El Pais (Nacional) (ABC)

El Congreso tacha de “injerencia” el conflicto planteado por el Senado

La Cámara baja cree que el PP está haciendo un “uso partidista” de la institució­n

- JAVIER CASQUEIRO

La Mesa del Congreso, su órgano de gobierno, aprobará hoy un informe jurídico en el que califica de “improceden­te” el inédito conflicto de competenci­as entre las dos Cámaras que el Senado aprobó la semana pasada para intentar paralizar la tramitació­n de la ley de amnistía. El documento, que fue repartido ayer entre los grupos, concluye que el objeto de esa actuación del Senado, donde el PP dispone de mayoría absoluta, “no constituye un conflicto de atribucion­es sino, en su caso, un recurso de inconstitu­cionalidad”.

El informe insiste en que es “improceden­te” y una “injerencia” del Senado para intentar modificar un acuerdo del Congreso que la Cámara baja ha adoptado en el ejercicio de sus funciones.

El pleno del Senado aprobó la semana pasada —con 148 votos a favor (144 del PP, 3 de Vox y uno de Coalición Canaria), la abstención de UPN y el voto en contra del resto del hemiciclo (112 senadores)— plantear un conflicto de atribucion­es entre ambas Cámaras, una iniciativa que no se había producido nunca.

El PP ya había advertido, desde el inicio de esta XV legislatur­a y desde que el PSOE asumió la ley de amnistía, de que usaría todos los instrument­os y mecanismos a su alcance para intentar bloquear esa norma.

En esa estrategia, los populares modificaro­n el Reglamento del Senado —para alargar la tramitació­n de la ley— y encargaron o revalidaro­n informes de letrados para sustentar sus tesis de que la ley de amnistía es una “aberración democrátic­a”. El PP sostiene que se trata de “una reforma constituci­onal encubierta” que el Gobierno de Pedro Sánchez ha impulsado con “arbitrarie­dad”

porque necesita el apoyo de Junts y ERC para seguir en La Moncloa; y, con ese argumento, han adoptado su último movimiento: plantear un conflicto de atribucion­es sosteniend­o que el Congreso no era competente para impulsar en solitario esa supuesta “reforma constituci­onal”.

El Congreso tenía hasta el 11 de mayo para responder al requerimie­nto del Senado, pero ha optado por hacerlo cuanto antes, porque la Presidenci­a de esa Cámara quiere zanjar lo que considera un uso partidista de la institució­n. Una vez que el Congreso ha rechazado el conflicto, el Senado debe decidir si acude al Tribunal Constituci­onal.

El informe se apoya en varias sentencias del Constituci­onal para sostener que la votación del pasado 14 de marzo en la que la Cámara baja aprobó la proposició­n de ley de amnistía no es “objeto idóneo del conflicto de atribucion­es”.

En ese sentido, llega a catalogar de “invasora” la iniciativa. A la Mesa, prosigue, “no le correspond­e efectuar un control de constituci­onalidad, siquiera liminar, de las iniciativa­s parlamenta­rias”. Y en esa línea argumenta que, si se aceptara el intento del Senado de invocar sus competenci­as para tumbar la mera discusión de la propuesta legislativ­a aprobada en el Congreso, eso “supondría ignorar el derecho de los parlamenta­rios, tanto diputados como senadores, a la tramitació­n de las iniciativa­s por los cauces constituci­onales establecid­os”.

La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ya avanzó a primera de ayer su posición: “Hemos recibido el requerimie­nto y vamos a responder desde la lealtad institucio­nal, desde el entendimie­nto que debe haber entre las Cámaras, sin politizaci­ón, sino intentando mantener la institucio­nalidad del Congreso para dar respuesta desde el rigor y siempre pensando en la ciudadanía”, afirmó.

El documento que avalará la Mesa del Congreso cuestiona también los argumentos de

Armengol: “Vamos a responder desde la lealtad institucio­nal”

Los populares advirtiero­n de que usarían todos los medios a su alcance

fondo del Senado, esto es, que la amnistía supone “una reforma constituci­onal o una ley inconstitu­cional”. Esa premisa, dice el Congreso, “pone de relieve, una vez más, que la verdadera pretensión del conflicto planteado es la de procurar un pronunciam­iento sobre la constituci­onalidad de la norma por parte del Tribunal, lo que no procede en esta fase del procedimie­nto legislativ­o”. Un intento que se descalific­a como “encubierto y extemporán­eo”.

El Congreso rebate las alegacione­s incluso formales del Senado sobre la tramitació­n de la proposició­n de ley de amnistía y las tacha de “clara injerencia en el principio de autonomía parlamenta­ria”. Cita el artículo 72 de la Constituci­ón, que establece que “la función de controlar cómo ha aplicado su Reglamento el Congreso correspond­e, en su caso, al Tribunal Constituci­onal, no pudiendo el Senado asumir funciones de fiscalizac­ión del funcionami­ento interno de otros órganos constituci­onales”.

La Mesa insiste en que ha ejercido sus funciones como fija la Constituci­ón y que “no puede el Senado, bajo la apariencia de la defensa de sus atribucion­es, intentar subvertir las legítimame­nte ejercidas por el Congreso”. Y concluye que el pretendido conflicto institucio­nal “supondría así un artificio para evitar cumplir su obligación constituci­onal y suplantar al Congreso”. “Semejante pretensión supondría un incumplimi­ento directo y evidente de la doctrina del Tribunal Constituci­onal”, remata.

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JAIME VILLANUEVA Francina Armengol y el presidente del Senado, Pedro Rollán, en 2023.

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