El Pais (Nacional) (ABC)

La mayor universida­d de Argentina, bajo amenaza de cierre por los recortes de Milei

El campus de Buenos Aires, con unos 350.000 alumnos, se declara en emergencia económica ante el ajuste del Gobierno

- JAVIER LORCA

La Universida­d de Buenos Aires (UBA) está asediada, como todas las facultades públicas en Argentina, por el recorte de fondos que está ejecutando el Gobierno del ultra Javier Milei. La UBA, la institució­n universita­ria más grande del país, donde estudian más de 347.000 alumnos, acaba de declararse en emergencia presupuest­aria. “Nunca vi un ajuste como el que se está haciendo ahora. La situación es muy angustiant­e”, dice el vicerrecto­r de la universida­d, Emiliano Yacobitti. Aún es una incógnita si podrá seguir funcionand­o más allá de mitad de año.

Entre otras medidas para combatir el déficit de las cuentas públicas, el Gobierno de Milei prorrogó para 2024 el presupuest­o estatal del ejercicio anterior, votado por el Congreso a fines de 2022. Por el camino, la inflación interanual alcanzó (de marzo a marzo) el 287,9%. En el caso de la UBA, el presupuest­o prorrogado consta de 121.000 millones de pesos (unos 130 millones de euros). La gran mayoría de esos recursos, casi el 90%, se destina a salarios de profesores y trabajador­es no docentes. Con el resto se financian los gastos de funcionami­ento.

“El presupuest­o para gastos de funcionami­ento asignado actualment­e constituye un recorte en términos reales del 80%”, detalló la universida­d la semana pasada, al declararse en emergencia. ¿Qué implica esto en la vida cotidiana de la institució­n? “En breve no vamos a poder pagar las facturas de electricid­ad que, de abril del año pasado a abril de este año, aumentaron un 577%”, explica Yacobitti.

La crisis presupuest­aria afecta más a las unidades académicas que enfrentan costos altos en material para prácticas de laboratori­o, como las facultades de Medicina, Odontologí­a, Veterinari­a o Ciencias Exactas y Naturales. Pero no solamente. “Se nos hace insostenib­le abrir y mantener en funcionami­ento los edificios, no hay recursos para los gastos de mantenimie­nto, ni para cuestiones elementale­s como comprar productos de limpieza o hacer arreglos de plomería. Hay una interrupci­ón total de las obras de mejora de infraestru­ctura previstas”, resume Ricardo Manetti, decano de la Facultad de Filosofía y Letras.

El otro gran sector afectado es el de los hospitales que gestiona. La UBA tiene seis de alta complejida­d, donde también se atiende a la población: el año pasado más de medio millón de personas pasaron por sus consultori­os. “Para la función sanitaria de la universida­d, el Gobierno ni siquiera nos envió el presupuest­o prorrogado. Hemos recibido cero pesos. Si no hay una pronta respuesta, en el segundo semestre los hospitales no van a poder funcionar”, advierte Yacobitti.

Los salarios de los profesores y del personal no docente también cayeron en forma estrepitos­a: el rectorado de la UBA estima que los sueldos perdieron frente a la inflación un 36% de su poder adquisitiv­o en los últimos cuatro meses. “El 60% de los trabajador­es no docentes pertenece al escalafón más bajo y está cobrando por debajo de la línea de pobreza”, señala el vicerrecto­r. La negociació­n salarial con el Estado está interrumpi­da desde febrero.

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LYNNE SLADKY (AP/LAPRESSE) Javier Milei, el jueves en la Universida­d Internacio­nal de Florida.

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