EE UU impone sanciones a la industria de drones iraní por el ataque a Israel
Nuevos controles restringen el acceso a la tecnología clave para fabricar misiles En el punto de mira hay 16 individuos y dos fabricantes de bombas volantes
Washington advierte de que tomará medidas adicionales de castigo en los próximos días
Estados Unidos ha anunciado nuevas sanciones contra Irán y la industria de drones de ese país, cinco días después del ataque de la República Islámica contra Israel y en un castigo coordinado con el Reino Unido y la Unión Europea, que han tomado medidas similares (aunque la UE aún no las ha concretado). Washington, que no descarta imponer sanciones adicionales, ha puesto en el punto de mira a 16 individuos y dos entidades implicadas en la producción de vehículos aéreos no tripulados, en particular los Shahed empleados en el golpe de la madrugada del domingo pasado. También penaliza a empresas en el sector acerero iraní, y advierte de pasos adicionales en el futuro inmediato.
“Estamos comprometidos con la seguridad de Israel. Estamos comprometidos con la seguridad de nuestro personal y nuestros socios en la región. Y no dudaremos en tomar todas las medidas necesarias para obligar a rendir cuentas” a Irán, sostuvo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado tras el anuncio de las sanciones. El Reino Unido incluirá en sus sanciones a la marina de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Con este paso conjunto los socios de Israel tratan de demostrar al primer ministro Benjamín Netanyahu que hay vías alternativas para obligar a Teherán a rendir cuentas, cuando tratan de disuadir a su aliado de que responda al ataque con medidas militares.
En los continuos contactos entre Estados Unidos e Israel desde la ofensiva, que los cazas estadounidenses ayudaron a repeler, la Administración Biden ha insistido una y otra vez en que no participará en ninguna medida de agresión militar contra Irán. Washington subraya a su aliado que el éxito de los sistemas defensivos el domingo dejó clara la superioridad israelí y que no es necesario ningún golpe violento más. La represalia debe centrarse en medidas económicas y diplomáticas, en opinión del Gobierno estadounidense.
“Junto con nuestros socios y aliados, Estados Unidos defendió a Israel. Contribuimos a derrotar ese ataque. Y hoy obligamos a Irán a rendir cuentas, imponiendo nuevas sanciones y controles a las exportaciones para Irán”, apunta Biden en su comunicado. Hasta el momento, el Gobierno de Netanyahu se ha limitado a indicar que responderá, pero no ha precisado de qué manera.
El Departamento del Tesoro ha designado a cinco empresas que aportan los componentes para la producción de acero de la compañía Khuzestan Steel
Company (KSC), uno de los mayores fabricantes de ese material en Irán, o compran sus productos terminados. También quedan sancionadas tres subsidiarias del fabricante de vehículos Bahman Group, al que Washington acusa de proporcionar apoyo material a la Guardia Revolucionaria Islámica iraní.
“Utilizamos las herramientas económicas del Tesoro para degradar y entorpecer aspectos clave de la actividad maligna iraní, incluido su programa de drones y los ingresos que el régimen genera para apoyar su terrorismo”, señaló la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que apunta a medidas adicionales en el futuro: “Seguiremos desplegando nuestra autoridad sancionadora para contrarrestar a Irán con nuevos pasos en los próximos días y semanas”.
Tecnologías clave
El Departamento de Comercio, por su parte, ha impuesto nuevos controles para restringir el acceso de Irán a tecnologías clave en el desarrollo de misiles y drones, incluidos productos de microelectrónica. Esos controles se aplicarán también a productos fabricados fuera de Estados Unidos, pero que empleen tecnología estadounidense, y se añaden a las restricciones de exportación que ya existían para Irán, “incluidos los controles dirigidos contra la participación iraní en el suministro de drones en apoyo a la guerra ilegal de Rusia en Ucrania”, según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, en un comunicado.
El anuncio de la Administración de Biden llega después de una reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-7, el grupo de países industrializados, en la que los participantes acordaron “una intensa coordinación de cualquier medida futura para reducir la capacidad de Irán de adquirir, producir o transferir armamento”.
Una posibilidad que el Departamento del Tesoro no descarta es la de castigar al sector petrolero iraní, uno de los pilares de la economía del país. Washington tendría que hilar muy fino para no desestabilizar los mercados energéticos globales, algo que no quiere en ningún momento y menos en campaña electoral.