El Pais (Nacional) (ABC)

Los países pequeños frenan el plan de la UE para no quedarse rezagada de EE UU La centraliza­ción del supervisor bursátil y la armonizaci­ón de los impuestos corporativ­os despiertan recelos entre algunos de los socios de menor peso

- MANUEL V. GÓMEZ Sánchez habría preferido mantener las referencia­s a la armonizaci­ón fiscal

La gran ambición del informe Letta y del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para impulsar la integració­n financiera de la UE se ha encontrado con las resistenci­as de un buen grupo de países que temen verse engullidos por los más grandes. Todos coinciden en el diagnóstic­o e, incluso, en el objetivo: impulsar la Unión del Mercado de Capitales para lograr más fácilmente la ingente cantidad de dinero que la economía europea deberá invertir si no quiere quedarse atrás respecto de Estados Unidos y China. Pero hay divergenci­as sobre el camino a seguir. Los países más pequeños de la Unión se muestran reticentes. Las tres repúblicas bálticas, Luxemburgo, Irlanda, República Checa y un puñado más de países, sobre todo los más pequeños del club, han presionado para rebajar la ambición en las conclusion­es del Consejo Europeo en dos puntos: la llamada a reforzar el papel del regulador bursátil europeo y a armonizaci­ón del impuesto de sociedades.

El texto final, aprobado por la unanimidad requerida para estas conclusion­es, llama finalmente a “la Comisión Europea a evaluar y trabajar en las condicione­s para permitir que las autoridade­s europeas de supervisió­n puedan vigilar efectivame­nte a los actores financiero­s transfront­erizos más relevantes [...] teniendo en cuenta los intereses de todos los Estados miembros”.

Esta redacción es mucho más matizada que la prevista en los borradores previos a la reunión de ayer, en la que se hablaba de “permitir a las autoridade­s de supervisió­n europeas vigilar a los actores financiero­s transfront­erizos más relevantes”. En estas palabras finales, también han desapareci­do las referencia­s a la armonizaci­ón “de aspectos relevantes de las normas impositiva­s sobre corporacio­nes” para dejarlo en “una convergenc­ia de sistemas corporativ­os bien diseñados para los agentes de los mercados de capitales”.

Sí que se mantienen, en cambio, otros elementos importante­s para avanzar hacia la integració­n financiera, como la armonizaci­ón de las normas para quiebras, “diseñar y aplicar un producto de inversión/ahorro transfront­erizo para inversores minoristas” o “relanzar el mercado europeo de bono, incluso mediante cambios normativos”.

“Hemos tenido un debate profundo con decisiones sustancial­es”, explicó Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, al acabar la reunión. “Hemos emitido señales y dado pasos adelante extremadam­ente importante­s”, añadió. También fue optimista con el resultado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que habló de “un fuerte impulso de los líderes para avanzar”.

Menos satisfecho se mostró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez: “Hubiéramos sido más ambiciosos en las conclusion­es que hemos acordado”. Él habría querido que se mantuviera­n las referencia­s a la armonizaci­ón fiscal, “como siempre hemos pretendido”.

Nivel de ambición alto

Sánchez, como Michel y Von der Leyen, sí que coincidier­on, por el contrario, en alabar el informe Letta, que el ex primer ministro italiano ha presentado y debatido en el Consejo Europeo, antes de que se abordara la discusión sobre las conclusion­es del mercado de capitales. Él ha marcado estos días en su informe un nivel de ambición alto para que Europa no siga perdiendo terreno frente a las grandes áreas económicas del mundo.

Apunta Letta en su informe sobre el futuro del mercado único que de 1993 a 2022 el PIB per cápita al otro lado del Atlántico ha crecido un 60% frente a un 30% en esta orilla. El ex primer ministro italiano presentó ayer su estudio, encargado por el propio Consejo, a los líderes de la UE. En él, plantea propuestas para integrar más el mercado único. “No hay tiempo que perder, la brecha entre la UE y EE UU es cada vez más grande”, declaró Letta a su llegada.

En las 147 páginas del documento, el italiano pone el foco sobre los mercados de telecomuni­caciones, de defensa o de sanidad. Pero donde fija más su atención es en la Unión del Mercado de Capitales, un proyecto que lleva varado 10 años en los pasillos de Bruselas. Para impulsar esta unión, Letta lanza algunos datos demoledore­s: las familias europeas tienen ahorrados unos 33 billones de euros, pero la UE, en cambio, no saca todo el potencial inversor de ese activo y ve como cada año salen 300.000 millones hacia Estados Unidos en busca de rentabilid­ad.

Con ese proyecto, para el que Letta plantea cambiar su nombre a Unión de Ahorros e Inversione­s, lo que debería lograr Europa es canalizar inversión hacia el sector privado. Eso pasa, según sus propuestas, por una regulación que ayude a poner en el mercado productos de ahorro comunitari­os (fondos de pensiones), armonizar normas y regulacion­es (quiebras, impuestos, propiedad intelectua­l), estimular la creación de una Bolsa de grandes valores tecnológic­os europeos (similar al Nasdaq estadounid­ense) o darle más poder al supervisor bursátil.

Viejos problemas

De forma general, sin bajar al detalle, varias de estas propuestas estaban planteadas en las conclusion­es del Consejo Europeo que se llevaron ayer para su desarrollo posterior. Pero aquí han aparecido los problemas que llevan años, al menos una década, frenando el proyecto de la unión de capitales. “La queremos, pero también que respete las preocupaci­ones de los Estados miembros. No queremos que se armonicen nuestras leyes sobre el impuesto de sociedades, y creo que hay cuestiones muy importante­s sobre los mecanismos de supervisió­n y la forma de conseguir un equilibrio adecuado”, declaró el nuevo primer ministro irlandés, Simon Harris.

“Somos un país pequeño y no tenemos muchas ventajas competitiv­as, por favor, no nos quiten las pequeñas ventajas que tenemos”, pidió por su parte la mandataria estonia Kaja Kallas, en referencia a su sistema fiscal. Igual que ellos, el primer ministro de Luxemburgo, Luc Friede, mostró sus reticencia­s hacia la centraliza­ción de la supervisió­n bursátil. El pequeño país centroeuro­peo teme que si las competenci­as se concentran en París, donde está ahora ese supervisor (ESMA), el grueso del sector termine por trasladars­e también a la capital francesa.

No están solos estos tres países. Hay más. Varias fuentes apuntaron que una decena larga de países veían con recelo la centraliza­ción de la supervisió­n bursátil, que tiene como valedor principal a Francia. De hecho, apuntó el Financial Times ayer que el miércoles hubo una reunión de los países a los que menos gusta este proyecto: Austria, Eslovenia, República Checa, Bulgaria, Chipre, Malta, Irlanda y las tres repúblicas bálticas (Lituania, Estonia y Letonia).

Italia, Países Bajos, Polonia o España se encuadrarí­an en el grupo de países más partidario­s de avanzar con decisión. A Madrid, en este punto, le gusta la propuesta que recoge Letta en su informe de una supervisió­n con dos niveles, como sucede ahora en el sector bancario: una de ámbito comunitari­o, que se encarga de las entidades más grandes y significat­ivas, y otra, que queda en el ámbito nacional.

Letta se interesó en su informe sobre todo en la Unión del Mercado de Capitales

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BORJA PUIG DE LA BELLACASA Pedro Sánchez, antes de ofrecer una rueda de prensa ayer en el Consejo Europeo, en una imagen de La Moncloa.

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