Nadal: “Me canso de ir contando mis penurias”
El tenista, ausente desde el 5 de enero, reaparecerá hoy y dice que estar de nuevo en el Godó “es un regalo”
Rafael Nadal vuelve al Godó, y regresa para jugar. Quizás, por última vez. Quizás, también, un retorno cargado de motivos personales, y no tanto tenísticos. Repitió en multitud de ocasiones durante la rueda de prensa ofrecida ayer —previa a su estreno en el torneo— que la “vida” le ha “marcado” este camino. Quizás, con cierta resignación, consciente de que las lesiones y su estado físico le ha mermado durante los últimos años, evitándole participar en grandes torneos, jugar, disfrutar de su “vida laboral” y rendir al nivel que desearía. Habló más del pasado, de las experiencias y alegrías que vivió en el Godó, que del presente, con la nostalgia desfilando entre sus palabras. Pudo parecer conformismo o derrota, pero fue la aceptación (a medias) de una repetida situación.
“Han sido dos años difíciles. […] Pero más que estar lamentándome es un regalo personal estar en Barcelona. Me lo tomo como mi último año, y quiero intentar disfrutar cada momento. Todo coge un significado más especial”, confesó el vencedor de 22 grandes, de 37 años —38 el 3 de junio— y que hoy (16.00, Teledeporte y Movistar+) debutará en el torneo “de casa” con “ilusión y alegría” contra el italiano Flavio Cobolli, el número 63 del mundo. Pero esa felicidad reivindicada no traspasó más allá de los micrófonos de la pequeña sala de prensa, abarrotada de medios que esperaban ansiosos las declaraciones de Nadal. Por lo que las preguntas sobre su situación física no tardaron en llegar. Y es que este curso ha jugado tan solo tres partidos, y ha renunciado a cuatro competiciones, la última el Masters 1000 de Montecarlo por molestias abdominales que le impidieron —y aún condicionan— sacar con fluidez. “Sabemos todos los problemas que he ido teniendo, para qué hablar más de ello... Me canso de ir contando mis penurias”, respondió, con un tono más ácido, Nadal. Pero no por ello quiere que su participación, que suena a despedida de Barcelona, resuene como una exhibición: “Voy a disfrutarlo de la manera que pueda, pero no sin ello renunciar a ser competitivo”. Aunque no con la esperanza de llegar a levantar el trofeo. “No estoy en disposición de pensar en semifinales”, aseguró.
Tampoco estuvo especialmente sonriente, como sí se mostró en el sorteo del cuadro de enfrentamiento del pasado sábado, más distendido y donde solo respondió a una pregunta de la organización. Su participación aún estaba en duda. Y su risa, en rueda de prensa, solo salió a pasear cuando se mostró irónico ante las recaídas: “¿Miedo? ¿Qué más me puede pasar? Nada que no haya ocurrido este año y medio. Seguiremos adelante hasta que yo tenga la sensación de que no vale la pena. No me pongo una fecha límite”.
Y en su trayecto, el Godó en el Real Club de Tenis de Barcelona, su club desde los 11 años. Conquistado por él 12 veces. “Todas han sido especiales”, aseguró un añorante Nadal. Para poder llegar, ha entrenado desde el miércoles, acompañado de su habitual equipo técnico. “La semana ha sido positiva. Mis sensaciones corporales están mejor que las que he tenido en Mallorca. Me siento listo”, zanjó.