Detenido en Dénia un peligroso sicario colombiano
La Policía Nacional detuvo en Dénia (43.899 habitantes, Alicante) a un peligroso sicario, apodado Juan Diablo, que estaba huido de la justicia colombiana. El prófugo, cuyo nombre real es Juan David. V. O., forma parte de un grupo criminal llamado Los Lobos que actúa en Tuluá, una ciudad situada en el Valle de Cauca, en el suroeste del país sudamericano. Según fuentes policiales, el arrestado está investigado por ordenar y cometer secuestros, extorsiones, torturas, violaciones y hurtos, y también se le relaciona con la desaparición forzada de varias personas en ese municipio colombiano. Los tribunales del país reclaman para él una pena de 42 años de prisión.
La investigación se inició cuando, a través de Interpol, la Policía Nacional recibió un aviso de la posible presencia del prófugo en España, según informó el Cuerpo en un comunicado. El perfil violento y peligroso de Juan Diablo hizo que se aceleraran las gestiones para dar con su paradero. Fue localizado finalmente en el municipio alicantino de Dénia. Tras la detención, fue trasladado a Madrid y puesto a disposición judicial en la Audiencia Nacional. La magistrada María Tardón ordenó su ingreso en prisión la semana pasada, informa J. J. Gálvez.
La banda colombiana de Los Lobos está presuntamente relacionada con el asesinato del candidato a la presidencia de Ecuador Fernando Villavicencio, en agosto. Sus integrantes también han sido señalados como participantes en los motines que siguieron a los de las prisiones de Guayaquil, y se les atribuye una lucha para conseguir la hegemonía del crimen organizado dentro y fuera de Ecuador.
Alicante no es un mal escondite para un colombiano prófugo. Según el INE, el país caribeño ocupa el cuarto lugar entre las procedencias de los cerca de 400.000 extranjeros que residen en la provincia. La presencia masiva de extranjeros es un reclamo para delincuentes de todas las nacionalidades, que en ciudades como Alicante, Benidorm o Torrevieja encuentran acomodo para pasar desapercibidos. No pasa un mes sin que las fuerzas de seguridad informen sobre la detención de algún prófugo reclamado por otro país.