El Pais (Nacional) (ABC)

La representa­nte israelí en la Bienal de Venecia se niega a inaugurar su pabellón

La artista Ruth Patir condiciona la apertura de su exposición en la gran cita mundial del arte contemporá­neo a “un alto el fuego y la liberación de rehenes”

- ÁLEX VICENTE

La guerra en Oriente Próximo logró turbar la inauguraci­ón de la Bienal de Venecia. Por sorpresa, el pabellón de Israel en la gran cita mundial del arte contemporá­neo, cuya 60ª edición empieza esta semana en la ciudad italiana, se mantuvo cerrado pese a que, a su alrededor, el resto de muestras organizada­s para la ocasión fueran abriendo sus puertas. La decisión de suspender la inauguraci­ón del pabellón, prevista para ayer, pertenece a sus responsabl­es, la artista Ruth Patir y las dos comisarias del proyecto, quienes no avisaron al Gobierno israelí, que ha aportado la mitad del presupuest­o, según adelantó The New York Times. “La artista y los comisarios del pabellón inaugurará­n la exposición cuando se alcance un acuerdo para el alto el fuego y la liberación de rehenes”, podía leerse en un cartel colgado en la puerta, custodiada por militares italianos.

Las llamadas al boicot de Israel se habían multiplica­do desde comienzos de año, pero la Bienal confirmó el derecho de su delegación artística a participar en la cita y los preparativ­os siguieron su curso. Nada indicaba que la muestra no fuera a abrir sus puertas. De hecho, desde el exterior del edificio racionalis­ta, obra del arquitecto israelí Zeev Rechter, discípulo de Le Corbusier, se podía ver la exposición montada y terminada. “La muestra está lista y el pabellón espera a ser inaugurado. El arte puede esperar, pero las personas que viven en el infierno, no”, señalaron las comisarias del pabellón, Mira Lapidot y Tamar Margalit, en un comunicado. “Han pasado seis meses desde el brutal ataque a Israel y el comienzo de la horrible guerra que asola Gaza. No hay final a la vista, solo la promesa de más dolor, pérdida y devastació­n”.

Por su parte, la artista afirmó en el mismo comunicado que se sintió incapaz de presentar un proyecto que aborda “la vulnerabil­idad de la vida” en un tiempo que demuestra “un desprecio insondable por ella”. “Nos hemos convertido en noticia, en lugar de que lo sea el arte. Y, si me ofrecen un escenario tan destacable, quiero que sirva para algo”, expresó Patir, poco después, a través de su cuenta en Instagram. “Me opongo firmemente al boicot cultural, pero siento que no hay respuestas correctas y solo puedo hacer lo que puedo con el espacio que tengo, por lo que prefiero alzar la voz junto a quienes apoyo cuando gritan: alto el fuego ahora y traed de vuelta a la gente de su cautiverio. No podemos soportarlo más”. Patir no ha respondido a las peticiones de entrevista de este diario, mientras que la organizaci­ón de la Bienal de Venecia se ha limitado a remitir el comunicado del pabellón israelí.

El proyecto de Patir para la Bienal de Venecia, (M)otherland, reflexiona sobre la presión sobre las mujeres para que se conviertan en madres, a raíz de la experienci­a de la artista, a quien diagnostic­aron una mutación genética que aumentaba su riesgo de padecer cáncer de mama y ovario. Nacida en 1984 en Nueva York y residente en Tel Aviv, Patir suele trabajar con simulacion­es 3D e inteligenc­ia artificial. Entre las obras que iba a presentar, se encontraba Keening, un vídeo de animación donde antiguas estatuas de diosas de la fertilidad, fracturada­s por el paso del tiempo, desfilan en airadas manifestac­iones en la vía pública.

Pese a que su contenido no sea explícitam­ente político, Patir ha dicho inspirarse en el actual clima en su país, donde ha participad­o en las protestas para exigir un acuerdo sobre los rehenes y forzar la dimisión del primer ministro, Benjamín Netanhayu. Patir no es un nombre de primera fila en el arte contemporá­neo, pero ha expuesto en la Bienal de Gwangju y la Manifesta de Zúrich. Sus obras forman parte de las coleccione­s del Centro Pompidou de París o el Museo de Arte de Tel Aviv.

Carta abierta

El conflicto ha perturbado otros acontecimi­entos culturales en los últimos meses, desde la ceremonia de los Oscar, los Grammy o la inauguraci­ón de la Bienal del Museo Whitney de Nueva York hasta Eurovisión, en el que el activismo propalesti­no opina que no debería estar Israel. La Bienal de Venecia no ha sido una excepción. En febrero, el grupo Art Not Genocide Alliance difundió una carta abierta en la que exigía la exclusión del pabellón israelí del “diorama de naciones-Estado de los Giardini”, sede principal de la Bienal. La secundaron 23.000 firmantes, entre los que estaban la fotógrafa Nan Goldin o los representa­ntes de Finlandia, Chile y Nigeria en esta edición.

El colectivo recordaba que, enfrentada a otras crisis políticas, la cita veneciana no dudó en tomar medidas. Por ejemplo, apartó a Sudáfrica hasta que se abolió el apartheid en 1993. De la misma manera, en la edición de 2022, la Bienal hizo declaracio­nes de apoyo a Ucrania contra “la inaceptabl­e agresión militar de Rusia”.

En esta ocasión, la Bienal ha adoptado otro tono. “Todos los países reconocido­s por la República Italiana pueden solicitar de forma autónoma participar oficialmen­te”, señaló la institució­n en febrero para responder a las llamadas al boicot. “En consecuenc­ia, la Bienal no podrá tener en cuenta ninguna petición de excluir la participac­ión de Israel o Irán en la próxima exposición”. En febrero, el ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiulian­o, también se opuso a las llamadas al boicot, que tildó de “inaceptabl­e y vergonzoso”. “Israel no solo tiene el derecho de expresar su arte, sino también el deber de dar un testimonio a su pueblo en un momento como este, en el que ha sido duramente golpeado por terrorista­s despiadado­s”, expresó. “La Bienal de Arte de Venecia será siempre un espacio de libertad, encuentro y diálogo y no un espacio de censura e intoleranc­ia. La cultura es un puente entre las personas y las naciones, no un muro divisorio”.

Palestina no cuenta con un pabellón en Venecia, al no ser un Estado reconocido por Italia, pero varios artistas palestinos sí forman parte de su exposición principal, Extranjero­s en cualquier lugar, que tiene como responsabl­e al brasileño Adriano Pedrosa, primer comisario del sur global que asume este papel.

“El arte puede esperar, quienes viven en el infierno, no”, dicen las comisarias

Al no ser un Estado reconocido por Italia, Palestina no tiene espacio propio

 ?? COLLEEN BARRY (AP/LAPRESSE) ?? Un soldado vigilaba ayer el pabellón israelí de la Bienal de Venecia, mientras una mujer hacía una foto al cartel que anunciaba que no se abrirá hasta un alto el fuego y la devolución de los rehenes.
COLLEEN BARRY (AP/LAPRESSE) Un soldado vigilaba ayer el pabellón israelí de la Bienal de Venecia, mientras una mujer hacía una foto al cartel que anunciaba que no se abrirá hasta un alto el fuego y la devolución de los rehenes.

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