Y Benita Maestro enterró a su padre 87 años después
Los restos de tres víctimas de la dictadura son entregados a sus familias en Valladolid en un homenaje a 199 represaliados
—Estos son los restos de tu padre.
Benita Maestro rompe a llorar en el cementerio de Valladolid. El franquismo le arrebató a su padre cuando ella era un bebé. Hoy tiene 87 años y le tiembla la voz cuando habla con quienes han coordinado los trabajos de recuperación e identificación de los huesos de Casimiro Maestro, alcalde de Renedo de Esgueva (Valladolid), víctima del bando fascista. Los restos descansan en una caja de plástico junto a otras dos, etiquetadas con los nombres de Ángel Egaña y Emilio Pedrero. Estas tres personas han sido las únicas identificadas por ADN de los 199 vestigios humanos diferentes hallados en una fosa común del camposanto vallisoletano. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) homenajeó ayer a las víctimas y las enterró dignamente.
Cientos de personas se congregaron ayer en el cementerio de El Carmen junto a un mausoleo donde se conservan los esqueletos, rara vez completos y también procedentes de una fosa común, de otros 245 individuos inhumados en 2020. Una enorme placa recoge sus nombres y los identifica como asesinados. Bajo el hormigón yacen también aquellos cuya identidad no consta con certeza. La ARMH entregó los restos a los descendientes de Maestro, Egaña y Pedrero y enterró igualmente los demás restos humanos encontrados en la fosa.
La conmemoración llegó en un clima político marcado por el impulso del PP y de Vox en Aragón, la Comunidad Valenciana y Castilla y León de “leyes de concordia”. En ellas, rompen con los consensos de las legislaciones anteriores de Memoria Histórica, promulgadas incluso por el PP, y amplían las fechas de cobertura de las normas a 1931, año de inicio de la II República. Así, equiparan un periodo democrático a la dictadura posterior al golpe de Estado. La ministra de Igualdad y exconcejal de Valladolid Ana Redondo (PSOE), presente en el acto, cargó contra la ausencia de altos cargos de la Junta de Castilla y León. “¿Cómo van a estar presentes si proponen leyes de oprobio y discordia?”, preguntó retóricamente.
Vox no asistió al homenaje. Sí lo hizo una delegación del PP de Valladolid, encabezada por el alcalde de la ciudad y senador, Jesús Julio Carnero. “Nadie quiere tener la obligación de que sus seres queridos estén en una cuneta, por el motivo que sea. [La inhumación] Es de justicia en un país democrático que ha superado fases como la dictadura”, indicó, mientras algunos de los presentes gritaban “¡Menos fotos y más derechos!” o “Esto es para las familias. ¡Fuera, fuera!”.
A la concentración acudieron personas de muy distintas procedencias. La holandesa Johanna van Woerkom, estudiosa de regímenes autoritarios apoyados en golpes de Estado, explicó: “Conocí la guerra de El Salvador y las desapariciones, pero una vez en Holanda vi unas fotos de desaparecidos y pensé que sería en Argentina o Chile… ¡Y era España!”. La mujer se preguntaba: “¿Qué significa la Ley de Memoria Histórica si permite que haya gente con el brazo en alto en el Valle de los Caídos?”.
Antonio Maestro, de 90 años, tomó la palabra cuando se le fueron entregados los restos de su padre, fusilado por su vinculación a la izquierda. “No tenemos nada más que hablar, solo agradecer a los asistentes. Este no es un día cualquiera, es histórico, quedan atrás las lágrimas para convertirse en lágrimas de alegría. Es el día más grande para toda mi familia”, dijo el anciano, entre salvas de aplausos. Benita seguía llorando.
La ministra Ana Redondo criticó la ausencia de cargos de la Junta
El alcalde de Valladolid, del PP, asistió al acto. “Es de justicia”, afirma