Los rectores instan a los científicos repatriados a concursar a plazas diseñadas para nuevos doctores
conferencia de rectores (CRUE) reconoce en una nota enviada a EL PAÍS que no estabilizará a los centenares de científicos españoles que han hecho carrera en el exterior y vinieron a España hace dos años bajo el paraguas del programa María Zambrano, sufragado con fondos públicos y lanzado por el extinto Ministerio de Universidades: “En las ayudas no aparecía como requisito, a la finalización del contrato temporal financiado por el ministerio, el compromiso de estabilización por las universidades beneficiarias de los contratos, a diferencia de lo que sí ocurre con otros programas similares como el Ramón y Cajal o el Beatriz Galindo”.
Ahora los animan a presentarse a la convocatoria de profesores ayudante doctor, concebidas para quienes acaban de leer su tesis y con un sueldo base de 1.500 euros netos, 700 euros menos. Además, estos investigadores batallan en los tribunales para que las universidades les devuelvan otros 1.000 euros mensuales en cuotas patronales (el importe mensual que paga la parte contratante para desempleo, Fogasa o formación).
Este diario, que adelantó la noticia, cifraba en 700 los zambranos basándose en los primeros cálculos del Ministerio de Universidades; pero la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, elevó ayer ese número a 1.500 investigadores. La diferencia estriba en que la cantidad de científicos beneficiarios dependía de la duración de los contratos (de uno a tres años) y del dinero que las universidades invirtieran en recualificar a su profesorado permanente y en mandar fuera a los recién doctorados, porque debían dividir el montante entre las tres categorías. Nunca se ha sabido la cifra final porque la gestión quedó en manos de los rectorados.
“Lo que entiendo que están pidiendo los investigadores es que nosotros impusiéramos a las universidades la estabilización”, afirmó ayer Morant tras reunirse con los rectores en el seno del Consejo de Universidades. “El mensaje que mando a las universidades es que, en la medida de sus posibilidades, vayan estabilizando a este personal que en su día se fue porque no tenían una oportunidad contractual. Ahora han venido con una y lo que tienen que hacer las universidades es la parte que les corresponde, que es la estabilidad”, dijo.
Los zambranos que han venido a España —muchos expatriados y una cantidad notable de latinoamericanos— tienen en general un currículum más sólido que los nuevos doctores y, por tanto, aceptar el puesto de ayudantes sería un paso atrás en sus trayectorias. Casi todos están en la treintena y muchos se han instalado en España con sus familias. En enero de 2021, el exministro Manuel Castells afirmó: “El talento que se pueda traer está sembrando semillas de futuro. Esto completa esta legislatura, pero lo que sería lógico es que en la siguiente existiesen programas”. El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades apuesta por los posdoctorales —contratos como el Ramón y Cajal se han casi triplicado en número (494) y cuantía (de 33.700 a 44.000 euros) desde 2017— pero no beneficia a los zambranos.