El Pais (Nacional) (ABC)

Guerra civil en el museo de la Guerra Civil

La falta de acuerdo y de financiaci­ón en Morata de Tajuña aboca al cierre a un centro que alberga material muy valioso de la batalla del Jarama

- JORGE MORLA

Desde la carretera hacia Morata de Tajuña se vislumbra un mal señalizado monumento de Martín Chirino a las Brigadas Internacio­nales que lucharon en la Guerra Civil. Son dos manos entrelazad­as, cobrizas, de unos seis metros de alto, que se imponen sobre una colina agusanada por largas trincheras. Pronto este lugar será el único punto que recuerde la guerra que se libró en la zona, pues en la vecina Morata de Tajuña se ha conocido esta semana el cierre, después de 25 años, del Museo de la Batalla del Jarama, el único dedicado a la Guerra Civil al sur del Ebro y uno de los pocos que hay en toda España. Una iniciativa privada que sus impulsores consideran ya inviable.

“Lo siento”, se disculpa Goyo Salcedo cuando una pareja se dispone a cruzar el umbral del museo, “pero está cerrado”. A su lado, en la vacía recepción, hay una de sus obras —Salcedo, además de ser el dueño de la colección, es escultor—: un hombre a tamaño real, metálico, creado con 3.000 piezas fundidas de metralla de la guerra. La estatua daba la bienvenida a un museo forrado hoy de vitrinas vacías y paredes desnudas. Un museo por el que el pasado diciembre se paseaba Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territoria­l y Memoria Democrátic­a, y que ahora es un almacén de cajas que guardan miles de balas y fotografía­s de la época, toneladas de metralla, decenas de uniformes y banderas remendadas, armas oxidadas, cartelería, utensilios de cocina, mapas de la época, maquetas. “Gente del Ejército ha valorado la colección en más de medio millón de euros”, cuenta Salcedo, de 79 años. “Y eso a la baja”.

“Este era el único museo sobre la Guerra Civil a este lado del Ebro”, cuenta por los pasillos Jesús González de Miguel, historiado­r y autor de La batalla del Jarama: febrero de 1937, testimonio­s.

No hay mejor profesor de historia para contextual­izar el enfrentami­ento que se libró en la zona entre el 6 y el 27 de febrero de 1937. Las tropas del bando sublevado querían tomar la carretera de Valencia para cortar la ruta hacia Madrid. El bando republican­o, socorrido por las Brigadas Internacio­nales, retrasó a los nacionales. La carretera no cayó y fracasó así la operación del bando franquista.

Goyo Salcedo no oculta sus simpatías republican­as, pero recalca que en el museo “no se podía decir: ‘Estos son rojos y estos azules’. Ambos bandos estaban representa­dos. Han pasado por aquí desde descendien­tes de la derecha a hijos de brigadista­s internacio­nales”. Militares de la Academia de Toledo, hijos o nietos de combatient­es o excursione­s escolares de toda España acudían cada año. También visitas de toda Europa o de Estados Unidos, que ya no volverán, llegaban a esta localidad de 8.000 habitantes situada a media hora en coche al sudeste de Madrid.

El Ayuntamien­to anterior financió el alquiler del museo dos años. Pero en 2023 no hubo Presupuest­os. Salcedo se endeudó para pagar el alquiler y a la recepcioni­sta. “Estuve a punto de ir al psiquiatra. He puesto en peligro mi dinero. A mi familia. Se acabó”, dice. Pero la falta de apoyo institucio­nal no es el único motivo del cierre. Como si fuera una historia de la propia guerra, una rencilla personal terminó por dinamitar el museo.

“Yo pago los gastos de luz, de agua, de comunidad”, cuenta Pilar Atance, sentada a sus 84 años en medio del enorme comedor del mesón El Cid, mientras su hija Inma atiende a los comensales. Ella es la dueña del restaurant­e y del enorme local (de unos 500 metros cuadrados) donde se sitúa el museo, en la parte trasera del mesón.

“El museo ha arrastrado a mucha gente, y hemos conocido muchas personalid­ades”, rememora Atance. Algunas de sus secciones, como la sobrecoged­ora sala que replica una escuela antigua, son suyas. Y todavía guarda buenas palabras para Salcedo: “Me da mucha pena; este hombre ha trabajado como un bestia”. Tras las desavenenc­ias, sin embargo, explica que no quiere que su local vuelva a albergar la colección. “Haré un museo etnográfic­o, que era mi idea inicial”, sostiene. Tiene previsto abrirlo en septiembre.

Salcedo habla de robos de piezas por parte de ladrones que de noche se colaban desde la finca del restaurant­e, Atance subraya que ha cargado con los gastos estos años. Él esgrime que ella rompió su promesa de dejar por escrito que cedería el local aun después de morir; ella afea el momento en el que el museo empezó a ser de pago (2,5 euros) sin que ella quisiera. Dicen en el pueblo que ya es imposible juntarlos para hablar, pero ambos hablan del esfuerzo común con el cariño que dan tantos años trabajando juntos.

“El museo es privado, y el problema es privado”, dice Fernando Villalaín, alcalde de Morata (PP), que asegura que se ha intentado un convenio de colaboraci­ón que al final no ha llegado a buen puerto. Si la colección acabara en otro municipio, por ejemplo en la cercana Rivas (que ha mostrado cierto interés), ¿no le asusta ser visto como el culpable de todo? “Tengo clarísimo que me acusarían”, cuenta Villalaín, que asegura que, con el tiempo, el Ayuntamien­to está dispuesto a pagar la subvención de 2024 y también la de 2023 (un total de 50.000 euros). “Quiero que la colección esté en Morata el mayor tiempo posible. También creo que todos los implicados tienen poca paciencia”. Villalaín ha prometido a este diario reunirse estos días con ambas partes.

“Gettysburg, Normandía, Waterloo… en todos esos sitios el recuerdo de la guerra es algo muy presente. Y aquí…”, lamenta el escritor González de Miguel. “Al final se cierra por la misma razón por la que sigue habiendo muertos en las cunetas. Porque en este país no interesa la historia”. A su lado, Salcedo se acaricia el frondoso bigote. “No creo que tarde mucho en recogerlo todo”, suspira.

Es la única muestra de la contienda al sur del Ebro y una de las pocas del país

“He puesto en peligro mi dinero y mi familia. Se acabó”, lamenta el dueño

 ?? JAIME VILLANUEVA ?? Goyo Salcedo, el miércoles en el Museo de la Batalla del Jarama, en Morata de Tajuña (Madrid).
JAIME VILLANUEVA Goyo Salcedo, el miércoles en el Museo de la Batalla del Jarama, en Morata de Tajuña (Madrid).
 ?? J. V. ?? Una bolsa llena de metralla, en el museo.
J. V. Una bolsa llena de metralla, en el museo.

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