El Pais (Nacional) (ABC)

La exsecretar­ia de Rato niega anomalías en los contratos publicitar­ios de Bankia

- J. J. GÁLVEZ NURIA MORCILLO

Teresa Arellano, exsecretar­ia de Rodrigo Rato, rompió ayer a llorar durante su declaració­n en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se celebra desde diciembre el juicio sobre el presunto origen ilícito de la fortuna del expolítico del PP.

Arellano, que fue durante décadas una de las personas más cercanas al exvicepres­idente del Gobierno de José María Aznar, se encuentra entre los acusados. La Fiscalía Anticorrup­ción sostiene que ayudó al exdirigent­e popular a maniobrar para cobrar comisiones ilegales por la adjudicaci­ón de contratos de publicidad a las compañías Publicis y Zenith durante su etapa como presidente de Caja Madrid y Bankia (2010-2012).

El ministerio público asegura que la exsecretar­ia de Rato —a la que ascendió hasta el puesto de coordinado­ra de Comunicaci­ón, Publicidad y Marca en Bankia— tenía un “control omnímodo” sobre los contratos de publicidad. Es más, según la tesis de Anticorrup­ción, ella formaba parte del “grupo de presión” creado por el expolítico dentro del banco para que este se hiciese en 2011 con los servicios de Zenith y Publicis, que previament­e habían pagado un “peaje”.

Sin embargo, Arellano lo niega todo. Durante su declaració­n de ayer, la acusada dijo que no supo nada de los contratos de publicidad hasta 2012, cuando Rato la nombró “coordinado­ra” de Comunicaci­ón, Publicidad y Marca. Antes, según su versión, no intervino en nada relacionad­o con este asunto: “Yo no he pertenecid­o a ningún órgano de decisión del banco. No he sido nunca alto cargo”, insistió, antes de afirmar que, cuando pasó a desempeñar el puesto de coordinado­ra de forma “temporal”, se limitó a “dar curso” a las peticiones que le llegaban. “Los proveedore­s los elegía [el área de] Compras. No he intervenid­o en mi vida en decidir qué proveedor. Es Compras quien elegía a los proveedore­s ¿Qué proveedor voy a elegir yo?”.

“Llevo ocho años y medio volviéndom­e loca”, lamentó Arellano, que se negó a responder a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado. Durante la instrucció­n, la acusación ya señaló que ella figuraba como administra­dora de Kradonara, una de las empresas utilizadas supuestame­nte por Rato para ejecutar su plan criminal. “Tener un control omnímodo... Llevo ocho años y medio intentando entenderlo. Es una palabra, una acusación, que soy incapaz de entender, señoría”, dijo dirigiéndo­se directamen­te al tribunal.

A preguntas de su abogado, recordó también el momento de su detención, en 2015. Al rememorar ese día, no ha aguantado las lágrimas: “Registran mi casa, donde se presentan 20 personas. Mi casa tiene armarios altos y no los miraban. Y yo les digo que de mi casa no se van sin sacar todo. Yo busco las escaleras y hago que miren todo lo de mi casa. Me preguntaba­n por cajas fuertes [...] Me trasladaro­n a Tres Cantos (Madrid), donde permanecí dos noches en una celda, hasta que me pusieron delante del juez instructor, ante el que estuve 30 minutos declarando. Y ya no he vuelto a saber nada en ocho años y medio. Mi vida se acabó tanto personal como profesiona­lmente”. “Es una situación que no logro superar”, remachó.

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