Adiós a Roberto Cavalli, el diseñador de la ‘jet set’
El creador florentino convirtió el estampado animal en una seña de identidad de su firma
El diseñador de moda Roberto Cavalli, quien convirtió el estampado animal en una de las señas de identidad de su casa, ha fallecido en Florencia a los 83 años tras una larga enfermedad. Según recoge la prensa italiana, a su lado en sus últimas horas ha estado la que fue su pareja en los últimos 15 años, la modelo Sandra Nilsson, con quien poseía una isla privada en Suecia. Deja seis hijos, incluido el más pequeño, Giorgio, de poco más de un año.
Nacido en el seno de una familia aristocrática florentina, Cavalli intentó seguir los pasos de su abuelo pintor, empezando sus estudios en la escuela de arte de su ciudad natal, pero muy pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación era la moda y a los 30 años fundó su firma, a la que dio su nombre. Eran los años setenta y entonces sus colecciones se caracterizaban por el uso de bordado y pieles. No fue hasta los años noventa cuando el creador encontró el que sería su verdadero filón: el imaginario lujoso de las damas más sofisticadas y atrevidas de las clases altas. Sus largos vestidos con transparencias y generosos escotes y sus estampados inspirados en el mundo felino se convirtieron en un referente entre la jet-set internacional. De esa manera, su firma se convirtió en sinónimo de buena vida y ostentación justo en el momento en el que las celebrities internacionales ya no eran solo actrices o esposas de magnates, sino también modelos o grandes empresarias.
Su éxito y reconocimiento global le permitió crear en 1998 una línea de difusión con precios más asequibles, Just Cavalli, que gozó igualmente de buena acogida. Sus prendas no eran solo ropa, sino también una filosofía de vida. Eso le permitió firmar acuerdos con marcas de bajo coste como H&M, para la que creó una colección. Su incursión en la cultura popular también la ejemplifica el hecho de que diseñara el vestuario de la gira de regreso a los escenarios de las Spice Girls, en 2007.
Roberto Cavalli vendió su firma en 2015 al fondo de inversión italiano Clessidra. La empresa fue entonces sometida a un plan de reestructuración que pasó por la contratación del noruego Peter
Dundas como director creativo. Sin embargo, él no renunció a la idea de glamour y espectacularidad. Las grandes estrellas del pop continuaron siendo su clientela más fiel y en su estreno fueron las supermodelos del momento quienes lucieron sus diseños. Pero apenas duró un año y medio en el cargo, pues no consiguió cubrir las altas expectativas comerciales que los nuevos propietarios de la enseña tenían en el proyecto. El diseñador Peter Surridge asumió la dirección creativa de la firma en 2017. Tampoco él consiguió revivir éxitos pasados.
Ha sido Fausto Puglisi, quien tomó la batuta de la casa en 2020 y presentó su primera colección en 2021, el que ha conseguido revivir el legado de un creador inconfundible. El siciliano, quien empezó con una marca propia y dio el salto al olimpo de los grandes diseñadores al frente de Ungaro, ha logrado llevar el imaginario creado por el recién fallecido a la generación Z. Este año, sin ir más lejos, una de las grandes estrellas de su desfile en Milán fue la cantante española Aitana.
Puglisi ha dejado un mensaje de despedida en el Instagram de la firma: “Querido Roberto, quizá no estés físicamente aquí con nosotros ya, pero sentiré tu espíritu conmigo siempre. Es el mayor honor seguir mi carrera bajo tu legado y crear para la marca que fundaste con visión y estilo. Descansa en paz, te echaremos de menos y te hemos querido tantos que tu nombre continuará siendo un faro que guiará a los demás, especialmente a mí”.
Plan de reestructuración
Intentó ser pintor, como su abuelo, pero eligió la moda y fundó su firma con 30 años
Vendió la compañía en 2015 al fondo de inversión italiano Clessidra