“Interesa el bosón de Higgs, pero no quién inventó el frigorífico”
América Valenzuela Divulgadora científica y periodista “Ahora entiendo el estereotipo del científico loco: no tenían la carga mental que tenemos las mujeres”
Dice América Valenzuela (Madrid, 47 años) que “la ciencia está en todo lo que nos rodea”. Desde una microscópica partícula de polvo hasta en la ingeniería espacial que hay dentro de un microondas. También está en las cuerdas de la guitarra de los músicos que tocan en las calles de Ciudad de México —donde se desarrolla la entrevista—. La periodista y divulgadora científica habla de su nuevo libro La vida secreta de tu alcachofa de ducha (Planeta), un entretenido viaje por las distintas habitaciones de la casa, que lleva a cuestionarse de dónde viene el cristal, quién inventó la silla de despacho, cuál es el secreto del detergente, qué tienen en común el teflón y la bomba atómica o por qué hay un hombre enterrado en la luna.
Pregunta. ¿Quién vive dentro de nuestra alcachofa de ducha?
Respuesta. Todo un ecosistema. Científicos especializados en microvida del hogar han encontrado fortalezas indestructibles de nematodos, arácnidos, bacterias y virus que forman una película que no se va con los productos de limpieza habituales.
P. El libro habla de la ciencia que tenemos en casa, pero, ¿de dónde viene la inspiración para escribirlo?
R. Fue durante mi mudanza a México.
A la hora de montar la casa nueva empecé a ahondar en detalles que nunca me había planteado y en la historia de dónde vienen todas las cosas que usamos en nuestro día a día.
P. ¿Cuánto tiempo le llevó la investigación del libro?
R. Yo digo que este libro en realidad ha salido gracias al bótox. Estuve casi tres años escribiendo muy poquito porque tenía unos dolores de cabeza horrorosos.
P. ¿De qué sirve que conozcamos más la ciencia que hay en nuestra casa?
R. Siempre digo que no saber lo que hay en tu casa o cómo funciona lo que hay en tu casa es como estar durmiendo con un desconocido. Nos interesa el bosón de Higgs, pero no quién inventó el frigorífico, y eso no puede ser.
P. ¿Qué invento mexicano incluiría en el libro si pudiese?
R. Los tacos.
P. ¿Cuánto tienen de azarosos los inventos y los descubrimientos científicos?
R. Hay un montón de inventos que son fruto de la casualidad, pero también del impulso creativo de la gente y de las ganas de encontrar una solución a algo que es un problema. Por ejemplo, los materiales vitrocerámicos.
P. Muchos de estos inventos se desarrollaron dentro de la industria armamentística, ¿qué nos dice eso?
R. Pues que todo sirve para algo. Muchas veces despreciamos la inversión en investigación militar o la investigación espacial y cualquier avance científico siempre se puede trasladar a un beneficio en nuestra vida. La ciencia no es buena ni mala.
P. En su libro menciona: “Queda patente que el ingenio de las mujeres en la ciencia ha quedado ninguneado durante mucho tiempo. ¿En qué punto estamos ahora mismo?
R. Creo que nunca nadie podrá frenar a las mujeres, pero es necesario que su trabajo reciba más visibilidad. He metido a bastantes mujeres que destacaron por su ingenio.
P. ¿Alguna que se le venga a la cabeza?
R. Ada Lovelace. Ella estaba enamorada de las matemáticas y tuvo que parar su pasión para ser madre y criar a sus hijos. El otro día me di cuenta de que durante muchos años hemos intentado luchar contra el estereotipo del científico loco y ahora lo entiendo mejor: ellos no tenían otra cosa en la que pensar. Nunca tuvieron que pensar en llevar a los hijos al pediatra, darles de comer... Es decir, toda la carga mental que habitualmente tenemos las mujeres.
P. ¿Y la sociedad está lista para el cambio?
R. Tiene que pasar. Todas sabemos que si alguna mujer quiere tener hijos va a parar en seco su carrera. Hay que hacer algo para que eso no suceda.