20 días de furor, ilusiones y decepción por las criptomonedas de Worldcoin
Unas 400.000 personas se escanearon el iris y vivieron tres semanas de ingresos volátiles hasta que la Agencia de Protección de Datos bloqueó las operaciones
Escanearse o no el iris. Pablo Martín, de 18 años, no se planteó ese dilema el pasado diciembre, cuando tuvo la oportunidad de pegar su ojo derecho a una esfera metálica de aspecto futurista y con el tamaño de un balón de fútbol. “No se mueva ni parpadee. Espere a que se enciendan los leds”, le dijo un joven con camiseta negra que lo atendió en un centro comercial de Madrid. De repente una luz blanca titiló: “Listo, ya tiene su World ID y en 24 horas recibirá las monedas que haya acumulado este tiempo”. Martín miró perplejo su móvil: en la pantalla flotaba un pasaporte que le garantizaba una “prueba de humanidad”. —¿Y esto?
—Así puedes demostrar que eres un humano real.
Martín es una de las aproximadamente 400.000 personas en España que se escanearon el iris en un Orb —la esfera— de Worldcoin, la firma fundada por Sam Altman (también responsable de OpenAI), que entrega criptomonedas a cambio de la fotografía ocular. En sus inicios, hace ocho meses, la empresa pasó desapercibida porque el valor de las divisas que repartía era escaso, rondaba el euro. Pero la explosiva subida de su cotización de la noche a la mañana a mediados de febrero lo cambió todo. De repente, miles de personas se agolpaban en los centros comerciales y hacían colas durante varias horas para reclamar los 80 euros que se llegaban a obtener por entonces. La fiebre duró 20 días: a principios de marzo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) paró en seco las operaciones de Worldcoin en España. La entidad exigía saber cómo estaba tratando una información biométrica tan sensible la firma estadounidense. De momento, la medida es cautelar.
Worldcoin pretende que cada ser humano posea un pasaporte digital —el World ID— que lo distinga de los bots que, impulsados por inteligencia artificial, han empezado a crear música, diseñar imágenes o comentar en los foros de internet. La única forma de lograrlo, argumentan desde la compañía, es vinculando este pasaporte con la parte humana más exclusiva de todas: el iris.
Esto es lo que le contaron a Pedro Durán en un centro comercial de Valencia, donde se encontró con el orbe de Worldcoin. Este joven de 26 años creyó que la parafernalia de la esfera y el discurso de la “prueba de humanidad” no llevarían a ningún lado, “como cientos de aplicaciones para el móvil que prometen recompensas que nunca alcanzan un valor significativo”.
Todo cambió el 12 de febrero. Ese día el precio de la criptomoneda empezó a subir, pasando de los dos a los seis euros en una semana. En Madrid, Martín saltó de su sofá cuando vio el dato en su teléfono móvil: de golpe tenía acumulados cerca de 100 euros en worldcoins; en el caso de Durán eran 400. El 19 de febrero, la criptomoneda alcanzó los 7,5 euros y seis días después acarició los ocho. Durante esa semana, por registrarse en la aplicación, cada usuario recibía 10 monedas, más ocho, en promedio, por invitar a una persona extra. La noticia del dinero gratis corrió como la pólvora por las redes sociales: en los 30 centros comerciales donde se podía escanear el iris se triplicaron los escaneos, relata Elisa, que trabajó como verificadora en una galería de Murcia y prefiere no compartir su verdadero nombre.
Worldcoin España reforzó la plantilla y permitió las horas extra para dar abasto a la ingente demanda, rememora esta empleada de 30 años. “Las personas venían con sus padres, sobrinos, tíos, hijos y abuelos. Todos los días. Algunas familias incluso traían a sus hijos menores y me rogaban que les escaneara el iris, algo que está prohibido”, recuerda.
“El precio va a seguir subiendo”, proclamaba en aquellos días el youtuber valenciano José Abenza, más conocido como Joos Crypto. Este inversor, con más de ocho años de experiencia en el mundo cripto, vincula el rápido crecimiento de la criptomoneda con el anuncio de Sora —un programa de inteligencia artificial que genera vídeos— a cargo de OpenAI.
Un caso similar es el de Antonio Lledó, de 45 años, que siempre había buscado invertir en tecnología y vio en Worldcoin una oportunidad. “Saber que OpenAI está detrás de este proyecto para mí es una muy buena carta de presentación”, señala este diseñador gráfico valenciano, que en febrero compró 220 monedas más, unos 1.700 euros, que en esas semanas se convirtieron en 3.000.
Desplome
El 29 de febrero, alrededor de 400.000 ciudadanos habían escaneado su iris en España. Sumando los 37 países donde opera Worldcoin, la cifra ascendía a 4 millones, según datos de la empresa. La agencia Reuters informó de que en la misma fecha el volumen total de monedas en circulación equivalía aproximadamente a 600 millones de euros, cinco veces la inversión inicial que Worldcoin hizo para poner en marcha el proyecto.
La euforia tenía los días contados. El 6 de marzo, la AEPD dio un golpe de autoridad sobre la mesa. La entidad había recibido al menos 13 reclamaciones denunciando información insuficiente y captación de datos de menores, por lo que ordenó a Tools For Humanity, la empresa detrás de los orbes, detener las operaciones en España. El worldcoin se desplomó rápidamente un 10%, pero la búsqueda de estas monedas no se detuvo, solo se mudó de los centros comerciales a las redes sociales.
Otros estaban dispuestos a llevar la celebración más lejos. En algunas comunidades se podía leer: “Se organizan viajes a Portugal donde aún te puedes escanear el iris”. Frank Gómez, un taxista de Braga, al otro lado de la frontera, cuenta que un autobús entero salió de Salamanca hacia la capital lusa y que hay gente que ha recorrido las siete horas que separan Gibraltar de Lisboa. Todo para escanearse el iris. Algunos se olían que la prohibición no tardaría en cubrir a toda la Península.
Elisa tuvo que guardar el Orb de Worldcoin el mismo día que vetaron a la empresa. “Nos dijeron que recogiéramos todo, que no podíamos seguir operando”, comparte apenada. En los grupos de Telegram casi todos los días alguien pregunta cuándo volverá a operar la empresa en España y ya no se organizan viajes a Lisboa porque el país vecino también prohibió Worldcoin el 26 de marzo. En ambos lados de la frontera, la fiesta había terminado.
La empresa debe informar sobre el tratamiento de los datos biométricos
Las monedas en circulación equivalían a 600 millones de euros