Amnistía acusa a EE UU de apoyar torturas en Siria
Palizas, descargas eléctricas, violencia machista, desapariciones forzosas, reclusión de menores, muertes en masa. La organización en defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) denunció ayer los malos tratos y torturas que sufren los miles de detenidos vinculados al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) en los campos y centros gestionados por las autoridades kurdas en Siria.
Según los datos recogidos para el informe Las consecuencias: injusticia, tortura y muerte bajo custodia en el noreste de Siria, más de 56.000 personas están aún encerradas en 27 centros de detención y dos campos a cielo abierto (Al Hol y Al Roj) bajo el control de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES, en sus siglas en inglés) y sus milicias asociadas. La mayor parte de los reclusos de estas instalaciones provienen de lo que el ISIS llamó el califato, instaurado en partes del territorio entre Siria e Irak en junio de 2014. Cinco años después de aquel proyecto integrista y terrorista, el grupo cayó militarmente en la batalla de Baguz, en la frontera sirio-iraquí, frente a una coalición de milicianos árabes y kurdos con apoyo de Estados Unidos.
A partir de tres viajes realizados por investigadores de la organización entre septiembre de 2022 y agosto de 2023, durante los que realizaron 314 entrevistas a presos, funcionarios y representantes de Naciones Unidas, el informe concluye que los detenidos “son objeto de violaciones sistemáticas de derechos humanos”. El reporte denuncia además la muerte de muchos de ellos “debido a las condiciones inhumanas” en los centros de detención. Amnistía acusa también a EE UU de desempeñar un “papel fundamental” en la “creación y mantenimiento de este sistema”.
La AANES es la entidad política que gobierna esta parte del norte sirio, mientras las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), formadas por milicianos árabes y kurdos, se encargan de la seguridad. No obstante, EE UU sigue monitoreando todo lo relacionado con los presos vinculados al ISIS, incluso con personal sobre el terreno que ha interrogado e identificado a los reos. Es por este motivo por el que Amnistía le otorga un papel fundamental en las violaciones de derechos humanos.
“El Gobierno estadounidense ha contribuido a establecer y ampliar un sistema de detención en gran medida ilegal”, afirma la secretaria general de AI, la francesa Agnès Callamard, “caracterizado
por unas condiciones inhumanas y degradantes de carácter sistémico, homicidios ilegítimos y el uso generalizado de la tortura”.
La mayor parte de los reclusos (46.000) están encerrados entre los campos de Al Hol y Al Roj, en el vértice noreste que conduce a la frontera iraquí. Se trataría en este caso, en un 94%, de mujeres y niños con mayor o menor relación con los combatientes yihadistas. Una mujer de 30 años identificada como Layla — se preserva su nombre real por cuestiones de seguridad— afirma: “La vida aquí es una muerte lenta y dolorosa”. Amnistía denuncia “altos niveles” de violencia sexista en los campos perpetrada por afiliados del ISIS que pueden acceder a su interior, así como la existencia de explotación sexual organizada por fuerzas de seguridad y particulares.