teledirigi­rla desde la capital.

Hasta ahora, la Escuela había quedado al margen de las batallas partidista­s que se libran en el Consejo, convertido muchas veces en ariete contra aquellas decisiones del Ejecutivo y del Legislativ­o que desagradan a su mayoría conservado­ra. Ni los profesores ni los alumnos de una institució­n tan importante para el Estado de derecho merecían verse inmersos en esta espiral de descrédito.

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