La policía intenta evitar una conferencia ultra en Bruselas
Orbán y Farage participaban en la reunión de líderes de extrema derecha
Las autoridades locales de Bruselas trataron de evitar ayer la celebración de una conferencia ultraderechista que tenía anunciada la participación del primer ministro húngaro, Viktor Orbán; el ahora opositor polaco y jefe de Gobierno hasta el pasado diciembre, Mateusz Morawiecki, y uno de los artífices del Brexit, Nigel Farage. Los organizadores denunciaron como políticamente motivado el intento de suspensión mientras que el primer ministro belga, Alexander De Croo, condenó dicho intento por “inaceptable” en una democracia.
Por orden municipal, la policía acudió al mediodía al lugar donde se celebraba el acto desde la mañana con una orden de clausura. Ante la negativa de los organizadores a acatar las órdenes y para evitar disturbios, los agentes aceptaron que la conferencia continuara, aunque establecieron un cerco que impidió durante horas la entrada de nuevos participantes, entre ellos el excandidato presidencial ultra francés Éric Zemmour, uno de los oradores de la tarde.
“Lo que ha pasado hoy es inaceptable”, declaró De Croo en un mensaje en las redes sociales. “La autonomía municipal es un pilar de nuestra democracia, pero nunca puede prevalecer sobre la Constitución belga, que garantiza la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica desde 1830. Prohibir reuniones políticas es inconstitucional. Punto”, zanjó el político liberal, que hoy coincidirá con Orbán en la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará hasta el jueves en Bruselas. De Croo, actualmente al frente de un Gobierno de coalición, aspira a la reelección en las elecciones belgas que se celebrarán al mismo tiempo que las europeas en junio, y en las que el partido ultra Vlaams Belang (VB), presente en la conferencia, se proyecta como el más votado en la región flamenca del país.
También el primer ministro británico, Rishi Sunak, consideró “extremadamente inquietante” la decisión de vetar la conferencia, según un portavoz de Downing Street. “Emití una orden para prohibir el evento de la conferencia Conservadurismo Nacional para garantizar la seguridad pública”, había anunciado en X (antiguo Twitter) Emir Kir, alcalde de izquierdas del distrito bruselense de Saint-Josse. Kir dejó clara la intencionalidad política: “En Etterbeek, Bruselas y Saint-Josse, la extrema derecha no es bienvenida”, escribió.
Alrededor del mediodía, la policía, que vigilaba las afueras del hotel donde continuaba la convención —con el británico Nigel Farage en el escenario en esos momentos—, intentó entregar la orden de cierre y evacuación del recinto. Finalmente, decidió retirarse y limitarse a bloquear la entrada, permitiendo salir a quien quisiera abandonar el hotel, como el propio Farage o, poco antes, al eurodiputado de Vox Hermann Tertsch.
“Los nuevos fascistas son los antifascistas”, denunció el diputado croata Stephen Bartulica. Quienes quieren impedir el acto “enmascaran su cobardía en tolerancia”, afirmó durante uno de los paneles que continuaron mientras la policía sellaba las puertas. Uno de los portavoces de la conferencia rechazó los argumentos del alcalde asegurando que el encuentro era “pacífico”.
“Cuando tienes una opinión disidente, a la derecha, conservadora, identitaria, nacionalista, eres tratado así en un país y, desde luego, en una ciudad donde los musulmanes son ya mayoría”, denunció a este diario el político del Vlaams Belang Filip Dewinter, recientemente señalado por su presunta implicación en un caso de espionaje chino. Según el vicepresidente del Parlamento flamenco, que niega haber recibido dinero de un espía chino, el alcalde que ordenó el cierre del evento es un político “islamista, de extrema izquierda” que quiere “intimidar” a los participantes.
El primer ministro belga considera ilegal que se impida una reunión política
“Los nuevos fascistas son los antifascistas”, denuncia un diputado croata