Auge de los productos higiénicos femeninos gratuitos en Cataluña
Nunca un problema informático ha sido tan celebrado entre los miembros de un gobierno como el que sufrió la aplicación La Meva Salut (el espacio sanitario digital de cada usuario) el pasado 4 de marzo por la mañana. Recibió tantas visitas simultáneas, miles de accesos por segundo, que se colapsó. Y aquello eran paradójicamente buenas noticias. Hacía apenas unas horas que el Departamento de Igualdad había activado en la aplicación la posibilidad de descargarse el QR necesario para recoger un producto menstrual reutilizable gratuito en las farmacias. Un mes y medio después, más de 313.000 mujeres (un 12% de los 2,5 millones de mujeres en edad de tener menstruación en Cataluña) han obtenido una copa, unas bragas o una compresa sostenibles, según datos del Departamento de Igualdad.
Sin precedentes similares en Europa y con un presupuesto de 8,5 millones de euros, la campaña “La meva regla, les meves regles” (Mi regla, mis reglas) normaliza la realidad menstrual de las mujeres y probablemente se ha situado entre una de las propuestas más destacadas de esta legislatura. “No sabíamos cómo se recibiría, pero desde el primer día ya vimos que había mucho interés”, recuerda la secretaria general de la consejería, Georgina Oliva. “Queríamos plantear el debate público sobre qué les pasa a las mujeres con su menstruación. No se hablaba”, añade. “Nos dicen cómo comportarnos con la regla, pero hay cosas como el dolor y otras idees asociadas que no se planteaban”.
Hasta el 11 de abril, según los datos ofrecidos por Igualdad, se han dispensado 174.000 bragas (56%), 101.000 copas (32%) y 38.000 compresas (12%). Y las cifras crecerán porque 560.000 personas (el 22% de la población menstruante) se han descargado el QR necesario para recoger un producto en una farmacia, incluyendo las que ya lo han hecho (el 12%).
La previsión no era que las bragas fueran el producto estrella. “Estamos analizando las cifras porque pensábamos que todo el mundo buscaría las copas”, dice Oliva. Los responsables consideran que las usuarias que primero se han personado en las farmacias son aquellas más familiarizadas con los productos reutilizables y que, si en su mayoría ya cuentan con una copa, ahora querían probar otras propuestas. “No teníamos referentes y fuimos un poco a ciegas” en las previsiones, admite Oliva.
Los primeros análisis de preferencia exponen que las copas predominan entre las mujeres más jóvenes, de entre 17 y 24 años, pero su uso es mucho menor entre las adolescentes menores de 13 años y las mujeres de más de 50 años. En estos colectivos el uso mayoritario es el de las bragas de tela.