La gran oportunidad del Barça
Los azulgrana aspiran a rematar al PSG en Montjuïc después de su victoria en París en un momento en que la afición ha recuperado la ilusión por la Champions
A excepción de los 17.550 socios que se abonaron a Montjuïc, el barcelonismo ha pasado de la excedencia y el distanciamiento a la excitación y la militancia ante la llegada de dos partidos cumbre en una semana: PSG (este martes, Movistar, 21.00) y Real Madrid (Bernabéu, domingo, 21.00). El Barça se encuentra ante la gran oportunidad después de que el 27 de enero parecía haber tirado la toalla de la temporada por el 3-5 encajado con el Villarreal y la dimisión en diferido anunciada para el 30 de junio por Xavi. “Me siento muy eufórico e ilusionado”, apuntó ayer el entrenador. “El barcelonismo ha recuperado la ilusión perdida. La afición se merece una alegría europea”, remató el entrenador del Barcelona.
Xavi está convencido de que “todo el mundo se siente más liberado, tiene más sentido de pertenencia” desde que comunicó que se iría nada más terminar un curso que empezó bastante mal cuando se anunciaba una mejora en el juego después de ganar la pasada Liga. Aunque el campeonato está en manos del Madrid, líder con ocho puntos de ventaja, el Barcelona no renuncia a la disputa del título a falta de siete jornadas después de encadenar 13 partidos sin perder: tres empates y 10 victorias, la última en Cádiz. La suerte azulgrana depende, en cualquier caso, del Madrid. No ocurre lo mismo con la Liga de Campeones. Los azulgrana aspiran a rematar en Montjuïc el éxito alcanzado en París: 2-3.
Hay en juego un billete para las semifinales, a disputar contra el vencedor del cruce Borussia Dortmund-Atlético, después de que el Barça se clasificara cuatro años después para los cuartos al eliminar al Nápoles. Aquel triunfo desbloqueó y marcó el despegue del plantel de Xavi y dio aire al presidente Laporta, que se personó en el último entrenamiento para reforzar el ánimo con vistas a la cita con el PSG. La terapia envalentonó incluso a un futbolista tranquilo como Pedri. “Tenemos que salir a comernos al rival”, sentenció el tinerfeño, candidato a ocupar la plaza vacante en el medio del campo por las sanciones de Christensen y Sergi Roberto.
La duda es Pedri o Fermín. La apuesta parece que será por el canario de Tegeste. “Yo prefiero jugar 80 minutos al 100% y pedir el cambio si no puedo más” afirmó Pedri. “Tiene que ser un jugador muy importante”, subrayó después Xavi. “Hay que posibilitar que Pedri y Gündogan tengan tiempo y espacio”, apostilló. “Tenemos una estructura muy clara, tanto ofensiva como defensiva, independientemente del plan del PSG. “La clave, de todas maneras es ser un equipo, tener personalidad y dejarse la piel y la vida en la guerra futbolística de Montjuïc”. La última vez que el PSG visitó Barcelona fue en 2021 y ganó en el Camp Nou por 1-4 con tres goles de Mbappé, intrascendente en la ida jugada en París.
“Hubo momentos en la ida en que fuimos superiores”, replicó Luis Enrique. “Las circunstancias van a ser parecidas: vamos a presionar desde el minuto uno y el Barcelona utilizará el juego largo y el pase a la última línea, aprovechando el espacio. Creo que Ter Stegen batió un récod de 24 balones largos para superar nuestra presión”, concretó el técnico del PSG en una intervención que invitó a seguir el debate sobre el ADN Barça. “Xavi es top y los resultados así lo dicen”, añadió para evitar más polémica después de que en París el asturiano se reivindicará como el técnico que mejor representaba el estilo del Barcelona.
“La urgencia hará que se vea un partido apasionante. No existe para nosotros la palabra especular”, acabó el asturiano, confia do en que el fútbol de su equipo mejorará respecto a la ida con la entrada de Zaire-Emery, Barcola y sobre todo Achraf: “Hay que defender juntos y ganar nuestros duelos”, afirmó el asturiano. “Tenemos ambición y gol para revertir el 2-3 de París”. Un marcador que siempre le fue bien al Barça y mal al PSG en las eliminatorias de la Copa de Europa.
Aunque Montjuïc no será el Camp Nou, el barcelonismo siempre le ha tenido ganas al PSG desde el adiós de Neymar y ahora ha convertido en sueño las últimas pesadillas europeas a partir de la buena racha del equipo de Xavi.