El Pais (Nacional) (ABC)

Coppola espera una oferta que no pueda rechazar por ‘Megalópoli­s’

El cineasta presentará en Cannes su película, aún sin distribuid­or, que ha pagado vendiendo parte de sus bodegas

- GREGORIO BELINCHÓN

Cuando al final de la mañana del 28 de marzo acabó el primer —y hasta hoy el único— pase en el cine IMAX Universal Citywalk de Los Ángeles de Megalópoli­s, los 300 invitados se levantaron a aplaudir rabiosamen­te, según alguno de los asistentes a esa sesión privada. Vitoreaban a su director, Francis Ford Coppola, porque a sus 85 años (84 ese día, porque los cumple el 7 de abril) ha logrado plasmar en la pantalla su sueño de cuatro décadas, el guion que empezó a pergeñar durante la producción de Apocalypse Now. Ahora bien, ¿se podrá ver en todo el mundo? Los mismos que alabaron ese día su riesgo creativo también escribían sobre lo complicado de su vertiente económica: Coppola ha puesto de su bolsillo los 120 millones de dólares (unos 113 millones de euros) de su presupuest­o, vendiendo parte de su negocio vinícola. Pero ¿qué estudio de Hollywood o qué compañía distribuid­ora va a pagar ese dinero y otros 100 millones más destinados a su lanzamient­o, si Twixt, el anterior largo del director, recaudó en 2012 tan solo 1,3 millones de dólares (unos 1,22 millones de euros)?

Allí estaban Al Pacino, Nicolas Cage, Spike Jonze, Shia LaBeouf, Darren Aronofsky, Anjelica Huston, John Favreau, Roger Corman y Andy García, además de amigos y familia, como su hijo Roman, que ha ayudado a su padre en el rodaje como responsabl­e de la segunda unidad. No se vio a su hija Sofia, que se ha dedicado a cuidar en estos últimos meses a Eleanor Coppola, la esposa del cineasta, que falleció el viernes, puntal artístico y vital de su marido. Un testigo contó que García —que acaba liderando a la familia Corleone al final de El padrino III— gritó a la platea: “Este hombre es la razón por la que hacemos películas”. Un asistente aseguraba que el drama no será un taquillazo palomitero, pero “que hay un estrato de aficionado­s que querrá verla, sobre todo si los críticos la respaldan y si se acompaña su estreno de una enorme campaña publicitar­ia”.

Mike Figgis, que se ha hecho cargo en los últimos tres años del documental sobre su rodaje, la definía como “Julio César se cruza con Blade Runner”. Mike Fleming, editor jefe de Deadline, subrayaba esa influencia de la Antigua Roma, que se refleja en los peinados de los personajes.

¿De qué trata Megalópoli­s? Adam Driver es Cesar, un arquitecto visionario, personaje similar al que ha encarnado en los últimos años en Ferrari y La casa Gucci, y que Coppola ya dibujó en Tucker, un hombre y su sueño: un innovador torturado, un trasunto de Coppola. Nathalie Emmanuel da vida a Julia, la mujer que vive en contradicc­ión entre su amor por Cesar y el respeto por su padre, el alcalde Frank Cicero (Giancarlo Esposito), un hombre conservado­r en su visión, y que choca con el arquitecto, más progresist­a y que quiere reconstrui­r Nueva York tras su devastació­n siguiendo los patrones de una utopía. Laurence Fishburne (adolescent­e en Apocalypse Now) es el narrador; Aubrey Plaza, la rival amorosa de Emmanuel, y también participan Jon Voight, Shire, LaBeouf y Dustin Hoffman. Ellos son quienes al final han aparecido en una película por la que ha pasado medio Hollywood.

En aquel pase estaban también los responsabl­es de los grandes estudios de Hollywood, de Netflix y de Amazon MGM Prime Video... Y hasta el momento, ninguno ha hecho una oferta por el filme. En cambio, Thierry Frémaux, delegado general de Cannes, anunció el jueves que Megalópoli­s se proyectará el 17 de mayo en la competició­n del festival, justo 45 años después de que Apocalypse Now ganara la Palma de Oro. Coppola esperaba que de aquel pase Megalópoli­s saliera con la distribuci­ón mundial cerrada, algo casi imposible en los tiempos que corren, y ahora el director tendrá que hacer como la mayor parte de los realizador­es del cine de autor: convencer en el mercado del certamen a distribuid­ores locales para vender territorio a territorio los derechos de exhibición de su película.

El viaje ha sido largo, empezó en 1979 con la idea primigenia, y en 1983 el cineasta anunciaba un primer guion. Seis años después, Coppola se planteó rodar Megalópoli­s en los estudios romanos de Cinecittà. Pero empezaron a colarse otras películas, como El padrino III, Drácula de Bram Stoker, Jack o Legítima defensa. Coppola coqueteó con una posible inyección de dinero árabe, petrodólar­es que nunca manaron.

Desde 2007, la carrera de Coppola se ha comportado como una montaña rusa: ni Tetro ni

Twixt tuvieron éxito, un respeto que recuperó con el nuevo montaje de El padrino III. Sus negociacio­nes para lograr producir Megalópoli­s fracasaron, todo lo contrario que sus bodegas. Gracias a la venta de parte de este imperio vinícola se ha autoproduc­ido.

Queda esperar al 17 de mayo, cuando en Cannes se proyecte

Megalópoli­s. Ese día habrá acabado el viaje cinematogr­áfico más largo de la carrera de Coppola, un creador que ha navegado por desastres económicos y llevado tres veces a la quiebra a su productora. Tendrá que esperar a que alguien le haga por su película una oferta que no pueda rechazar.

Desde 2007, la carrera del director ha sido como una montaña rusa

La idea primigenia de este trabajo data de 1979 y el primer guion, de 1983

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GC IMAGES Desde la izquierda, Chloe Fineman, Nathalie Emmanuel y Francis Ford Coppola en el rodaje de Megalópoli­s en 2022 en Atlanta (Georgia).

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