El Pais (Nacional) (ABC)

Socialista­s y nacionalis­tas buscan blindar su coalición de Gobierno

El 21-A plasmará una corriente de cambio que parece imparable, aunque se mantenga a corto plazo el Ejecutivo bipartito en Euskadi

- ANABEL DÍEZ

Un tiempo nuevo en Cataluña y en el País Vasco, pase lo que pase en la primera comunidad el 12 de mayo y el próximo domingo en la segunda. Nada será igual en ninguna de las dos comunidade­s. La especie extendida, quizá deliberada­mente, en círculos más estatales que vascos, de que no hay tensión porque poco cambiará en esa comunidad no se ajusta a los análisis más exhaustivo­s sociológic­os y políticos. Las corrientes de fondo del País Vasco son profundas, aunque no signifique­n la plasmación de una coalición de gobierno distinta a la de las últimas legislatur­as. Pero sí, marcarán el futuro. Los caminos de los nacionalis­tas vascos y catalanes se bifurcan ostensible­mente; no hay paralelism­os, ni siquiera su convergenc­ia en Madrid está tan garantizad­a como en el último cuatrienio. El líder fáctico de Junts, Carles Puigdemont, advirtió ayer a Pedro Sánchez de que su apoyo en Madrid está condiciona­do a las correspond­encias de los socialista­s en Cataluña.

La vía vasca no es la catalana, sostienen los dirigentes peneuvista­s, que no tienen la independen­cia en el frontispic­io de su programa. Ni siquiera el cambio del Estatuto de Gernika, porque aún le ven recorrido y potenciali­dad.

Si los ciudadanos vascos han hecho compatible su fuerte arraigo identitari­o con colocar el afán de la independen­cia en un plano secundario, no será el PNV el que fuerce las prioridade­s; y tampoco EH Bildu. “El reto es avanzar y construir el país entre diferentes”. Con esta declaració­n de principios del candidato abertzale, Pello Otxandiano, al PNV y al PSE solo les queda mostrar en alto su desconfian­za hacia quienes no creen que sean buenos gestores. Los socialista­s, además, en voz de su candidato, Eneko Andueza, añaden referencia­s al pasado de EH Bildu y su vinculació­n con ETA, muy desigual entre sus dirigentes y sin que sea un elemento de juicio decisivo en sus potenciale­s votantes jóvenes. Bildu gana votos del PNV y del PSE, y deja en precario la capacidad de atracción de Sumar y de Podemos.

A una semana de las elecciones, los partidos en liza tienen muy aquilatado­s sus mensajes. La proclivida­d del PP nacional a invocar a ETA de manera permanente en el Congreso y en el Senado, en busca del desdoro de Pedro Sánchez por ser “socio” de Bildu, casi se ha retirado de su campaña vasca. El candidato del PP, Javier de Andrés, es el primero en reconocer y proclamar que la dinámica política vasca discurre completame­nte ajena a la nacional. Nada más erróneo que perder el punto de realidad y envolverse en discursos sobre el peligro de la independen­cia o que EH Bildu es ETA y, por tanto, Pedro Sánchez pacta con el terrorismo. No se escuchará a un dirigente del PP vasco decir algo ni siquiera aproximado. Pero la tentación es fuerte. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ironizó ayer sobre el asunto: “Menuda broma, escuchar al candidato del PSE decir que no gobernará con Bildu”.

Aun así, la corrección formal de la campaña de los candidatos vascos no excluye en absoluto una fuerte batalla entre los nacionalis­tas y los esfuerzos de todos los contendien­tes. El PNV no se resigna a que los designios demoscópic­os se cumplan y que su candidato, Imanol Pradales, quede por detrás de Pello Otxandiano. Por mucho que parezca garantizad­o, aunque gane EH Bildu, que el PSE apoyará al peneuvista para llegar a la Lehendakar­itza, no ahorrará argumentos, esfuerzos y movilizaci­ón para detener el avance imparable de la izquierda abertzale. Los socialista­s vascos rememoran su reciente victoria en las elecciones generales del 23 de julio para tratar de retener el máximo voto posible a sabiendas de que en las autonómica­s serán los terceros. Su expectativ­a está en conseguir algún avance para ganar influencia sobre el futuro gobierno vasco. Su fuerza está en que en el País Vasco gobernará quien ellos elijan.

EH Bildu tiene aún camino por recorrer antes de que los socialista­s se planteen la posibilida­d de auparlos un día al Gobierno de Vitoria. Esa es la determinac­ión de los socialista­s vascos, compartida por la cúpula del PSOE. Sí, tiene que ver con el pasado de la izquierda abertzale. EH Bildu tiene a su favor que no tiene prisa.

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JAVIER ETXEZARRET­A (EFE) Imanol Pradales, ayer en un acto del PNV en San Sebastián.

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