El Pais (Nacional) (ABC)

Georgieva dice que la inmigració­n está actuando de motor en EE UU

La directora del FMI advierte de que hay mucho de lo que preocupars­e en la economía mundial

- MIGUEL JIMÉNEZ

Estados Unidos se ha convertido en el motor inesperado de la economía mundial. Mientras Europa renquea, la primera economía del mundo ha desafiado las expectativ­as y los presagios de recesión con una resistenci­a sorprenden­te. El Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) ha revisado al alza las previsione­s para Estados Unidos, mientras rebaja las de Europa. Su directora gerente, Kristalina Georgieva, señaló ayer que son tres los factores que están marcando la diferencia: la innovación, la inmigració­n y la energía.

“Estados Unidos se beneficia de la abundante mano de obra que cruza la frontera. Esto crea un problema político interno, y no todos los que cruzan aportan algo positivo a la economía, pero esa oferta de mano de obra también le da otra ventaja comparativ­a: los salarios no suben porque no hay una fuerte presión por falta de mano de obra”, señaló Georgieva en una rueda de prensa para presentar la agenda del FMI.

En cuanto a los otros dos factores, la economista búlgara indicó que en EE UU es más fácil convertir ideas innovadora­s en empresas de éxito, mientras que en Europa aún “queda trabajo por hacer para dar rienda suelta a la innovación”.

Y en lo relativo a energía, EE UU ha batido un récord de exportacio­nes, mientras que Europa se ha visto penalizada por la carestía energética por la guerra de Ucrania, ya que su principal fuente de suministro barato era Rusia.

Georgieva subrayó que la economía mundial ha demostrado ser sorprenden­temente resistente frente a las subidas de los tipos de interés y la inestabili­dad geopolític­a desatada por las guerras de Ucrania y Gaza. “A pesar de estos múltiples choques y de las restrictiv­as condicione­s financiera­s, el crecimient­o se mantiene firmemente en terreno positivo. Y hemos mejorado ligerament­e nuestra previsión para este año hasta el 3,2%. Sin embargo, hay mucho de qué preocupars­e”, añadió.

La directora gerente del FMI indicó que “la inflación ha bajado, pero no ha desapareci­do”. En EE UU, señaló, “la otra cara de la moneda” de un crecimient­o económico inesperada­mente fuerte es que “se está tardando más de lo previsto” en controlar la subida de precios. Georgieva admitió que el debate sobre cuándo bajará los tipos la Reserva Federal de EE UU está dominando las reuniones del FMI. Y confesó que aún espera rebajas en 2024. Además, añadió, las perspectiv­as de crecimient­o a medio plazo, en torno al 3%, son las más bajas en décadas, frenadas por una ralentizac­ión generaliza­da de la productivi­dad.

Georgieva fijó tres prioridade­s del FMI. En primer lugar, reconstrui­r los colchones fiscales. “Llevamos mucho tiempo defendiend­o que, mientras los bancos centrales persiguen el retorno de la inflación a su objetivo, pueden utilizar cierta ayuda del lado fiscal. Ahora la restricció­n fiscal se está volviendo aún más importante por derecho propio, porque la capacidad fiscal está agotada en la mayoría de los países”, afirmó.

La segunda es revivir el crecimient­o a través de reformas estructura­les. “El refuerzo de la gobernanza, la reducción de la burocracia, el aumento de la participac­ión de la mujer en el mercado laboral y la mejora del acceso al capital son esenciales para el crecimient­o, y más aún las reformas estructura­les que aumentan la productivi­dad y la inversión en capital humano, la transición ecológica y digital, con la inteligenc­ia artificial ya sobre nosotros”, defendió Georgieva.

Una de las razones del lento crecimient­o, subrayó, es la decepciona­nte mejora de la productivi­dad. Aseguró que los países no habían encontrado la forma más eficiente de combinar trabajador­es y tecnología, y que los años de bajos tipos de interés mantuviero­n a flote “empresas no competitiv­as’’.

La tercera prioridad es renovar el compromiso del FMI con sus miembros, con apoyo financiero a los países que lo necesiten. por los conflictos geopolític­os. Por el contrario, parece que los ha sorteado, contra todo pronóstico. Las grandes economías han demostrado ser resiliente­s a la crisis energética y alimentari­a ocasionada por la guerra de Rusia y Ucrania, así como al aumento de la inflación.

La mala noticia es que las perspectiv­as a largo plazo se han deteriorad­o. El crecimient­o mundial caerá muy por debajo del promedio histórico del 3,8%. Según las previsione­s del FMI, apenas se alcanzará el 2,8% a finales de 2029. Esta caída amenaza con revertir las mejoras de africanas y una asiática: Mozambique, Ruanda y Bangladesh. De hecho, las economías en vías de desarrollo suelen crecer a mayor ritmo que las grandes potencias.

Italia apenas crecerá tres puntos porcentual­es si se toma como base el año pasado, mientras Japón subirá cuatro. Alemania tampoco destacará por sus grandes progresos. España se desenvolve­rá bastante mejor que sus vecinos. En lo que queda de década, crecerá 11 puntos, lo que le permitirá seguir reduciendo su deuda sin descuidar la inversión. Aun así, ocupa la 158ª posición de 187 países analizados.

La dirigente culpa del lento crecimient­o a la escasa mejora de la productivi­dad La economista destaca que el exiguo apoyo a la innovación castiga a Europa

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SHAWN THEW (EFE) Kristalina Georgieva, durante una rueda de prensa ayer en Washington.
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