El coste de los alimentos se modera
La inflación repunta por la fluctuación de los carburantes y la electricidad
Conforme pasan los meses, se afianza la idea de que lo peor ha quedado atrás. El precio de los alimentos ha registrado en marzo su menor tasa en más de dos años, hasta situarse en el 4,3%, según confirmó el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es una reducción de más de 12 puntos respecto a marzo de 2023, cuando repuntaron un 16,5% y amargaban el paso de las familias por los supermercados. La mala noticia es que la fluctuación del coste de los carburantes y la electricidad siguen empujando al alza el Índice de Precios de Consumo (IPC), que en marzo ha aumentado hasta el 3,2%. Son cuatro décimas más respecto a febrero, pero la subyacente —que excluye la energía y los alimentos frescos— continúa por la senda de la moderación al pasar del 3,4% al 3,3%, lo que consolida la desescalada en el resto grupos que condicionan el indicador.
El marcado descenso de la cesta de la compra se debe al abaratamiento de las legumbres y hortalizas, que caen un 9,2% respecto a hace un año. Los precios de los alimentos en su conjunto siguen sin bajar, lo que ocurre es que suben a un ritmo mucho menor. Es el caso de la carne, que aunque es más cara que en marzo de 2023, el repunte no ha sido tan abrupto como en esa ocasión. El aceite de oliva ostenta el título al alimento y al producto de todo el índice de precios que más se ha revalorizado: un 70%, según el informe.
Los principales responsables del aumento de la inflación general han sido los carburantes, que no han dejado de subir prácticamente desde que inició el año. A diferencia de lo que ha ocurrido con el coste del gas natural y la electricidad, que se han abaratado hasta caer por debajo de los niveles previos a la crisis inflacionaria de 2021, la gasolina y el diésel han recuperado valor y hoy son más caros que hace un año. A pesar de que los precios de España siguen por debajo de la media europea y de la eurozona, lo cierto es que desde comienzos de este año, la gasolina se ha encarecido un 8,1% y el gasóleo cerca de un 4%. Esto se debe, en gran medida, a los constantes recortes de oferta llevados a cabo por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que buscan mantener al alza los precios internacionales del oro negro.
El otro factor que ha jugado en contra de la moderación de los precios ha sido la electricidad. La normalización del IVA de la luz del 10% al 21%, ha elevado las facturas en marzo respecto al mes previo, a pesar de los precios en el mercado regulado están en mínimos históricos. Según los datos presentados ayer, la electricidad se ha encarecido respecto a febrero un 7,2% y un 6.9% en términos interanuales.
Más allá de los vaivenes mensuales, lo que más preocupa a los analistas es el coste de los servicios, que siguen ejerciendo presión sobre la inflación subyacente. Hoteles, cafés y restaurantes son el grupo que más ha subido en el transcurso de un año: un 5,5%, y apenas comienza la temporada alta del turismo. A pesar de este factor de riesgo, es innegable el descenso de la inflación tanto a nivel nacional como en el resto de Europa.