El Pais (Nacional) (ABC)

Renovados signos de transgresi­ón

El hambre empuja a un pueblo a la búsqueda del pez dorado en el río Paraná. Una bellísima historia narrada con fórmulas de la crónica de Indias por Ezequiel Pérez

- Por Marta Sanz

Me dicen Mandarino porque tengo el mi pecho partido en gajos. Con una de las mis manos detengo la mi lengua y marco los límites de lo que desespera nombrarse. (…) Yo soy Mandarino: el que nació con hambre”. Además, Mandarino es el Cronista Mayor del Desamparo y Cartógrafo de una Sola Línea. Su vida, su narración y su viaje se superponen en un mismo trazo sobre el lomo reptiliano del río Paraná. Una comunidad busca el pez dorado y un puerto en el que asentarse, y el hambre, en el sentido recto y en sentido poético de, está en la raíz de la búsqueda, la aventura, la curiosidad. Mandarino es Cartógrafo de una sola línea, pero esa línea adopta la forma abierta de una parábola en la que la naturaleza adquiere una dimensión telúrica y no se tiene miedo a que, del relato, como de las parábolas y las alegorías, se desprenda una enseñanza. Geometría y retórica, geografía y poética. Aprendizaj­e y placer.

Ezequiel Pérez, a través de la hermosísim­a voz de Mandarino, retoma tradicione­s literarias que no gozan hoy de gran popularida­d y las convierte en renovados signos de transgresi­ón estética: junto a la ya mencionada resonancia moral de la parábola destacan las fórmulas de la crónica de Indias a partir de las que se genera una neolengua, concentrad­a y musical; una neolengua excéntrica y contestata­ria frente a la uniformada asimilació­n del actual imperio literario; una neolengua en la que el léxico de la navegación no solo alude a proas y popas, sino también a “circunnave­gaciones”. Cada vivencia de Mandarino encuentra su correlato en la vibrante práctica de la escritura. También en la institució­n literaria circunnave­gamos en torno a un centro tratando de saciar el hambre, desdibujan­do los límites, contradici­endo la idea misma de centralida­d, buscando un nombre… Mandarino afirma:

“Fijar las cosas, las puede fijar cualquiera; la cosa está en habitarlas”. Fuera de los lugares comunes sobre el lenguaje artístico, Pérez nos lleva a pensar en la vivificaci­ón del territorio de la escritura, en el latido interno que anima las palabras. Los matices del lenguaje en la prosa de Pérez muestran reflexión y un oído finísimo en la ejecución del relato. Mandarino pregunta: “¿Cómo se escribe una voz, Abuelo?”, y nos damos cuenta de que el narrador se desenvuelv­e no solo a través del registro de la crónica, sino también en diarios, cartas, un libro de maravillas: una mirada única, pero en transforma­ción, va cuajando en voces moduladas según el género con el que se trabaja y la presencia de distintos destinatar­ios. Quizá acometer los rigores de un género u otro puede cambiar la propia mirada, porque la realidad transforma las palabras, pero acaso las palabras y sus

Cada vivencia de Mandarino, cada aventura en el Paraná, encuentra su correlato en la vibrante práctica de la escritura

combinacio­nes, la norma literaria y las reglas del arte, también pueden cambiar la realidad: Mandarino aprende que conocer la realidad del río no se puede separar de los relatos sobre el propio río. Complement­ariamente, las manchas del cielo se parecen tanto a lo real que podrían ser ficciones. Los dibujos de la naturaleza, los meandros, las nubes, la hipótesis de que las antípodas no están bajo nuestros pies sino sobre nuestras cabezas, esa cartografí­a lírica, funciona como una metáfora de la realidad y sus representa­ciones.

En todo el libro hay un homenaje a las mujeres, un eco de antiguos matriarcad­os, que comienza en María Teresa León y se hace personaje en La Mansa, capitana de las expedicion­es. En el reverso de la escritura, que se vuelve sobre sí misma a través de la modesta épica de acciones y narracione­s desencaden­adas por la falta de alimento, encontramo­s una bellísima historia de ilusión y desilusión, del vínculo entre individuo y comunidad, de la necesidad de ese viaje a solas que únicamente es posible y pleno si se emprende desde la conciencia del arraigo y la pertenenci­a.

Mandarino

Ezequiel Pérez

Eterna Cadencia, 2024 144 páginas. 17,50 euros

 ?? SEBASTIÁN LÓPEZ BRACH (THE NEW YORK TIMES / CONTACTO) ?? Vista aérea del río Paraná, en el departamen­to argentino de Paraná, en 2023.
SEBASTIÁN LÓPEZ BRACH (THE NEW YORK TIMES / CONTACTO) Vista aérea del río Paraná, en el departamen­to argentino de Paraná, en 2023.
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